R.D. CONGO: Estados Unidos prevé solución diplomática

Estados Unidos cree que hay grandes posibilidades de lograr una paz negociada en la guerra civil de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) en vista del cansancio de todas las partes en pugna.

Washington ve la próxima cumbre de la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC), a realizarse este mes en Lusaka, como una oportunidad de impulsar un cese del fuego, particularmente entre los países extranjeros que intervienen en el conflicto apoyando a los rebeldes o al gobierno de Laurent Kabila.

"Luego de meses de parálisis diplomática y militar, hay señales de un cambio de mentalidad en la región en favor de la acción política y diplomática y en contra de la fuerza", destacó Susan Rice, subsecretaria de Estado de Estados Unidos para Asuntos Africanos.

Sin embargo, persisten numerosos obstáculos en el camino hacia un arreglo negociado, observó Rice el martes en un testimonio ante el Senado.

El escollo más importante sería la negativa del presidente Kabila a negociar con la oposición rebelde, que a su vez está dividida entre partidarios y opositores de entablar conversaciones con el gobierno.

Tampoco está claro que el SADC, que intentó mediar en el conflicto desde un principio, constituya el ámbito apropiado para negociar un acuerdo, señalaron observadores.

Desde su estallido, el pasado agosto, la guerra civil en la RDC se transformó en la más complicada de la historia moderna de Africa.

Los rebeldes, que en 1997 se habían aliado con Kabila para derrocar al dictador Mobutu Sese Seko (posteriormente fallecido en el exilio), capturaron rápidamente la mayor parte del tercio oriental del país con la ayuda de tropas de Ruanda y Uganda.

También amenazaron por poco tiempo a la propia capital Kinshasa, en el oeste del país, pero fueron expulsados por fuerzas de Angola, que respaldaban a Kabila. Chad, Namibia y Zimbabwe también llegaron luego en ayuda de Kabila con tropas y equipos militares.

A esta mezcla se agrega la participación de otras fuerzas extranjeras, principalmente miembros de milicias y del antiguo ejército de Ruanda, que en su mayoría participaron del genocidio de 1994 en ese país africano.

Rice afirmó que Kinshasa "armó y entrenó entre 10.000 y 15.000" de esos hombres para que pelearan junto al gobierno.

La guerra también se mezcló con otros conflictos regionales, señalaron funcionarios de Washington y analistas independientes.

La intervención de Angola se debió principalmente al temor de ese gobierno a un fortalecimiento de los insurgentes de UNITA (Unión para la Independencia Total de Angola), que tienen bases y apoyo logístico en la RDC desde hace mucho tiempo.

Así mismo, Sudán utilizó el conflicto para proveer ayuda a rebeldes de la vecina Uganda.

Libia, por su parte, ayuda a financiar la intervención de Zimbabwe, cuyo presidente, Robert Mugabe, tiene intereses en la industria minera de la RDC, observó Marina Ottaway, especialista en asuntos africanos de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional.

"La actual guerra de Congo es el mayor conflicto interestatal de Africa de la historia moderna y potencialmente uno de los más peligrosos del mundo", observó Rice.

Sin embargo, hechos recientes sugieren la posibilidad de un acuerdo.

Aunque el gobierno de Angola retiene una presencia militar en la RDC, se vio obligado a retirar la mayor parte de sus tropas para defenderse de los rebeldes en su propio país, según analistas del Departamento de Estado.

A mediados de abril, Libia, Congo, Uganda y Chad firmaron un acuerdo con la mediación del presidente libio Muammar Gadafi que prevé un cese del fuego, el despliegue de una fuerza africana de mantenimiento de la paz y el retiro de las tropas de Ruanda y Uganda.

Posteriormente, Chad comenzó a replegar sus fuerzas, y Uganda, cuyos soldados están estacionados en el noreste, ha evitado los enfrentamientos.

Más importante, según Rice, es que Ruanda declaró un cese del fuego unilateral el 28 de mayo. Pese a informes de que fuerzas ruandesas bombardearon posiciones del gobierno congoleño, es posible que esas acciones se hayan producido en respuesta a ataques, observaron analistas estadounidenses.

"El hecho es que las partes llegaron a una situación de estancamiento y que las economías de todos los países vecinos están sufriendo", dijo un analista de Estados Unidos.

En particular, agregó, instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial ejercen fuerte presión sobre Zimbabwe para que ponga fin a su participación en la guerra.

"No quieren darle dinero si está en guerra", explicó. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mlm/ip/99

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