El traslado del servicio de recolección de basura a los municipios de la capital de Panamá y la caribeña ciudad de Colón generó conflictos con los trabajadores y duras críticas de un experto, la alcaldesa y la junta comunal.
El gobierno inicióa principios de junio el proceso de traspaso del servicio de recolección de basura de la actual Dirección Metropolitana de Aseo (Dima) a los municipios de las ciudades de Panamá y Colón con el fin de hacer más eficiente el servicio.
La bahía capitalina y los cinco ríos que cruzan la ciudad de norte a sur se encuentran totalmente contaminados por toneladas de basura, chatarra y desechos inorgánicos arrojados por sus habitantes y las industrias radicadas en las zonas periféricas.
En los municipios capitalinos de Panamá y San Miguelito, la Dima recoge casi 1.000 toneladas diarias de basura, pero las deficiencias en el servicio de recolección conduce a que en algunas barriadas los desechos se acumulen por varios días.
Por este motivo, los vecinos la arrojen a los ríos y alcantarillas para evitar su putrefacción.
El director de la Dima, Ricardo Saval, dijo que ese organismo no cuenta con mecanismos legales para evitar que los residentes arrojen la basura a la calle, pero que cuando el servicio sea traspasado a los municipios "se acabará el desorden", debido a que éstos cuentan con disposiciones al respecto.
Pero la alcaldesa de la capital, Mayin Correa, criticó la decisión del gobierno por estimar que eso le acarrería muchos problemas a los municipios y porque "la única vía para solucionar el deficiente sistema de recolección es a través de la privatización".
Tras indicar que "la solución está en hacer que la basura signifique ingresos y no egresos", Correa afirmó que "el problema no se resuelve pasándola de una mano a otra".
Sin embargo, los alcaldes electos en los comicios del 2 de mayo, Juan Carlos Navarro, del distrito capital, y Rubén Campos, de San Miguelito, que asumirán el 1 de septiembre, ven con buenos ojos la tarea encomendada a las dos comunas de la capital.
Navarro, un ecologista perteneciente al Partido Revolucionario Democrático, dijo que durante su gestión los habitantes de la capital "volverán a sentirse dignos de vivir en una ciudad limpia y ordenada".
Pero los 2.600 trabajadores de la Dima realizaron a mediados de junio un "paro militante" de dos días para reclamar garantías de permanencia en sus puestos cuando ese organismo sea desemantelado, así como un aumento de salarios antes de quedar bajo la tutela de los municipios.
Marianela Ceballos, vocera de los trabajadores, afirmó que desean que les garanticen "la estabilidad, salarios adecuados al nivel de responsabilidad y garantías de indeminización en caso de que haya despidos al ser trasladados a los municipios".
Los trabajadores levantaron el paro en forma provisoria pero se mantienen desde hace dos semanas en "estado de alerta" mientras esperan que se consume la transferencia.
Los recolectores de la Dima reciben actualmente un salario promedio de 225 dólares mensuales, las aseadoras de calles 200 dólares y los choferes un promedio de 300 dólares.
En el municipio del distrito capital los trabajadores perciben un salario mínimo de 340 dólares mensuales.
Por concepto de la tasa de aseo que cobra actualmente el gobierno central la Dima recauda alrededor de 20 millones de dólares anuales en los dos municipios de la capital y la ciudad de Colón, los cuales son complementados con un subsidio de tres millones de dólares que le otorga el tesoro nacional.
En los municipios de Panamá, San Miguelito y Colón, reside más de un 40 por ciento de los 2.8 millones de habitantes del país.
El Concejo Municipal del distrito capital señaló su inconformidad por no haber sido consultado al respecto y designó una comisión para estudiar la proyectada municipalización de la basura.
El concejal Wilberto Quintero, vocero de los 19 concejales del distrito capital, adujo que el gobierno "debió hacer un estudio sobre el impacto que traerá este traspaso al Municipio de Panamá, que mecanismos se usará para cobrar la tasa de aseo y en qué forma va a funcionar el servicio en manos de los municipios".
En tanto que elarquitecto Julio Rovi, ex director de la Dima, afirmó que no se ganará nada con "municipalizar la basura" y auguró que "lo que habrá son más problemas y conflictos".
Tras advertir que los primeros problemas se presentarán al momento de distribuir los actuales equipos de la Dima, Rivi señaló que lo más aconsejable era "oficializar el reciclaje de la basura" que, según estudios realizados por él, "tiene un valor estimado en los 50 millones de dólares anuales".
El ex director de la Dima, quien durante su gestión entre 1990 y 1991 impulsó un programa piloto de reciclaje de la basura, precisó que el dinero que se podría recaudar con esta actividad "es suficiente para sacar a la Dima y sus trabajadores de la crisis en que se encuentran".
La municipalización de la recolección de basura en las ciudades de Panamá y Colón tampoco es vista con buenos ojos por los alcaldes de otras ciudades del interior, que la consideran "una pesada carga" debido a la falta de recursos económicos para la organización de un servicio eficiente. (FIN/IPS/sh/ag/en/99