NUEVA DELHI – La prostitución se convirtió en Asia en una actividad integrado a la vida política, social y económica de algunos países, según expertos.
"La escala de la prostitución se ha ampliado de tal manera que podemos hablar justificadamente del sector comercial del sexo", sostuvo el experto Lin Lean Lim en un informe preparado para la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Estudios en Filipinas, Indonesia, Malasia y Tailandia revelaron que el negocio ilegal del sexo asume las dimensiones de una industria y mejora de forma directa o indirecta el empleo, el ingreso y el producto nacionales.
"El control se desliza de las manos de las mujeres a las de los hombres", apuntó Jyoti Sanghera, de la Alianza Global contra el Tráfico de Mujeres. Las madamas de burdel ("mamasans" en Malasia y "gharwalis" en India) se esfuman con rapidez.
El sexo comercial "está adquiriendo las características de una industria altamente organizada, con salarios, atmósfera de fábrica, anonimato y completa alienación en el lugar de trabajo", explicó Sanghera. —-