COLOMBIA: Iglesia Católica clama por el cese del fuego

La Iglesia Católica urgió hoy a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al gobierno a alcanzar un acuerdo humanitario que incluya el cese del fuego en las negociaciones que comenzarán este miércoles.

La solicitud fue hecha por el arzobispo Alberto Giraldo, presidente de la Comisión Nacional de Conciliación (CNC) de la Iglesia Católica, en un mensaje con ocasión del incio de las negociaciones de la agenda para un acuerdo de paz.

Según Giraldo, para la sociedad colombiana el más urgente de los problemas de la agenda es "sin duda alguna el que se refiere al respeto del derecho internacional humanitario" por parte de las fuerzas en armas.

El religioso indicó a las partes que "no es intensificando las acciones militares como se logrará avanzar en la mesa de negociaciones", sino entrando "de lleno al estudio de una agenda y a la celebración y cumplimiento de acuerdos de paz".

Según Giraldo, estos acuerdos son vitales para "consolidar los niveles de confianza" adquiridos, no sólo entre los negociadores "sino de la sociedad frente al proceso" y para asegurar que "el camino hacia la paz es irreversible".

El cese del fuego será planteado también en la mesa de negociaciones por la Red de Iniciativas para la Paz (Redepaz), que reúne a una treintena de organizaciones no gubernamentales, y por la Federación Nacional de Municipios, que nuclea a los 1.076 alcaldes del país.

Para Ana Bernal, directora de Redepaz, y Gilberto Toro, de la Federación de Municipios, es prioritario que las partes se pongan de acuerdo en un cese del fuego y que reconozcan la neutralidad de la población civil que se encuentra en medio del conflicto.

Toro dijo a IPS, que cinco meses después de instalada la mesa de diálogo que involucra a las FARC, la situación en materia de derechos humanos no ha mejorado en el país, lo que ha generado escepticismo en la población civil.

Según las organizaciones de derechos humanos, los pobladores de zonas en conflicto sufren secuestros masivos a manos de guerrilleros que tienen el objetivo de obtener financiamiento o concesiones de las autoridades, así como ataques de paramilitares que los acusan de auxiliar a la guerrilla.

A estas violaciones de derechos humanos se agregan los desplazamientos forzados a causa de los ataques de paramilitares o guerrilleros o de los enfrentamientos entre estos combatientes irregulares y el ejército.

La mesa de negociaciones entre las FARC y el gobierno se instalará este miércoles, en un proceso que comenzó el 7 de enero. La realidad abatió las grandes expectativas del inicio.

Las negociaciones se realizarán en la localidad de La Uribe, uno de los cinco municipios que el gobierno desmilitarizó en diciembre para las conversaciones y que fue sede del comando central de las FARC hasta 1990 cuando fueron desalojados de allí por el ejército tras intensos combates.

El jefe militar de las FARC, Manuel Briceño, conocido como Mono Jojoy, sostuvo que el proceso que se inicia este miércoles será "largo, difícil y complicado".

En una entrevista divulgada este lunes por el diario El Espectador, Briceño indicó que las FARC "tienen ideas para dar, pero es la oligarquía la que tiene que producir los cambios".

Para el jefe militar de las FARC, "son los ricos y los reaccionarios los que tienen que cambiar ese Estado represivo y excluyente".

Briceño descartó que se pueda llegar a un cese del fuego pronto y señaló que su grupo tomaría esa decisión "cuando se logre un avance significativo" en la negociación de la agenda.

La ex guerrillera Gloria Quizeno, directora de la Oficina de Reinserción de la Presidencia de la República, dijo a IPS que "se pueden presentar problemas en el proceso de negociación", pero se mostró optimista sobre posibles avances hacia un acuerdo de paz.

Quizeno, del legalizado M-19, recordó que la negociación con ese grupo insurgente, que dejó las armas en 1990, duró 10 años.

Entonces, hubo "momentos difíciles, en los que incluso el M-19 retornó a las armas, pero lo positivo es que se llegó a un acuerdo de paz definitivo", dijo.

Según Quizeno, con la instalación de la mesa de negociación de las FARC, el grupo mayoritario y más antiguo de la guerrilla colombiana, se abre la posibilidad de hablar de los problemas del país y de que muchos sectores participen en su discusión.

"Las dificultades no pueden hacernos perder de vista que la paz es lo más importante" y que "se requiere madurez para contruirla", agregó Quizeno. (FIN/IPS/yf/mj/ip/99

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