La FAO exhortó hoy a los 175 países que la componen a controlar las raciones para animales de modo riguroso con el fin de evitar problemas con los alimentos como el caso de la carne contaminada por dioxinas, en Bélgica.
El riesgo de cáncer por consumo de productos animales contaminados con dioxina es otra clara advertencia de que la alimentación animal tiene un impacto directo en la calidad y seguridad de la alimentación humana, alertó la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con sede en Roma advirtió que los incidentes de los últimos días comparten su origen con el brote en 1996 de la encefalopatía espongiforme bovina (BSE) o enfermeda de las vacas locas en Gran Bretaña.
Las autoridades sanitarias creen que el consumo de carne bovina procedente de reses con BSE puede ser el origen de una variedad de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en los seres humanos.
La FAO instó a sus miembros y a la Unión Europea a tomar medidas inmediatas para asegurarse de que tanto los piensos como los alimentos destinados al consumo humano sean seguros y de buena calidad.
La organización elaboró un borrador de código de alimentación animal, con una serie de pasos que pueden servir de ayuda para prevenir los problemas de contaminación alimentaria.
La adopción del código es objeto de estudio por la comisión conjunta de Codex Alimentario de la FAO y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece los parámetros mundiales en la materia.
El borrador se ocupa de las técnicas correctas en materia de alimentación animal y establece procedimientos seguros de aprovisionamiento, manipulación, elaboración, almacenamiento y distribución de pienso producido comercialmente y destinado a animales de carne.
El documento suministra directrices sobre la gestión global de los procesos de producción, manipulación de ingredientes previa a la producción, almacenamiento y distribución, y es resultado de una consulta de expertos organizada por la FAO en marzo de 1997 para discutir la alimentación animal.
La FAO advierte que, además de los elementos que originan el BSE y las dioxinas, otras muchas sustancias pueden contaminar los piensos, entre ellas residuos químicos de la agricultura y la industria, microbios patógenos, residuos de medicamentos veterinarios y metales pesados.
El Comité Conjunto FAO/OMS del Codex Alimentario sobre Aditivos Alimentarios y Comantaminantes (CCFAC) discutió en diversas ocasiones el establecimiento de una cantidad máxima de dioxina en los alimentos.
En su última sesión, en marzo, el CCFAC resolvió solicitar información más exhaustiva antes de recomendar un límite aceptable a la contaminación por dioxina.
Se pidió entonces a los miembros del Codex que recogieran información sobre alimentos de carne de res y de pescado y de aceite de pescado contaminados con dioxina.
La dioxina tiende a ser absorbida por los tejidos grasos, animales y humanos, y es cancerígena en diversas especies animales. Estas sustancias no se producen para la venta, pero se forman por productos derivados de procesos de producción química e industrial.
Pueden contaminar los terrenos y el agua, normalmente a bajo nivel, y son extremadamente resistentes a los procesos de eliminación, tanto química como biológica. La FAO exhorta a mantener su presencia baja, aunque no es posible eliminarla completamente de los alimentos.
Por su parte, el director de la Agencia para la Protección del Ambiente de Italia, Edolo Minarelli, señaló la contaminación de dioxina en la carne animal registrada en Bélgica no tiene precedentes.
El gobierno italiano ordenó retirar de los establecimientos comerciales todos los alimentos procedentes de Bélgica y realiza una campaña para promover el consumo de alimentos nacionales. La venta de carne bajó entre 10 y 15 por ciento esta semana. (FIN/IPS/jp/mj/he dv/99