Nimi Sherpa es instructora de alpinismo, expedicionaria y guía turística profesional desde hace más de 10 años en Nepal y sueña con formar, en los próximos cinco años, un equipo de mujeres de su país para escalar el Everest.
El sueño de Sherpa se volvió más real cuando logró organizar, del 25 de mayo al 8 de junio, el primer Curso de Instructoras de Deportes al Aire Libre, destinado a mujeres nepalíes. Las 15 que se inscribieron ya recibieron sus certificados.
"Ya es hora de que este país de los Himalayas, conocido por sus montañas y sus alpinistas, cuente con mujeres entre sus guías y escaladores famosos. Por ahora, las que hay se pueden contar con los dedos de una mano", se quejó Sherpa.
La Asociación de Alpinismo de Nepal (AAN) y Eco Himal, una organización no gubernamental sin fines de lucro cuyo objetivo es mejorar la calidad del turismo, organizaron un curso de entrenamiento gratuito para alentar a las mujeres nepalíes a incorporarse al turismo de aventura.
Sherpa temía que ninguna mujer respondiera a la convocatoria, pero la AAN no dio abasto con las inscripciones.
"Fue una agradable sorpresa. Quedó claro que las mujeres están interesadas en el tema. Sólo necesitan un pequeño impulso. A la industria le vendría bien contar con instructoras de alpinismo, guías de caminos y expedicionarias", sostuvo Sherpa.
El turismo es la principal fuente de divisas de Nepal. En 1998 ingresaron al país 460.000 turistas que dejaron 152,5 millones de dólares. Más de la mitad de los visitantes llegaron para hacer alpinismo y caminatas.
"Sin embargo, muy pocas mujeres participan de la industria del turismo. Tenemos que llenar ese vacío", dijo Sherpa.
La escasez de mujeres que hay en el área "refleja nuestra situación social. La Constitución garantiza la libertad de todos, en todos los ámbitos. Pero en la práctica, se espera que las mujeres no adopten profesiones que impliquen independencia y movilidad", explicó Lakhpa Dorje, de la AAN.
"Se alienta a las mujeres a mantener los roles tradicionales. Tenemos que cambiar esa visión", señaló Dorje, miembro del Comité de Entrenamiento para Expedicionarios y Alpinistas de la AAN.
"El objetivo no es capacitar a las muchachas para que puedan escalar el Everest sino formarlas para que trabajen en la industria turística de Nepal como guías y expedicionarias. Hay demanda de guías e instructoras. El turismo las necesita", sostuvo Max Santner, de Eco Himal.
Nawa Jangmu Sherpa, de 30 años, de una localidad del este del país, dejó su pequeño restaurante a cargo de un asistente, tomó prestado el equipo de alpinismo y el bastón de caminata de su hermano, y se unió a las 15 mujeres que hicieron el primer Curso de Instructoras de Deportes al Aire Libre.
Una caminata de 10 días hasta el campamento base de Annapurna, al oeste del país, escaladas de rocas y un curso básico de primeros auxilios fueron sólo el comienzo. Ahora Nawa busca la manera de realizar los cursos intensivos de alpinismo básico y avanzado, ofrecidos por la AAN.
"Hace mucho tiempo que quiero hacer esto", reconoció. Hace nueve años se presentó una oportunidad similar, pero ella estaba a cargo de 10 hermanos, un yak (animal de carga que se utiliza en la región) y una granja de la familia.
"Tres de mis hermanos están en el negocio de las caminatas, y así pudieron pagar sus estudios", explicó Nawa.
Ang Diku, de Espíritu de la Montaña, una organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la vida de los montañeses, sostiene que debería haber más mujeres en el área del turismo.
"Cuando empecé a ir a esas caminatas, hace muchos años, no se sabía que hubiera guías mujeres. Ahora todo está cambiando, y hay grupos que piden especialmente que los guíe una mujer", contó Diku, una tejedora de 43 años.
"El abanico de posibilidades que ofrece esta profesión para las mujeres es muy amplio", opinó la más veterana del grupo que, cuando no viaja por el país para ayudar a las tejedoras a vender sus productos artesanales, se dedica a hacer caminatas y otros deportes al aire libre.
"Siempre habrá gente que nos desaliente, que diga que el lugar de una mujer es el hogar y no la naturaleza, que las mujeres no tienen resistencia física para esto. La única respuesta adecuada es hacerlo, y cerrarles la boca", concluyó. (FIN/IPS/tra- en/rl/an/ceb/aq/pr/99