Inversionistas europeos participarán en el rescate del colonial centro histórico de la capital de México, cuyas labores de restauración tardarán al menos 50 años, de seguir el ritmo actual.
Casi 60 por ciento de unos 2.000 inmuebles catalogados como monumentos históricos en el primer cuadro capitalino, necesitan trabajos de remodelación para reparar el daño causado por el tiempo y el abandono.
La zona, declarada en 1987 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, ha "sufrido un abandono terrible", lamentó Angeles González, secretaria general del Consejo de la Crónica de México.
González explicó que, al paso que llevan las obras de restauración, se necesitarían 50 años más para concluir el rescate del barrio histórico.
Compuesto por más de 4.100 predios, la zona arribará al siguiente milenio con cerca de 300 monumentos en situación de "alto riesgo", señala un estudio de la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados.
La investigación plantea la urgencia de que la alcaldía de la capital mexicana intervenga a fin de evitar derrumbes de edificios centenarios.
En diciembre de 1997, el izquierdista Partido de la Revolución Democrática accedió por primera vez al gobierno de la ciudad, de la mano de Cuauhtémoc Cárdenas.
El 37,7 por ciento de la zona considerada el corazón de la ciudad es utilizada para vivienda, mientras 62,3 por ciento restante se distribuye en comercios, oficinas, bodegas, estacionamientos de autos o está desocupado.
Los inmuebles en estado de alto riesgo son edificios cuya propiedad no está debidamente regularizada o sus dueños viven fuera de México.
El parlamento recomendó aplicar "una expropiación selectiva o concertada", con el objetivo de comenzar labores de apuntalamiento de las construcciones y evitar así posibles desgracias a causa de eventuales derrumbes.
El tema cobró relevancia entre organizaciones de vecinos, luego de los dos fuertes sismos ocurridos en junio, uno de los cuales tuvo una intensidad de 6,7 grados en la escala Richter.
El fenómeno telúrico fracturó numerosos monumentos históricos en varias ciudades mexicanas, para cuya restauración se necesitarán millonarias inversiones.
Los legisladores proponen que los predios pasen a manos de quienes los habitan, que se otorguen créditos para la reconstrucción o que la alcaldía los adquiera para proyectos sociales o de vivienda.
El gobierno de Cárdenas otorgó incentivos fiscales a inversionistas de Francia y España, que participarán en la remodelación y construcción de viviendas en los barrios de La Alameda y La Merced.
Los empresarios extranjeros intervendrán en un programa de rehabilitación y reciclado de predios y en la construcción de edificaciones en terrenos baldíos.
El plan pretende cubrir la demanda de 7.000 viviendas en la zona de La Alameda y la Merced, informó la dirección general de Desarrollo Urbano de la ciudad de México.
Esa área del centro histórico alberga a 185.000 habitantes y se mueven a diario unas dos millones de personas.
González sostiene que, además de los años, los inmuebles sufrieron un severo deterioro a causa del decreto que congeló los alquileres desde 1942, debido a la situación de emergencia derivada de la segunda guerra mundial.
Ese decreto fue "nefasto para el centro histórico", pues al tiempo el pago de los alquileres no cubría siquiera el costo de los recibos que se entregan a los inquilinos.
Esa situación provocó el abandono de las construcciones tanto por sus propietarios, como por las personas que las habitaban o utilizaban como oficina o taller.
El hacinamiento y el déficit en servicios básicos son las características de las llamadas vecindades del norte de la ciudad.
A la vez, existen en el centro casas de una sola planta que desaprovechan el terreno. Las autoridades capitalinas pretenden adquirir grandes predios que tengan pequeñas construcciones, con el fin de levantar conjuntos habitacionales de mayor intensidad poblacional
El gobierno de Cárdenas aspira, además, a involucrar a la empresa privada en el rescate del patrimonio histórico no como una labor altruista, sino como una inversión rentable. (FIN/IPS/pf/dm/pr/99