Marlene Silva Sabóia vivía con tres maridos en una misma casa, en medio a la pobreza y el moralismo del nordeste de Brasil.
La prensa divulgó el caso, insólito en un país de cultura machista, hace cuatro años. Ahora el cine trata de contarlo, indagando los factores que llevaron los cuatro a aceptar esa situación.
El rodaje de la película, titulada "Yo, tu, ellos", concluyó este mes en el interior pobre, áspero y seco del nordeste, la región brasileña que simboliza la miseria y la desigualdad social. La exhibición está prevista para empezar en marzo.
Nada tiene que ver con "Doña Flor y sus dos maridos", la película que, con la sensual actriz Sonia Braga, fue hace 20 años un fenómeno de taquilla con el que los cineastas brasileños ni siquiera sueñan actualmente: 12 millones de espectadores.
Darlene, nombre del personaje de la nueva película, es el opuesto a Doña Flor, aunque le gane en cantidad de maridos. Pobre, trabaja duro con su machete en el corte de caña de azúcar, en un mundo de precariedades, sin ningún "glamour". Vive en una casa lamentable en el medio rural.
La obra parte de una historia real y trata de ser fiel a la realidad social, pero es ficción, advierte el director y coguionista Andrucha Waddington. Procura responder a la curiosidad que le despertó el matrimonio, un desafío a la moral circundante, explicó.
Una tentación, según él, fue hacer una película humorística, ya que la situación parece cómica y por eso llamó la atención del público. La elección de Regina Casé, una actriz conocida por su comicidad, para representar a Darlene, parecía indicar ese camino.
Pero se optó por destacar los aspectos humanos, las razones personales y sociales que explican por qué se juntaron los cuatro personajes y mantuvieron en la extravagante situación, sin los celos inevitables en una sociedad que no acepta la poligamia y mucho menos la poliandria.
En la vida real, la mujer que vendió su historia al cineasta por el equivalente a 550 dólares al contado más tres por ciento de los ingresos que obtenga la película, ya perdió a uno de sus maridos.
A los 54 años sigue con los otros, los dos acercándose a los 70 años. El primero con el que se unió le ofrece protección y seguridad, pero no le ofrece el cariño, que recibe del segundo, muy afectuoso.
El tercero, más joven y buen mozo, le significó el placer sexual hasta que, hace dos años, lo echó, a causa de una borrachera y un altercado.
El guión de la película acoge esas características de cada relación. El resultado cinematográfico sólo se conocerá tras el montaje y el tratamiento final.
La mayoría de los actores son veteranos de calidad comprobada en el cine y en telenovelas. La música está a cargo de Gilberto Gil, uno de los compositores y cantantes que se destacan en la escena musical del país desde los años 60.
Esta es la segunda película de Waddington, un director formado en la publicidad y la producción de videos musicales y documentales para la televisión. Forma parte de un grupo de jóvenes brillantes, de origen similar, que se unieron para hacer cine y ya produjeron dos largometrajes.
La historia de Marlene Sabóia sirve para acentuar la cruda realidad del nordeste brasileño.
Sólo la marginalidad, el aislamiento y la carencia de casi todo explican la singular situación de los cuatro personajes principales sin opciones, obligados a tomar lo que se les ofrece, según los productores de la película.
En la vida real, la mujer asegura que los vecinos nunca la molestaron. "La vida es mía, hago lo que quiero", justificó a los periodistas que la entrevistaron.
Por eso la película trata también sobre la relación entre la vida privada y la pública, las dos morales, según Casé. (FIN/IPS/mo/ag-mj/cr/99