El gobierno de Colombia y las insurgentes FARC comenzarán este miércoles una nueva fase de negociaciones, que de ser exitosas implicarán reformas al Estado y el fin de cuatro décadas de confrontación.
En la primera etapa de la reanudación del diálogo se convendrán reglas de procedimiento, el funcionamiento del Comité Temático (una de las formas de participación ciudadana) y los países que serán invitados a las comisiones de acompañamiento y verificación.
Al parecer, el presidente Andrés Pastrana y el jefe de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Manuel Marulanda, no participarán en el acto de instalación de la nueva mesa de diálogo.
Las FARC, la más importante fuerza guerrillera del país, estará representada por los comandantes Raúl Reyes, Fabián Ramírez y Joaquín Gómez, quienes ya se encuentran en el municipio de La Uribe, posible sede de las negociaciones.
Por su parte, el gobierno delegó al presidente del Congreso Legislativo, Fabio Valencia, el secretario privado de Pastrana, Camilo Gómez, el consejero político de la presidencia, Juan Uribe, el empresario Pedro Gómez y el general retirado José Forero.
Valencia indicó que el encuentro de éste miércoles abre una etapa de búsqueda para "modificar la estructura misma del Estado" y en la que todo es negociable, excepto "la unidad territorial, la soberanía y el sistema democrático".
Jaime Zuluaga, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, opinó que los conflictos sociales y los estragos causados por la guerra civil generan cierto escepticismo en la opinión pública, a pesar de que la reanudación del diálogo se da en un clima de optimismo oficial.
También son factores negativos para el proceso las medidas de ajuste fiscal adoptadas por Pastrana, que le hicieron perder el apoyo de las tres centrales de trabajadores y de los funcionarios estatales, así como las acciones de guerra de las FARC y del también rebelde Ejército de Liberación Nacional, agregó.
Luis Garzón, presidente de la mayoritaria Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), dijo a IPS que Pastrana "ha sido ofensivo con los trabajadores" al buscarlos para que respalden el proceso de paz, "mientras les declara la guerra con despidos masivos y el cierre de empresas estatales".
La clausura de la Caja Agraria (banco para los campesinos) el 28 de junio dejó sin empleo a unos 7.000 trabajadores y 6.000 más quedarán también cesantes con la liquidación de otros tres bancos estatales, indicó Garzón.
Para Vicente Torrijos, investigador de la privada Universidad del Rosario, "lo que se está viviendo en el país es una especie de desorden y anarquía", que le resta confianza al proceso de paz.
Torrijos afirmó que las autoridades de un país "en el que la ingobernabilidad es lo determinante, difícilmente podrán conducir con éxito una negociación".
En opinión de Zuluaga, lo positivo es que ya el país entendió que se trata de un proceso muy difícil y complejo, y que va a llevar mucho tiempo alcanzar resultados.
En la agenda de negociaciones figuran 12 temas que fueron acordados de manera conjunta entre el gobierno y las FARC, que representan una especie de "bitácora hacia la paz".
Algunos analistas entienden que los temas más difíciles de negociar serán los relacionados con la reforma de las Fuerzas Armadas, que implicará la creación de un nuevo ejército al que se incorporarían miembros de la guerrilla.
"Los militares no estarían muy dispuestos a compartir su fuerza con quien antes era su enemigo", lo que podría generar "una crisis al interior del Estado", dijo un observador que no quiso identificarse.
Un punto difícil para negociar con la guerrilla será el acatamiento a las normas del Derecho Internacional Humanitario, que implicará el cese de los secuestros, por los cuales la guerrilla obtiene gran parte de su financiación.
También estarán en debate la redefinición de la estructura económica, política y social del Estado, la justicia, la cuestión del agro y las relaciones internacionales.
Aunque no figura entre los temas acordados, algunos analistas sostienen que el canje de prisioneros no estará ausente del diálogo, ya que es fundamental para avanzar en el proceso de paz.
Las FARC tienen en su poder a cerca 300 soldados que fueron retenidos luego de varios combates, a los cuales buscan canjear por unos 400 guerrilleros que actualmente están en la cárcel.
El proceso de negociaciones con las FARC comenzó hace un año con el histórico encuentro entre Pastrana y Marulanda, el 10 de julio de 1998, en algún lugar selvático en el sudeste de Colombia. (FIN/IPS/yf/dm/ip/99