Representantes de gobiernos y de organizaciones no gubernamentales de América Latina reclamaron en Uruguay erradicar todas las formas de reclutamiento de menores de 18 años por parte de las fuerzas armadas y organizaciones guerrilleras.
Casi un centenar de delegados se reunieron en Montevideo entre el lunes y el viernes, convocados por la "Coalición para Acabar con la Utilización de Niños Soldados" y patrocinados por la cancillería uruguaya.
Esta es la segunda reunión sobre el asunto que se realiza en el mundo. La anterior se celebró en abril en Maputo, capital de Mozambique, y la próxima está convocada para octubre en Berlín.
El trabajo previo de la conferencia fue realizado con la contribución de Amnistía Internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Instituto Interamericano del Niño, dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
"La tragedia de los niños soldados requiere una repuesta internacional urgente (porque) unos 300.000 niños están en combate en todas partes del mundo", dijo Jo Becker, presidenta de la coalición que reúne a diversos grupos humanitarios del mundo.
De ese total de niños y adolescentes, un tercio son utilizados en Africa, otro tanto en Asia y el resto en diversos sitios.
Los países más afectados por este fenómeno en América Latina son Colombia y Perú, aunque también muchos niños integran las fuerzas armadas en Paraguay y en México, señaló Rachel Brett, representante de la oficina en Ginebra del Comité de los Amigos Cuáqueros para las Naciones Unidas.
En 1998, las Fuerzas Armadas de Colombia admitieron que más de 15.000 menores figuraban entre sus soldados.
Los guerrilleros de ese país denominan "pequeñas abejas" a los niños reclutados, porque pican a los enemigos antes de que éstos perciban que están siendo atacados.
"Hay escuelas militares en todo el continente que inscriben a decenas de miles de adolescentes cada año", aseguró un informe de la coalición.
Las escuelas militares de Guatemala aceptan a estudiantes de 14 años, mientras las de Brasil y Uruguay desde los 15 años, añadió.
Argentina, Chile y la República Dominicana admiten en sus escuelas militares a estudiantes a partir de los 16 años, y en Chile algunos jóvenes de esa edad ya integran las fuerzas armadas.
De acuerdo con un estudio realizado por la coalición, "un rasgo casi universal de las fuerzas armadas del continente es el tratamiento brutal hacia los reclutados, sobre todo de los conscriptos jóvenes".
Con estos antecedentes, la declaración final de la reunión llamó a los Estados a ratificar y actuar de acuerdo con la nueva Convención Internacional del Trabajo sobre las peores formas de trabajo infantil.
La Convención, adoptada en junio pasado en Ginebra, estableció que el reclutamiento forzado o compulsivo de niños y niñas durante conflictos armados es una de las peores formas de trabajo infantil.
Los participantes de la conferencia de Montevideo destacaron algunos casos en que el reclutamiento en considerado "voluntario", cuando no debiera ser así.
Algunos niños se enrolan de manera voluntaria para sobrevivir a la falta de trabajo o de familia y, "tomando en cuenta las causas económicas, sociales, políticas y culturales" que los impulsan a ello, el reclutamiento "por fuerzas armadas o grupos armados irregulares no puede ser, a ningún efecto, considerado "voluntario".
Los niños reclutados como soldados reúnen las mismas características en todo el mundo y ese fenómeno tiene una estrecha relación con los problemas sociales.
Los conferencistas acogieron "con beneplácito" la proclamación por parte de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas del 2000 como el Año Internacional de la Cultura de la Paz.
Asimismo, instaron a "todas las fuerzas armadas y a todos los grupos armados que operan a instigación o aquiescencia del Estado, a que se abstengan de reclutar menores de 18 años o utilizarlos para participar, directa o indirectamente, en los conflictos armados y en toda situación de violencia interna".
Para concretar esa aspiración exhortaron a la OEA y a sus estados miembros a promover el fin del reclutamiento forzoso o voluntario de menores de 18 años.
Finalmente, pidieron al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional que den prioridad en sus políticas de asistencia los derechos económicos, sociales y culturales de los menores de 18 años y promuevan la reinserción de los niños y jóvenes afectados por los conflictos armados. (FIN/IPS/rr/dm/hd/99)