/BOLETIN-AMBIENTE/ ECUADOR: El ecosistema de Galápagos a punto de colapsar

El mal manejo ambiental de las Islas Galápagos en Ecuador pone en riesgo a varias especies autóctonas, señala un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza y la Fundación Natura.

Según el documento, uno de los factores fundamentales es el aumento de la presión económica que mantiene el crecimiento poblacional a un ritmo de seis por ciento al año, lo que prodría producir un colapso en el ecosistema del archipiélago.

El aumento de la población a ese ritmo trajo como consecuencia que en 1998 se introdujeran cerca de 470 especies de nuevas plantas que provocaron la desaparición de dos especies endémicas de las islas.

En 1971 existían 170 plantas extrañas. Hoy hay más de 500 especies agresivas que están destruyendo a las nativas.

El archipiélago de Galápagos, formado por 19 islas, 42 islotes y 26 rocas, se ubica a 1.200 kilómetros del territorio continental ecuatoriano y cuenta con 14.000 habitantes.

Según los expertos, la población de las islas alcanzó un tope máximo, por que debería controlarse el crecimiento poblacional, que en la actualidad es tres veces mayor al del resto del país. Cada año llegan más de 500 nuevos colonos.

Esto ha provocado un gran aumento de las tierras de cultivo, de la extracción de materiales de construcción y de la contaminación por mal manejo de desechos sólidos y elementos químicos.

En puertos y aeropuertos, desde mayo se busca evitar la afluencia de colonos a las Islas, pero eso no impidió que recientemente se detectara la presencia de nuevas especies introducidas, particularmente anfibios (como la rana), que en sus cinco millones de años de existencia nunca habían llegado.

Según el director de Fundación Natura, Teodoro Bustamante, las 200.000 cabras salvajes ponen en riesgo a las tortugas gigantes que dan nombre al archipiélago, porque comen los cactus, que es su alimento. Además, han proliferado perros y gatos salvajes que comen los huevos de tortuga.

Según el informe, casi la mitad de los reptiles y un tercio de los mamíferos están amenazados de extinción.

El año pasado, el Congreso votó una ley que prohibe la pesca industrial dentro de 40 millas consideradas reserva de recursos marinos de Galápagos. Sin embargo, la disminución de la pesca industrial no disminuyó y tanto los pepinos de mar como otras especies siguen estando en peligro de extinción.

Entre las causas está el hecho de que desde el 25 de marzo las autoridades permitieron de nuevo, por dos meses, la pesca de pepino de mar.

Existe gran demanda del pepino de mar por parte de países asiáticos. Por eso la diputada galapagueña Fanny Uribe defiende la autorización para pescarlo, con el argumento de que "contribuirá a mejorar el nivel de vida de los pescadores artesanales".

Este informe se da a conocer poco después que la revista National Geographic publicara un reportaje sobre las islas, con fotos de playas en las que aparecían decenas de pingüinos y lobos marinos muertos e iguanas echadas sobre decenas de latas herrumbradas.

El autor del artículo y las fotos, Peter Benchley, autor de la novela "Tiburón", quien realizó varias visitas a Galápagos, menciona que el año pasado se votó una ley para el archipiélago pero agrega que no existen recursos para evitar que barcos pesqueros penetren en la zona de exclusión.

Benchley denunció también la complicidad de algunos jefes militares. La propia ministra de Medio Ambiente, Yolanda Kakabadse, reconoció que los pepinos de mar salen de Galápagos con la colaboración de personas vinculadas a la Dirección de Aviación Civil.

El oceanógrafo francés Jean Michel Cousteau se mostró en desacuerdo con Bencheley, al subrayar que hay medidas positivas, como la ley para Galápagos, y otras que no tanto, como la falta de control sobre la pesca y el turismo, pero aseguró que lo mostrado en el artículo de National Geographic es excepcional.

"Soy parte de la Comisión que protege los 12 santuarios marinos norteamericanos y puedo asegurar que Ecuador protege más el medio marino, como en el caso de Galápagos, que Estados Unidos", dijo a IPS Cousteau.

Pablo Ospina, de la Fundación Natura, considera necesario organizar la llegada de los más de 70.000 turistas que visitan Galápagos cada año, pero aseguró que la falta de control sobre el turismo no provoca tanto daño al ambiente como el "desastre de la pesca industrial indiscriminada".

"Por eso la nueva ley prohibió la pesca y no el turismo, aunque le puso severos límites", comenta.

Galápagos fue declarado Parque Nacional en 1959 y en 1973 recibió el estatus de provincia. Allí fue donde el científico británco Charles Darwin realizó parte de sus investigaciones sobre la evolución de las especies.

El secretario de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Antonio Enríquez, advirtió que si no se toman medidas enseguida, el ecosistema podría colapsar en menos de 10 años: "la capacidad turística de las islas está saturada, eso repercute en los animales, que modificaron su conducta". (FIN/IPS/kl/ag/en/99

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