Un número indeterminado de niños mueren cada año en América Latina en enfrentamientos bélicos, integrando las fuerzas armadas o grupos guerrilleros, advirtió esta semana en la capital de Uruguay la Coalición para Acabar con la Utilización de Niños Soldados.
La organización, integrada por diversos grupos humanitarios, celebró en Montevideo entre el lunes y el jueves una conferencia destinada a denunciar el reclutamiento de niños latinoamericanos y su utilización como soldados en conflictos armados.
La conferencia fue patrocinada por la cancillería uruguaya y fue la segunda sobre el asunto que se realiza en el mundo. La anterior se celebró en abril en Maputo, capital de Mozambique, y la próxima está convocada para octubre en Berlín.
El trabajo previo fue realizado con la contribución de la organización humanitaria con sede en Londres Amnistía Internacional, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Instituto Interamericano del Niño, dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En América Latina, los países más afectados por este fenómeno son Colombia y Perú, aunque también muchos niños integran las fuerzas armadas en Paraguay y en México, dijo Rachel Brett, representante de la oficina en Ginebra del Comité de los Amigos Cuáqueros para las Naciones Unidas.
En Colombia, las fuerzas armadas llaman a los niños soldado "pequeñas campanas", porque son utilizados como parte de un sistema de alarmas.
En 1998, las fuerzas armadas de Colombia admitieron que más de 15.000 menores figuraban entre sus soldados.
Los guerrilleros, por su parte, los denominan "pequeñas abejas", porque pican a los enemigos antes de que éstos perciban que están bajo ataque.
Los testigos de una operación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a fines de 1997 sostuvieron que algunos de los atacantes no tenían más de ocho años.
La organización guerrillera Sendero Luminoso, de Perú, recluta a la fuerza a niños de hasta nueve años, mientras las fuerzas armadas, a pesar de la prohibición legal, realizan reclutamientos forzados, denominados "levas", dijo Víctor López, del Instituto para los Derechos Humanos de ese país.
Una investigación del Congreso legislativo peruano demostró que el maltrato de reclutas es una práctica generalizada.
Durante la guerra entre Ecuador y Perú a comienzos de 1995, el peruano Yenure Chiuala Cruz, de 14 años, murió en batalla y, aunque su inclusión en filas militares fue presentado por el gobierno como voluntario, organizaciones humanitarias dicen que fue reclutado a la fuerza.
"Hay escuelas militares en todo el continente, que inscriben a decenas de miles de adolescentes cada año", aseguró un informe de la coalición. Las escuelas militares de Guatemala aceptan a estudiantes de 14, y las de Brasil y Uruguay, desde los 15 años, añadió.
Argentina, Chile y la República Dominicana admiten en sus escuelas militares a estudiantes desde 16 años, mientras en Chile algunos de esos jóvenes ya integran las fuerzas armadas.
De acuerdo con un estudio realizado por la colición, "un rasgo casi universal de las fuerzas armadas del continente es el tratamiento brutal de los reclutados, sobre todo de los conscriptos jóvenes".
En Argentina, el abuso físico de los conscriptos terminó con este sistema, pero problemas similares son denunciados con regularidad en Bolivia, Chile, Cuba, Paraguay, Perú y Venezuela.
El reclutamiento de menores resulta de la combinación de varios factores. El desarrollo tecnológico permite fabricar armas más pequeñas, el incremento de bajas de adultos lleva a reclutar jóvenes, muchos de ellos sin siquiera documento de identidad.
Algunos niños, incluso, se enrolan voluntariamente para sobrevivir a la falta de trabajo o de familia.
Los niños reclutados como soldados reúnen las mismas características en todo el mundo y ese fenómeno tiene una estrecha realación con los problemas sociales.
"¿Cómo grantizar que todos los niños tengan acceso la educación, a la salud, a un nivel de vida razonable y decente?" dijo Brett, quien sostuvo que si se pudieran solucionar esas necesidades, el reclutamiento de niños no se produciría.
Además de participar en combate, los niños son utilizados para tareas que van desde trabajos de inteligencia hasta la limpieza, pasando por secuestros y el cuidado de rehenes, dijo Jo Becker, directora de la división derechos infantiles de Human Rights Watch, organización de derechos humanos con sede en Nueva York.
Para la coalición ha sido imposible calcular con exactitud el número de niños utilizados como soldados en América Latina.
Sin embargo, estimaron que no menos de 300.000 niños realizan esa actividad actualmente en el mundo y que de ese cifra un tercio son reclutados en Africa, otro tercio en Asia y el resto en otras naciones del mundo.
Los organizadores de la conferencia destacaron que a mediados de junio la oposición de Estados Unidos y de Somalia impidió incluir el reclutamiento de menores a las fuerzas armadas dentro de una convención aprobada por la Organización Internacional del Trabjo (OIT).
Estados Unidos apoyó la prohibición de las formas más explotadoras y peligrosas de trabajo intentil, incluyendo la prostitución.
Es que Estados Unidos forma parte de una minoría de países que aún recluta menores en sus fuerzas armadas y "una prohibición total del uso de niños en conflictos armados", dejaría a ese país "en situación de infracción ante la nueva convención", señaló Becker. (FIN/IPS/rr/mj/hd ip/99