(Arte y Cultura) CHINA: Opera de Beijing busca audiencia

El líder comunista Mao Zedong estremeció todos los escenarios artísticos de China cuando lanzó en 1942 su programa de "rectificación", que abarcaba desde la poesía clásica a las novelas, la pintura de paisajes tradicionales y la Opera de Beijing.

Entonces, la idea de Mao, conductor de China desde su triunfo en 1949 hasta su muerte en 1976, era "asegurar que literatura y arte sean piezas que encajen bien en la maquinaria revolucionaria", de modo que el propósito de la cultura no era educar o entretener sino difundir propaganda política.

En efecto, muchos grupos que adoptaron el estilo popular de la Opera de Beijing fueron creados en el ejército para cultivar ideas revolucionarias en los soldados.

La Opera de Beijing es una compleja forma de ejecución que integra música, canto, recitación, danza, artes marciales y acrobacia.

El teatro tradicional chino amplió el escenario para que los intérpretes se enfrenten con la audiencia en tres direcciones, lo que explica la característica sobreactuación. La falta de escenografía se compensa con los movimientos físicos de los actores o las indicaciones de un apuntador.

Rostros pintados, pestañas y cejas rizadas, ropas tradicionales, cantos en tonos sobreagudos, gestos mecánicos y mucho ruido son algunos de los detalles característicos.

Las artes tradicionales padecen ahora la falta de apoyo del público, mientras los más de 1.000 millones de habitantes de este país se preparan para el nuevo siglo tras décadas de progreso económico y cambios en el estilo de vida.

Mientras, la juventud china se desinteresa por las formas de arte tradicional y prefiere todo lo que consideran moderno.

Pero, aunque muchos dicen no entender nada de la Opera de Beijing, ésta se convierte en una de las herramientas favoritas de los gobiernos para inculcar ideas en la sociedad cuando deciden realizar cambios económicos o políticos.

La Opera de Beijing se originó en 1790, cuando cuatro grupos de la provincia de Ahhui llegaron a Beijing para actuar en la corte. Luego, comenzaron a poner en escena actuaciones conjuntas con grupos de la provincia de Hubei, también ante la corte.

Sus principales influencias fueron entonces el dialecto de Beijing y los diseños, estilos y expresiones de otras óperas, en especial en materia de canto.

Durante 20 años en la segunda mitad del siglo XVIII, en el reinado del emperador Xianfeng, se desarrolló la Opera de Beijing como nueva forma artística.

La tradicional Opera de Beijing apareció por primera vez como se la conoce hoy en la última época de la dinastía Qing con la fundación, en 1904, de la escuela Xiliancheng.

Tras el triunfo de la revolución comunista que dio origen a la China moderna en 1949, el gobierno instaló modernas escuelas de la Opera de Beijing, en la capital y en Shangai.

"La creación artística de entonces contenía ciertos temas políticos. Fue un buen intento de mostrar la vida moderna sobre el escenario de la Opera de Beijing", comentó Zhang Jun, de la Academia de Artes de China.

Zhang explicó que la Opera de Beijing se concentra por tradición en relatos históricos. Hay unas 1.300 piezas clásicas, de las cuales 400 han sido populares. La creación de piezas modernas en China data de los años 50.

En la actualidad, casi todas las provincias chinas y las grandes municipalidades tienen sus propias escuelas tradicionales de ópera, pero el número de estudiantes cae día a día.

Xue Lin, un maestro de la escuela tradicional de la Opera de Beijing, indicó que el tiempo en que transcurre la obra se maneja con libertad. Para representar una larga jornada, los actores caminan alrededor del escenario una vez. Varios golpes en la campana que simboliza la noche significan una larga vigilia.

La estructura narrativa de la Opera de Beijing es definida por sus cultores como "enhebrar las perlas con un punzón". El punzón es la trama y las perlas son las secuencias específicas.

Como el canto es una parte clave de la interpretación, los espectadores solían decir, en los tiempos antiguos, que iban a "escuchar" una actuación, no a observarla. Las melodías de la ópera son dirigidas con palmas.

El maestro Lin atribuyó la falta de audiencia a la falta de creadores. El éxito del conjunto depende de que haya actuaciones cautivantes, tonadas memorables y buenos relatos. Hay en la actualidad muchos buenos intérpretes, pero no tantos artistas capaces de crear nuevas canciones y narraciones.

Zhang también ve problemas en un sistema de promociones basado en la competencia que, dijo, no permite aflorar la capacidad del actor. "Atmósfera social y base económica son otros dos elementos que afectan el desarrollo de la Opera de Beijing", añadió.

Otro desafío es cómo entusiasmar a la juventud en una era de la economía de mercado y de preocupación por el enriquecimiento en el menor tiempo posible.

El director de la `pera de Beijing, Yu Yukun, dijo que era muy difícil mostrar la vida moderna con el antiguo arte teatral. Además del canto, el encanto de la ópera reside en su característico maquillaje facial, trajes y estilo interpretativo.

Las piezas modernas no permiten el uso del maquillaje facial y vestuario tradicionales, de modo que el carácter original de la Opera de Beijing podría perderse para siempre.

Los espectadores de la Opera de Beijing han comenzado a creer que una obra "moderna" no es otra cosa que una mezcla de ópera moderna y drama que incorpora el canto tradicional.

"Cuando la Opera de Beijing pone en escena temas modernos, pierde su auténtico espíritu. Directores e intérpretes deberían tenerlo en cuenta", afirmó Zhan Jun. (FIN/IPS/tra-en/pa/js/ego/ap- cr/99

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