MADRID – España vivió el martes una masiva reacción contra el racismo, que recrudeció en las últimas semanas con agresiones y manifestaciones contra trabajadores inmigrantes.
Inmigrantes en Terrasa y Banyoles, Cataluña, sufrieron la última semana la quema de sus viviendas y agresiones con puños, palos y puñales. Mientras, el municipio de Madrid desalojó a 400 rumanos y ordenó destruir sus viviendas precarias.
La reacción ciudadana obligó a las autoridades, que continúan pretendiendo la expulsión de España de la mitad de esas familias, a reubicarlas en tiendas de campaña de emergencia.
Grupos racistas incendiaron el día 20 una mezquita y una vivienda de inmigrantes en la catalana ciudad de Girona. Ese mismo día, la policía detuvo a un joven acusado de ser el autor de una página racista en Internet.
Pero el martes se hubo grandes manifestaciones contra el racismo en Madrid, Barcelona y Tarrasa. Mientras, la secretaria de Asuntos Sociales del gobierno, Amalia Gómez, advirtió que los ataques constituyen serios brotes racistas y no hechos aislados. —-
