El último enfrentamiento naval entre Corea del Sur y Corea del Norte no disminuyó el interés de las organizaciones no gubernamentales (ONG) sudcoreanas por enviar ayuda a la población norcoreana afectada por la hambruna.
La sudcoreana Chung Hae Won pasa noches sin dormir preocupada por las 200 vacas lecheras que envió al Norte el año pasado.
"Si se las cuida, pueden salvar a 30.000 niños norcoreanos, nuestros niños, de la desnutrición", aseguró Chung, presidenta de la ONG Buenos Vecinos Internacional.
"La gente de Corea del Norte está demasiado desamparada para alimentarse a sí misma, más aun para cuidar a las vacas para que produzcan leche", afirmó.
La preocupación de Chung con los niños norcoreanos es compartida por varias ONG sudcoreanas y se adapta a la política del presidente Kim Dae Jung de mantener una relación de acercamiento con Pyongyang.
Esa política se vio afectada en junio por el enfrentamiento naval entre los dos países en el Mar Amarillo, pero no disminuyó el entusiasmo de las ONG por alcanzar ayuda a los norcoreanos que padecen hambrunas.
"Debemos alejarnos de los asuntos políticos y encarar las cuestiones humanitarias", dijo Chung, quien agregó que tiene poca dificultad para mantenerse en comunicación con Corea del Norte.
Chung considera que la reunificación entre las dos Corea es inevitable y que la masiva ayuda enviada al Norte por Buenos Vecinos y otras ONG es una buena inversión con ese fin.
"La reunificación es una cuestión emotiva y los observadores predicen que ahora es buen momento para que las dos Corea se reúnan", manifestó Sung Ho Kang, profesor de la Universidad Kyung Hee.
Kang cree que la mayoría de los coreanos nunca aceptó la línea de demarcación que separa a los dos países desde el fin de la guerra de Corea en los años 50, menos aun su extensión marítima, la Línea del Límite Septentrional (LLS), fijada por Estados Unidos en 1953.
Barcos pesqueros norcoreanos cruzan con frecuencia la LLS durante la temporada del cangrejo. Este año esas incursiones provocaron el enfrentamiento naval que terminó en el hundimiento de un torpedero norcoreano y la muerte de sus 30 tripulantes.
El incidente dañó la política de acercamiento y alejó aun más sus objetivos de reunificación y reconciliación.
Desde 1995, Buenos Vecinos y otras ONG enviaron al Norte contenedores cargados de pasta, medicinas, ropa, calzado, fertilizantes, equipos agrícolas y todo lo necesario para "ayudar a nuestros hermanos y hermanas a alimentarse", explicó Chung.
Buenos Vecinos incluso construyó y administró durante un año una panadería en territorio chino que producía hasta 800.000 panes que se enviaban diariamente a los escolares norcoreanos.
El proyecto lechero incluye equipos de esterilizadores de leche, separadores de crema, químicos, semen congelado, embriones y una asistencia financiera anual equivalente a 1,6 millones de dólares.
El profesor Kang dijo que hay sectores de Corea del Sur opuestos a la asistencia humanitaria, especialmente entre la población de refugiados que rechazan cualquier cosa que pueda ayudar mínimamente a mantener al régimen comunista del Norte del que huyeron.
Mientras, a Pyongyang no le agrada ser receptor de la ayuda del Sur, e interpreta las generosas donaciones de ONG y de empresas como Hyndai y Samsung como algo que el Norte se merece.
Las últimas negociaciones entre los dos países en Beijing se postergaron dos días porque Corea del Norte insistió en que un cargamento de fertilizante fuera enviado a su puerto de Nampo como condición previa para comenzar el diálogo.
Pyongyang luego detuvo a Min Yong Mi, un sudcoreano en peregrinación al monte Kumgang, al que todos los coreanos consideran su origen mítico, por haberle dicho a su guía norcoreano que los refugiados del Norte vivían bien en el Sur.
Pero cuando Hyundai amenazó con cancelar un negocio turístico por 925 millones de dólares, Min fue liberado y Pyongyang acusó a Seúl de orquestar el incidente para poder anular el contrato.
El negocio con Hyundai es el más visible de la política de acercamiento de Corea del Sur, a la que Corea del Norte considera sospechosa, pero acepta debido a las hambrunas e inundaciones que padece.
Sectores del Sur también sospechan de la política de acercamiento y este mes se exigió en el parlamento, durante una sesión especial sobre seguridad, la renuncia del ministro de Unificación, Lim Dong Won.
"La temeraria insistencia del gobierno en la política de acercamiento es la misma causa de la provocación norcoreana", declaró Lee Hoi Chang, presidente del opositor Gran Partido Nacional.
En respuesta, el presidente Kim comenzó una serie de consultas con las ONG sobre el futuro de su política, que según dirigentes opositores como Lee, tiene el propósito de conseguirle el premio Nobel de la Paz.
Pero las ONG confían en que esa política continúe. "No podemos comprender ni aceptar que tres millones de norcoreanos hayan muerto de hambre sólo entre 1996 y 1998", expresó Soh Kyung Suk, director del Movimiento Compartir.
El objetivo del Movimiento es recaudar anualmente 10 millones de dólares de sus aproximadamente 5.000 donantes, pero Soh reconoció que el compromiso de estos está disminuyendo sobre todo después de la crisis financiera que afectó al sudeste de Asia.
"Pero apoyamos firmemente a la política de acercamiento", aseguró. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/aq/dv-ip/99