Con un pacto para prevenir fracturas, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México llamó a la unidad de sus precandidatos en la primera elección interna de esa agrupación política de cara a las elecciones presidenciales del año 2000.
Los cuatro precandidatos, 21 gobernadores y los máximos dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) sellaron este domingo un compromiso para realizar las elecciones primarias dentro de un marco de equidad, imparcialidad y unidad.
Con el llamado "Pacto de Metepec", acordado en el estado de México, colindante con la capital del país, el PRI pretende salir al paso a denuncias surgidas entre los postulantes por presuntas señales de "guerra sucia" entre los diversos candidatos.
El partido que en sus siete décadas de vida nunca ha perdido una elección presidencial anunció en mayo mecanismos mediante los cuales pretende dejar en el pasado añejas prácticas para la nominación de su candidato a la presidencia, como el "dedazo", la digitación de su postulante por el presidente de la república.
Algunos precandidatos sostienen que ha habido muestras de apoyo del presidente Ernesto Zedillo al ministro de Gobernación (Interior) Francisco Labastida.
El jefe de Estado sostuvo sin embargo que será el primer presidente de la repoública que no elegirá al candidato a su sucesión por el PRI.
Los primeros comicios primarios de la historia de ese partido se celebrarán el 7 de noviembre.
El presidente del PRI, José Antonio González, admitió que una fractura interna "haría perder la presidencia" a esa formación política que la conquistó en 1929 y jamás la perdió.
Las dos fuerzas más importantes de oposición, los partidos Acción Nacional (PAN, conservador) y de la Revolución Democrática (PRD, izquierdista), aún no han designado a sus candidatos.
Pronósticos casi unánimes colocan al gobernador de Guanajuato, Vicente Fox, como seguro postulante del PAN, y al jefe de gobierno de la ciudad de México, Cuauhtémoc Cárdenas, por el PRD.
Los ex gobernadores de los estados de Tabasco (sur del país) Roberto Madrazo y de Puebla (oriente) Manuel Bartlett y el empresario Humberto Roque, precandidatos junto con Labastida, pidieron a los mandatarios estatales del PRI asumir una actitud neutral.
La denominada "corriente crítica" del PRI sostiene que "las manifestaciones de adhesión que ha tenido Labastida se deben a que el Comité Ejecutivo las avaló desde que permitió a personajes del partido felicitar" al ex funcionario cuando renunció a su cargo de secretario.
Madrazo, a quien los primeros sondeos ubicaban a la cabeza de los cuatro precandidatos, presentó una queja formal ante el PRI contra diputados federales que participaron en actos en favor de Labastida.
Madrazo, Bartlett y Villanueva, han admitido en campaña haber alcanzado antiguos cargos públicos mediante las viejas prácticas del sistema político mexicano.
Al igual que Bartlett, Madrazo ha arremetido en sus discursos de campaña contra el modelo económico que defiende el gobierno.
"Las pruebas de que el neoliberalismo fracasó son irrefutables", dijo el ex gobernador de Tabasco.
"Los defensores de la política económica vigente se refieren a las cifras, no obstante que las estadísticas no tienen hambre ni padecen desempleo", agregó.
Bartlett cuestionó a su vez el rumbo económico que tomó el país a partir de principios de la década de los ochenta.
El viraje "tan drástico de la política económica de México no fue consultado ni discutido al interior del partido, al que muchos ven como una agencia del gobierno que sólo está para avalar" decisiones, sostuvo. (FIN/IPS/pf/dg/ip/99)