/Ciudades de América Latina/ BRASIL: Río Bus, menos unidades para mejorar el transporte urbano

El aumento de la cantidad de unidades no mejoró la calidad del transporte de autobuses en esta ciudad de Brasil, presupone un proyecto de reforma total del servicio que se pondrá en marcha el mes próximo.

La implantación del proyecto Río Bus podría retirar hasta 15 por ciento de los 7.500 autobuses que contribuyen a congestionar las calles y avenidas de Río de Janeiro en las horas de pico, para transportar más de tres millones de personas al día.

El objetivo consiste en "atender mejor al usuario, con un aumento del promedio de velocidad", lo que se obtendrá por el reordenamiento de las líneas de autobuses, según Paulo Cezar Martins Ribeiro, coordinador del proyecto Río Bus.

El proyecto, en elaboración por una veintena de técnicos de la Coordinación de los Programas de Posgrado en Ingeniería (COPPE) de la Universidad Federal de Río de Janeiro, jerarquizará las líneas en troncales, alimentadoras y circulares.

Las primeras constituyen los ejes estructurales del sistema, con recorridos largos y de mayor densidad, uniendo los principales barrios al centro de la ciudad, o entre ellos mismos. Sus autobuses serán más grandes y dispondrán de pistas prioritarias o exclusivas.

Tendrán a las líneas alimentadoras como afluentes, mientras las circulares serán las limitadas al barrio o áreas que tenga cierta unidad.

Esa reestructuración evitará la superposición. La Avenida Brasil, principal vía de acceso al centro de Río de Janeiro, por donde pasan hoy 51 líneas, tendrá sólo siete troncales. Otras vías, actualmente con más de 30 línea, tendrán un máximo de cuatro.

Así se aumentará la velocidad de los autobuses, que hoy es de 18,5 kilómetros por hora, como promedio. La meta consiste en llegar a 25 kilómetros, reduciendo así el tiempo de circulación, aumentando la capacidad con menos vehículos y ofreciendo más comodidad, destacó Martins Ribeiro.

El proyecto trata de corregir el crecimiento desordenado del transporte de autobuses en la ciudad desde los años 60, en un proceso de acumulación de líneas, vehículos y problemas. Un camino radica en absorber algunas ventajas del metro.

El cobro de pasajes, por ejemplo, se hará por boleta magnética, cuya validez será en principio de una hora y media, permitiendo a su portador usar cualquier autobús en ese período.

El sistema será sometido a una prueba en este segundo semestre del año en la línea troncal piloto, que une la Isla del Gobernador, un gran barrio de 300.000 habitantes donde se encuentra el aeropuerto internacional de Río de Janeiro, con el centro de la ciudad, informó el coordinador de Río Bus.

Los cambios podrán enfrentar resistencias, porque exigen frecuentes transbordos que la población rechaza, a juzgar por experiencias anteriores, según los críticos.

La implantación gradual, con adaptaciones de acuerdo a las dificultades, y un mejor servicio contribuirán a modificar esa cultura, replicó Martins Ribeiro, quien evita prever una conclusión del programa.

Pero el alcalde Luiz Paulo Conde, quien encomendó el proyecto a la COPPE, tiene prisa y espera ejecutar gran parte en el 2000, cuando habrá elecciones municipales en las que pretende obtener la reelección. Su prioridad es darle nueva vida al centro de la ciudad, quitándole el actual carácter de cruce de autobuses.

El despido de más de 9.000 funcionarios es el mayor problema, en una época de alto desempleo, advirtió Sebastiao José da Silva, director jurídico del Sindicato de Autobuseros de Río de Janeiro, quien indicó que la cifra se basa en que la operación de cada autobús representa cinco empleos directos y un sexto indirecto.

Esto se suma a los despidos que ya se producen desde principios de este año, con el retiro de 600 vehículos.

Pero Da Silva reconoce que el proyecto Río Bus es serio y una racionalización del sistema es inevitable. Las principales víctimas serán los 22.000 cobradores, que pierden su función con el cobro electrónico de pasajes.

El sindicalista propone el reciclaje profesional, para suplir al menos el déficit de conductores provocado por las frecuentes suspensiones impuestas por el nuevo Cdigo Nacional de Tránsito y sus severas penas. Hay 4.000 cobradores licencia que podran pasar a conducir autobuses, señaló.

Martins Ribeiro descarta que se vayan a producir despidos masivos y aseguró que una experiencia en Sao Paulo reveló que la boleta magnética no elimina a los cobradores, al menos en un primer momento, en el que son necesarios para orientar, inspeccionar y evitar trampas y confusiones de los pasajeros.

En indudable que habrá una cierta reducción de empleados, por la evolución tecnológica y la disminución de la flota, pero "se podrá reglamentar una transición que limite los despidos por un tiempo".

El Sindicato de Autobuseros cuestiona sobre todo la intención del alcalde de legalizar el transporte de pasajeros por camionetas, que compiten con los autobuses en forma desordenada y depredadora.

La Alcaldía pretende adoptar dos caminos opuestos, uno del futuro -el proyecto Río Bus- y otro del pasado, al aceptar que 5.000 camionetas congestionen las calles transportando pocos pasajeros, sin ofrecer empleos legales ni garantias a sus usuarios, apuntó Da Silva. (FIN/IPS/mo/ag/tr/99

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