La confirmación de que hubo un accidente el año pasado en el reactor nuclear de Qinshan, en China, hizo que científicos de Pakistán pidieran un examen independiente del reactor paquistaní de Chashma, que es una copia del de Qinshan.
La Comisión de Energía Atómica de Pakistán (PAEC) no ha hecho comentarios acerca del accidente en China, y parece decidida a seguir adelante con la construcción del generador de Chashma, de 300 megavatios, en el distrito nororiental de Mianwali, sobre la margen izquierda del río Indus y a 170 kilómetros de Islamabad.
"El accidente de Qinshan mostró los riesgos que la PAEC está dispuesta a correr", observó Zia Mian, un médico paquistaní, en una comunicación mediante correo electrónico desde Estados Unidos, donde trabaja en la Universidad de Princeton.
La construcción de la central nuclear de Chashma se decidió en 1989, en un acuerdo entre China y Pakistán, y comenzó en 1992. Los críticos dicen que el reactor tiene problemas de diseño como el de Qinshan, que comenzó a funcionar en 1991, dos años después de lo previsto, tras una larga serie de problemas.
Chashma será la segunda y la mayor central atómica de Pakistán (la primera se construyó en Karachi, al sudoeste). La planta toma agua refrigerante del canal que une a Chashma con Jhelum, unos 200 kilómetros al este, y la descarga en el río Indus.
"Un accidente grave en Chashma puede causar la contaminación radiactiva de algunas de las áreas agrícolas más pobladas del país", advirtió Mian.
"En un radio de 220 kilómetros se encuentran algunas de las principales ciudades. Al norte está Peshawar, al noreste Rawalpindi e Islamabad, más al este Lahore, y al sur Multan. Los vientos habituales pueden llevar la radiación a cualquiera de esas ciudades apenas 12 horas después de un accidente", señaló.
"Esa posibilidad, por pequeña que sea, obliga a realizar una cuidadosa inspección", añadió.
Isa Daudpota, un médico que se ha transformado en militante pacifista, también opinó que el gobierno debería designar una comisión independiente para inspeccionar Chashma y asegurar que se tuvo en cuenta la seguridad pública en la construcción de la planta nuclear.
"Debería pedirse un examen independiente a una comisión de científicos y representantes de grupos ambientalistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) destacadas", afirmó.
La inspección independiente del reactor y de todas las instalaciones relacionadas con la energía nuclear, solicitada por varias de las principales ONG del país, es un requisito establecido en la Convención de Seguridad Nuclear, que el gobierno paquistaní firmó.
Las cuestiones de seguridad nuclear son manejadas actualmente por un Consejo Regulador Nuclear, que tiene su sede en la PAEC. El presidente de la PAEC preside también el Consejo Regulador, cuyos miembros son en su mayoría empleados del gobierno.
"Es imposible que el consejo sea independiente y garantice que la seguridad reciba la máxima prioridad. ¿Cómo puede la PAEC examinar con independencia sus propios actos?", preguntó la Red de Defensa del Desarrollo, una alianza de las principales ONG del país, en una declaración publicada tras las pruebas nucleares de 1998.
La Red ha demandado que se aprueben leyes claras para la protección contra la radiactividad, incluyendo normas de seguridad para el almacenamiento y el transporte de material radiactivo, el manejo adecuado de residuos radiactivos, y la ayuda de emergencia en caso de que se produzca un accidente.
Los ambientalistas dicen que el gobierno no ha hecho público un estudio sobre el impacto ambiental que podría tener la central, como lo exigía la Ordenanza de Protección Ambiental de Pakistán de 1983, ahora reemplazada por la Ley de Protección Ambiental.
Algunos sospechan que ese estudio ni siquiera fue realizado. "¿Es que la ley no se aplica a la PAEC? ¿Qué dicen sobre esto la Agencia de Protección Ambiental nacional y su filial provincial?", preguntó Mian.
Los funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental se negaron a formular comentarios, alegando que su director general asistía a una conferencia en Roma.
El reactor de Chashma, que se construye a un costo estimado de 600 millones de dólares, agregará sólo 300 megavatios a la capacidad de generación de electricidad ya instalada en el país, de 16.752 megavatios, o sea ocho por ciento.
"Pakistán no necesita electricidad en forma desesperada, y los riesgos de Chashma son muy grandes. Para correr semejante peligro se necesitarían razones poderosas, que no parecen existir en este caso", apuntó Mian.
Un ex científico de la PAEC aseguró que no duda de la seguridad del reactor, y opinó que el gobierno debería autorizar un examen independiente para aclarar la situación.
"Si la planta puede ser examinada por inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica, ¿por qué no pueden hacer lo mismo científicos locales?", preguntó.
El científico arguyó que como Chashma es el primer reactor nuclear exportado por China, ese país "va a hacer todo lo posible" para garantizar la seguridad del proyecto, "porque si no lo hicieran tendría mucho para perder". (FIN/IPS/tra- en/mr/an/ego/mp/en/99)