La caída de los precios internacionales del oro opaca el desempeño de la minería de Bolivia, pues amenaza con causar el cierre de las cooperativas del sector, suspende las exploraciones y obliga a medianas empresas a efectuar despidos.
La cotización del oro comenzó a caer en 1998. Al finalizar el primer semestre de 1999 llegó a 255 dólares la onza troy, en lo que se considera una de las peores crisis del metal en los últimos 20 años.
Los anuncios previos de nuevas inversiones en la minería del oro en Bolivia quedaron en palabras. Los inversionistas prefieren esperar la recuperación del precio del metal para comenzar trabajos de exploración.
Mientras, los más de 5.000 mineros agrupados en unas 230 cooperativas auríferas bolivianas apenas consiguen sobrevivir porque el precio del metal apenas les permite cubrir sus costos de operación y obtener una pequeña utilidad.
Si el precio del oro continúa en descenso, a los cooperativistas no les quedará otra opción que cerrar sus operaciones, dijo el presidente de la Federación de Cooperativas Auríferas, Félix Tarifa.
Los cooperativistas venden el oro a 6,8 dólares por gramo, cuando el costo de producción alcanza a seis dólares.
Las medianas compañías auríferas se vieron obligadas por la caída de precios a abatir sus costos de operación y también su fuerza de trabajo. Inti Raymi, la principal empresa aurífera boliviana, debió reducir su personal de 1.000 a 700 trabajadores, dijo su gerente general, Humberto Rada.
"Para enfrentar la caída de precios, en los dos últimos años hemos analizado nuestros costos de producción y ajustado donde fuera posible. Ello nos ha permitido continuar", aseguró Rada.
Con los ajustes, esa empresa, que había presupuestado un costo de producción de 217 dólares por onza de oro, logró producirlo en el primer trimestre de este año a 190 dólares.
Pese a los esfuerzos privados en la optimización de los costos, la crisis del oro ha provocado una caída de aproximadamente 33 por ciento del valor de la producción y el valor de las exportaciones auríferas de Bolivia en el primer trimestre del año.
La Asociación Nacional de Mineros Medianos estima que Bolivia dejó de percibir unos 14 millones de dólares en el primer trimestre de 1999 a causa de la crisis.
Los expertos dicen que la caída del precio del oro se produjo como consecuencia de las ventas de reservas de los países del sudeste asiático y de los bancos centrales de varios países europeos ante la creación del euro como moneda común.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial anunciaron la venta de parte de sus reservas de oro para financiar programas de alivio de deuda de los países más pobres, lo cual contribuyó a la caída del precio, aseguran los empresarios auríferos.
En medio de este panorama crítico, hay síntomas de recuperación. El consultor minero Charles Bruce, conocido promotor de inversiones mineras en Bolivia, estimó que la cotización del oro ha tocado fondo y que en adelante es posible esperar una recuperación.
Bruce dijo que hay una fuerte oposición en el Congreso legislativo de Estados Unidos a la anunciada venta de reservas del FMI y el Banco Mundial. Aunque el riesgo aún existe, es posible que esas reservas no salgan al mercado y, por lo tanto, que se eviten las distorsiones, agregó.
Para revertir las condiciones adversas, los empresarios mineros reclaman al gobierno facilidades impositivas que les ayuden a superar la crisis minera.
Las autoridades bolivianas, por su parte, reconocen las difíciles condiciones actuales de producción de oro y otros minerales y anuncian que buscarán opciones para ayudar a los productores y atraer nuevas inversiones al sector minero.
La minería es el principal sector exportador boliviano. El pasado año, la venta de minerales al exterior generó ingresos por unos 320 millones de dólares, 35 por ciento del total de ingresos nacionales por exportaciones. (FIN/IPS/ac/mj/if/99