Las economías del sudeste de Asia no retomarán a corto plazo las altas tasas de crecimiento previas a la crisis financiera estallada en 1997, en contraste con China, pronosticó hoy la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se prevé que China mantendrá un robusto crecimiento de siete a ocho por ciento al finalizar este siglo, indicó la organización en el informe "La economía mundial en 1999", publicado este jueves.
"La crisis financiera de los últimos dos años y el consiguiente enlentecimiento económico asestaron un duro golpe a las perspectivas de desarrollo", observó Nitin Desai, subsecretario general de la ONU para asuntos sociales y económicos.
Las economías del sudeste asiático ya comenzaron a recuperarse de la crisis financiera que comenzó en Tailandia hace dos años y luego se propagó a Indonesia, Corea del Sur, Malasia, Filipinas y Singapur, sostiene el informe.
Sin embargo, la región no está a salvo aún pese a la recuperación de los mercados financieros y un relajamiento de la política monetaria en los principales países industrializados a fines de 1998, aclara el documento.
El crecimiento económico de Corea del Sur cayó de 9,1 por ciento en 1991 a una tasa negativa de 5,8 por ciento en 1998, mientras el de Tailandia se desplomó de 8,5 a menos ocho por ciento en el mismo período.
Contracciones similares se registraron en Indonesia (de siete a menos 13,1 por ciento entre 1991 y 1998), Malasia (de 8,6 a menos 6,8) y Singapur (de 6,7 a 1,5 por ciento).
China, por otra parte, mantuvo un crecimiento promedio de 10,8 por ciento entre 1991 y 1998. La segunda mejor actuación en el mismo período correspondió a Malasia, con un promedio de crecimiento anual de 6,4 por ciento.
Mientras otros países del este y el sudeste de Asia todavía están en recesión, la tasa de crecimiento de China en 1998 fue de 7,8 por ciento, y se espera que llegue a 7,5 por ciento en 1999.
El crecimiento estimado para el sudeste de Asia este año permanece por debajo del 4,8 por ciento previsto para Taiwan, que actualmente tiene la segunda mejor tasa de la región.
Al comienzo de la crisis, dice el informe, no se previeron la forma ni el grado del "contagio" que luego tuvo lugar, y por lo tanto las respuestas políticas fueron inadecuadas.
Las acciones adoptadas inicialmente se realizaron según enfoques tradicionales. "Esos ajustes fueron a menudo una aventura hacia lo desconocido", sostiene el informe de la ONU.
Según el estudio, el crecimiento en las naciones en desarrollo sólo se recuperará gradualmente de la abrupta desaceleración de 1998, y alcanzará tasas de 2,5 y 4,5 por ciento en 1999 y el 2000, respectivamente.
Aunque varias economías en desarrollo y en transición afectadas muestran señales de una lenta recuperación, otras permanecerán o entrarán en recesión, vaticinó la ONU.
"La recesión que arrasó el sudeste asiático a fines de 1997 y en 1998 también afectó varios países de América Latina a fines del año pasado. Se prevé una persistencia de esa recesión en 1999 – aunque se moderará en el transcurso del año-, así como un retorno al crecimiento en el 2000", dice el documento.
No obstante, destaca, ninguno de esos países volverá pronto a las altas tasas de crecimiento previas a 1997.
La actuación excepcional de China se debió en gran parte a la política del gobierno sobre población, declaró el miércoles a la Asamblea General de la ONU Wang Zhongyu, secretario general del Consejo Estatal de China.
Beijing considera que la cuestión de la población va de la mano del desarrollo, señaló el alto funcionario chino en una sesión especial de la Asamblea General sobre Población y Desarrollo.
Dado que China es el país más poblado del mundo, con más de 1.200 millones de habitantes, Beijing hizo de la población una cuestión estratégica, y ello tuvo un papel positivo en el proceso de desarrollo, destacó Wang.
La política sobre población está integrada al programa general de desarrollo socioeconómico, y desde 1970 se aplican programas de planificación familiar, agregó. (FIN/IPS/tra-en/td/fah/mlm/if-dv/99