El presidente Jules Wijdenbosch afirmó que la Asamblea Nacional actuó ilegalmente al destituirlo mediante un voto de censura el martes.
La actitud del presidente hace prever nuevas manifestaciones contra el gobierno organizadas, entre otros sectores, por la comunidad empresarial.
El parlamento de 51 miembros, constituido por al menos 10 partidos, decidió por mayoría simple destituir a Wijdenbosch y al vicepresidente, Prataap Radhakishun, por falta de confianza en su capacidad para sacar al país de la crisis económica.
Sin embargo, reina la confusión. Se prevé que la Asamblea se reunirá esta semana para comenzar el proceso de elegir al nuevo presidente y al consejo de ministros, en el que se pretende incluir a más empresarios y menos políticos de carrera.
Según los legisladores, los políticos de carrera decepcionaron al país. La economía está en ruinas. El florín cayó a su nivel más bajo, 2.200 por un dólar a principios de mayo, y en las últimas semanas se cotizó a 1.400 por dólar.
Wijdenbosch, de 59 años, afirmó en entrevista con IPS la semana pasada que la constitución no otorga al parlamento el derecho de destituir al jefe de Estado con el argumento de que la economía cayó drásticamente durante su gestión.
Lo que debería hacerse en este punto es convocar a elecciones con dos años de anticipación, sugirió. Los comicios deben realizarse, de acuerdo con la constitución, en el 2001.
Los legisladores no estuvieron de acuerdo y se mostraron inflexibles respecto de que la constitución indica que el presidente puede ser destituido por una mayoría de dos tercios, que fue lo que sucedió en la asamblea el martes pasado.
Esta situación sumergió al país de 405.000 habitantes en una profunda confusión política y constitucional, porque nadie sabe con certeza cuál será el resultado de la actual parálisis.
La constitución establece claramente que se necesitan dos tercios de la asamblea para elegir un presidente, pero no hay una indicación clara acerca de cómo puede ser destituido.
Los analistas dijeron que el presidente, que destituyó a la mayoría de sus ministros la semana pasada, no es popular entre la población y que la mayoría estuvo de acuerdo con las medidas tomadas por la asamblea para destituirlo.
Wijdenbosch, que estudió ciencias políticas en Holanda y fue ministro en los años 80, se niega a retirarse en silencio. "La Asamblea no tiene fundamentos constitucionales para deponer al presidente", declaró a IPS.
"No presto atención a lo que digan los demás. Mi principal preocupación es evitar a toda costa, con las normas y reglas, que una medida inconstitucional prevalezca sobre el sistema democrático", agregó.
"La decisión más drástica que podía tomar dentro de la constitución era hacer que los miembros del consejo de ministros reununciaran, y pedir a la asamblea que me diera la libertad de acción constitucional para fijar y establecer una fecha de elecciones prematuras", dijo.
Esto no se hizo. Algunos miembros de la asamblea afirman que nuevas elecciones costarían al país millones de dólares, algo que no puede permitirse en este momento.
La situación continúa siendo tensa. Sectores contra el gobierno cerraron locales comerciales, incluso bancos, estaciones de combustible y el único aeropuerto internacional la semana pasada.
Esta finalizó con una marcha de 30.000 personas por las calles de Paramaribo, que rebasó las líneas políticas y raciales.
Esta semana los funcionarios del gobierno se prepararon para lo peor, e incluso piensan contraatacar llevando a miles de sus seguidores a las calles si los partidos y empresarios de oposición deciden paralizar el país nuevamente.
Fred Derby, líder del Partido Laborista de Suriname, dijo que la oposición podría presionar nuevamente a Wijdenbosch si se niega a retirarse tranquilamente. "Podemos llevar a 80.000 personas a las calles otra vez", dijo a IPS.
A su vez, Derby y sus seguidores analizan una lista de posibles candidatos para reemplazar a Wijdenbosch, entre quienes se encuentran André Telting, un ex director del Banco Central, Henk Ramdin y Josef Brahim.
Telting parece ser el candidato más popular, pero la comunidad empresarial parece favorecer a Ramdin, un director retirado de la compañía de bauxita estadounidense Suralco.
Brahim es un ex director del Surinaamsche Bank, el mayor banco comercial de este país de América del Sur.
El ex presidente Ronald Venetiaan también sería un posible candidato, pero los observadores afirmaron que es muy poco probable que pueda reunir la mayoría de dos tercios requerida para ocupar nuevamente la presidencia. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/at/aq/ip/99