Ugyen Thinley, un ciudadano de China designado para ocupar un puesto de gran autoridad del budismo tibetano, deberá superar obstáculos terrenales para llegar al trono que lo espera en el monasterio de Rumtek, en el estado nororiental de Sikkim, en India.
Thinley, un joven de 15 años, no es considerado un mortal cualquiera, sino la 17 encarnación del Karmapa, el máximo dirigente de la rama budista tibetana Karma Kagyu ("Sombrero Rojo"), que fue fundada en el siglo XII por Dhusum Khyenpa, a quien se considera la primera encarnación del Karmapa.
El problema reside en que su reconocimiento como reencarnación del Karmapa no es unánime, y las controversias al respecto se vinculan con conflictos políticos y económicos de índole muy mundana entre China e India.
Los karmapas, que dirigen la orden del Sombrero Rojo del budismo tibetano, son más antiguos que los "reformistas" del Sombrero Amarillo, cuya máxima autoridad son los dalai lamas. Históricamente, los karmapas fueron maestros de los dalai lamas e incluso de varios emperadores de China.
Los karmapas forman el triunvirato lamaísta junto con el Dalai Lama y el Panchen Lama (máximos sacerdotes tibetanos).
El Dalai Lama (sacerdote "de todo el océano") y el Karmapa huyeron de Tibet luego del fracaso de la sublevación de 1959 contra los comunistas chinos.
Pero el Panchen Lama permaneció en Tibet, bajo tutela de China, y sólo protestó contra los excesos del Ejército Rojo de ese país en 1989, poco antes de morir.
Beijing rechazó la posibilidad de que el Dalai Lama decidiera quién era la reencarnación del Panchen Lama, ejerciendo una prerrogativa histórica de quienes ocupan su puesto.
Gedhun Choeki Nyima, el elegido del Dalai Lama, quedó olvidado en India, y en 1995 China instaló a Gyaltsen Norbhu en el trono del Panchen Lama en el monasterio tibetano de Tashi Lhunpo, en el pueblo de Xhigatse, pese a las protestas de los monjes.
El monasterio de Rumtek está acéfalo, a su vez, desde 1981, cuando murió el 16 Karmapa. La tarea de elegir al sucesor fue encomendada a cuatro regentes que fracasaron y pidieron ayuda al Dalai Lama.
Ahora China reconoció a Thinley como Karmapa, y los funcionarios del gobierno indio están consternados por las consecuencias políticas de que el Dalai Lama también le haya dado su aprobación. No está clara que joven aspirante al trono de los karmapas vaya a recibir una visa para ingresar a India.
Otro obstáculo terrenal para la entronización de Thinley es que un sector de lamas de Rumtek cuestionan el derecho del Dalai Lama a intervenir en esta cuestión, y sostienen que la actual encarnación del Karmapa es Thaye Dorji, otro joven nacido en India.
Shamar Rinpoche, regente de Thaye Dorje en su monasterio de Nueva Delhi, dijo que "el Karmapa no tiene que pedir permiso para nacer en este mundo, y la idea de que necesita una visa es ridícula".
Beijing tiene intereses a corto y largo plazo en este asunto, según P. Stobdan, del Instituto de Análisis y Estudios sobre Defensa de Nueva Delhi.
"En lo inmediato, Beijing se propone socavar la autoridad que tiene el Dalai Lama sobre los budistas tibetanos, y en el largo plazo, utilizará a Norbhu para elegir un sustituto del Dalai Lama que resulte conveniente para los intereses de China", opinó.
De todos modos, tras el acuerdo entre el Dalai Lama y Beijing acerca del nuevo Karmapa, los devotos de Karma Kagyu esperan que Thinley llegue a Rumtek desde su hogar actual, el monasterio tibetano de Tsurphu.
"Rezamos por la pronta llegada del nuevo Karmapa y esperamos que se quede aquí con la 'corona voladora' y otros tesoros antiguos, en lugar de volver al Tibet", manifestó Pema Dorji, una devota de Karma Kagyu.
La "corona voladora", de unos 600 años de antigüedad, es la reliquia más valiosa del monasterio de Rumtek, y los devotos creen que fue confeccionada empleando cabellos de ángeles y de otras criaturas celestiales sobrenaturales.
Los karmapas la llevan en las audiencias públicas, y deben calzársela siempre con la mano derecha, ya que se cree que de lo contrario se iría volando.
"Esta debe ser la primera vez que China da su aprobación, y es posible que lo haya hecho para mostrar al mundo que la intervención de Beijing en los asuntos espirituales y temporales de Tibet es decisiva", afirmó Sreedhar Raol, un ex gobernante de Sikkim, en una declaración oficial.
"No es descabellado suponer que los chinos establecieron su derecho a reconocer a las reencarnaciones de los lamas para identificar, más adelante, al sucesor del actual Dalai Lama", agregó.
Beijing podría ignorar así la afirmación del propio Dalai Lama de que él es el último en la línea de encarnaciones, y designar a "un impostor" que le sirviera para consolidar su poder en el Tibet, advirtió Rao.
Por otro lado, si se extingue la línea de encarnaciones del Dalai Lama, la autoridad religiosa sobre los budistas tibetanos pasará a manos del Panchen Lama y el Karmapa, que ya están bajo control de Beijing.
Cuando sea adulto, Thinley gobernará un imperio de ricos templos, administrado ahora desde el monasterio de Rumtek, y será el líder espiritual de millones de adeptos de Karma Kagyu diseminados por Taiwan, Estados Unidos y Europa.
Esta rama del budismo tibetano tiene gran influencia en la zona de los Himalayas, desde la región de Ladakh, en Cachemira, hasta Arunachal Pradesh, al nordeste, incluyendo a Nepal y Bután.
Pero Stobdan indicó que los grupos rivales están interesados en los antiguos tesoros, y sobre todo en la "corona voladora", más que en la influencia política del Karmapa. (FIN/IPS/tra- en/rdr/an/ceb/mp/cr ip/99