La Organización de las Naciones Unidas (ONU), marginada en la acción militar contra Yugoslavia, se dispone ahora a jugar un papel importante en materia de prevención de crisis en todo el mundo.
El anuncio fue realizado en el comunicado emitido tras las deliberaciones de tres días del G-8 (Grupo de los Ocho, integrado por los siete países más industrializados del mundo y Rusia), que terminaron el domingo en la ciudad alemana de Colonia.
"Para mejorar nuestra capacidad de prevenir crisis, es necesario reconocer el papel importante que juega la ONU en ese sentido y tratar de fortalecer su capacidad en esa área", dice la declaración.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzó sus ataques aéreos contra Yugoslavia el pasado 24 de marzo sin obtener la autorización correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sólo cuando empezó a negociar el fin de los ataques aéreos entró en escena el foro mundial con una resolución impulsada por los países miembros de la alianza atlántica.
La razón subyacente a este reconocimiento del papel de la organización mundial en la prevención de crisis es que en muchos países, las guerras civiles y otros conflictos violentos son un obstáculo para "el buen uso" de las oportunidades de la globalización.
Una efectiva prevención y administración de crisis podría atacar las causas profundas de esos conflictos.
Dichas causas, según el G-8, incluyen la manipulación política de tensiones raciales, la desigualdad socioeconómica, la extrema pobreza y la ausencia de democracia, Estado de derecho y buen gobierno político y económico.
A menudo, esos factores son exacerbados por violaciones a los derechos humanos, degradación ambiental, escasez de recursos, rápido crecimiento de la población y propagación de enfermedades como el sida, la malaria, la poliomielitis y la tuberculosis, así como sus formas resistentes a los antibióticos.
De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, el G-8 se comprometió a aumentar la capacidad de reconocer y atacar el potencial de conflictos en una etapa temprana, estudiar los riesgos y las causas más efectivamente y compartir información para detenerlos.
El G-8 también garantizará que sus políticas económicas, ambientales, de seguridad y desarrollo sean coordinadas adecuadamente y conduzcan a la prevención de conflictos violentos.
"Mediante el diálogo con otros países e instituciones internacionales, trabajaremos para coordinar nuestras políticas", anuncia el comunicado.
Esto significaría en la práctica un "control sistemático del gasto militar en el contexto de los modelos de gasto público y del contexto macroeconómico más amplio de crecimiento y desarrollo", agrega.
Queda por ver hasta qué punto los países del G-8 lograrán aplicar su plan, dado que todos ellos son grandes productores y exportadores de armas. Aparte de Rusia, el G-8 está integrado por Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Canadá, Alemania e Italia.
El G-8 también planea promover una prensa libre, establecer procesos electorales justos, aumentar la responsabilidad de los sistemas democráticos y el funcionamiento de los poderes legislativo, judicial y de las fuerzas armadas y policiales, además de promover la defensa de los derechos humanos.
"Reafirmamos nuestro compromiso de contribuir al desarrollo económico y social de Africa, Asia y América Latina", dice la declaración.
"Revisaremos la situación cada año, sobre la base de informes de las instituciones financieras multilaterales y de los bancos regionales de desarrollo sobre el alivio de la pobreza", agrega.
El alivio de la pobreza es el objetivo declarado de la cancelación de 71.000 millones de deuda externa de los países más pobres del mundo, decidida en la cumbre de Colonia.
Sin embargo, la reducción o condonación de la deuda, alabada por muchas organizaciones no gubernamentales, obliga a los países beneficiarios a "practicar el buen gobierno y el desarrollo sustentable", es decir, los programas de ajuste estructural prescriptos por el FMI y el Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/raj/js/mlm/ip-dv/99