Un promedio de 532 personas dejan cada día en Colombia sus hogares en las zonas donde se libra la guerra civil para engrosar la cifra de desplazados, que creció este año por la disputa de territorios entre guerrilleros y paramilitares.
Jorge Rojas, coordinador de la no gubernamental Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), dijo a IPS que entre enero y marzo de 1999 huyeron 48.000 colombianos de sus hogares a causa de hechos de violencia que, por paradoja, coinciden con el inicio del proceso de paz.
Entre 1994 y 1998 se habían registrado en total 726.000 desplazamientos forzados, que representaban un promedio de alrededor de 15.000 mensuales frente a los 16.000 mensuales del primer trimestre de 1999.
Las víctimas huyeron de sus tierras hacia 220 municipios de 27 departamentos.
Los primeros desplazamientos de este año se produjeron mientras el presidente Andrés Pastrana abría el diálogo de paz con las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el 7 de enero, con una escalada terrorista de las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En esa ocasión, los paramilitares perpetraron seis masacres en municipios del nordeste y el norte de este país, en las que ejecutaron a 94 campesinos luego de acusarlos de asistir a los guerrilleros.
La actividad de los paramilitares recrudeció en Colombia desde 1997, con la ejecución de masacres selectivas principalmente en Urabá y Pavarandó, (noroeste), como parte de una estrategia que buscaba el dominio territorial mediante el aniquilamiento de la base social de la guerrilla.
Según la Codhes, las respuesta de la subversión a estos ataques ha sido la ejecución de civiles a los que acusan de paramilitares.
Hechos como el asalto al campamento de las AUC ocurrido en el norte de este país en diciembre de 1998 "muestran la continuidad de una estrategia de recuperación de territorio por parte de la guerrilla".
Las ciudades que mayor número de desplazados acogieron desde enero fueron Bogotá, a cerca de 7.000, y la norroccidental Medellín, que recibió a unos 3.000.
Diana Sánchez, investigadora de la Codhes, dijo a IPS que "cada masacre cometida en este último período representa un promedio de de 1.000 desplazados".
Sánchez agregó que el fenómeno del desplazamiento obedece a una estrategia político-militar que, en algunos casos, está ligada a fuertes intereses económicos que llevan a la utilización de violencia indiscriminada para aterrar a los civiles ajenos al conflicto.
El Centro de Educación y Cultura Popular afirmó que, en ocasiones, el desarrollo de proyectos macroeconómicos o mineros y la explotación de tierras con alto valor productivo han sido causa de desplazaniento forzoso de campesinos.
El terror, el miedo y la amenaza directa o indirecta que representan las acciones armadas son el preámbulo de desplazamientos masivos, en una constante que no se detiene y que "pone en entredicho el papel del Estado como garante de d