Las exportaciones de Brasil fueron inferiores en junio a las importaciones y se frustran las expectativas de mejora de la balanza comercial abiertas en enero por la devaluación de la moneda.
Las importaciones aumentaron 9,4 por ciento en junio respecto del mes anterior, para sumar 4.457 millones de dólares, mientras que las exportaciones cayeron uno por ciento, hasta 4.313 millones.
El déficit resultante, de 144 millones de dólares, completó un saldo desfavorable de 623 millones de dólares en lo que va del año. Esa cantidad es 66 por ciento menor al déficit registrado en el primer semestre de 1998, pero también evidencia un alejamiento creciente de la meta fijada para este año.
En mayo se había logrado un superávit comercial de 312 millones de dólares y se esperaba una aceleración de las exportaciones en los meses siguientes, como efecto de la caída del real. El gobierno mantiene su previsión de un saldo favorable de 4.000 millones de dólares para todo el año.
Luego de la devaluación, las autoridades manejaron ante el Fondo Monetario Internacional la posibilidad de un superávit anual de 11.000 millones de dólares, aunque es ahora claro que el retroceso de la cotización del real, de más de 40 por ciento, no basta para lograr ese resultado.
El problema en junio fueron los bajos precios de los productos primarios de exportación y la mayor demanda de importaciones determinada por la recuperación económica, explicó Mario Marconini, secretario de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo.
La recesión fue menos intensa de lo que se preveía al momento de producirse la crisis cambiaria. La esperada reanudación del crecimiento en este segundo semestre hará más dificil un superávit de la magnitud necesaria para equilibrar las cuentas externas.
Además, las empresas intentaron adelantar su importación de bienes de capital, para aprovechar exoneraciones al Impuesto sobre Productos Industriales que vencieron el 30 de junio, observó Marconini.
La supresión de esas exoneraciones, que habían sido concebidas como estímulo a la compra de máquinas y equipos para mejorar la productividad, contribuyó a concentrar en junio las importaciones de las empresas, coincidió José Augusto de Castro, director de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil.
Pero el resultado negativo se debió también a que, pese a la devaluación, que redujo el costo internacional de la producción brasileña, hay dificultades para incrementar las exportaciones. El gran obstáculo es la escasez de financiación externa, según Castro.
Los exportadores disponían hasta mediados de 1998 de créditos por 40.000 millones de dólares para realizar sus ventas, pero esas líneas se desplomaron por efecto de la crisis de Rusia. Si bien mostraron luego cierta recuperación, se limitan ahora a 27.000 millones de dólares, dijo Castro.
La Confederación Nacional de la Industria identificó también un "deterioro en los términos de intercambio" de la economía brasileña en los primeros cuatro meses de este año.
El valor de las exportaciones cayó 12,5 por ciento respecto de igual período del año pasado, mientras el de las importaciones aumentó 5,6 por ciento. Brasil importó un volumen 24,9 por ciento inferior, pero los gastos no se redujeron en la misma proporción.
El valor de los productos básicos y semimanufacturados, que constituyen la mayoría de las exportaciones del país, se redujo cerca de 20 por ciento como promedio. Por otro lado, los precios de los bienes manufacturados, de los que Brasil es gran importador, aumentaron hasta 8,2 por ciento. (FIN/IPS/mo/ff/if/99