La política de contraer deudas para pagar deudas se mantiene, luego de que el gobierno de México anunció, con el aplauso de sus acreedores, que contrató nuevos préstamos y líneas de crédito por 23.700 millones de dólares.
Los créditos constituyen el "blindaje" con el que el gobierno de Ernesto Zedillo hará frente a posibles tubulencias que provocaría el proceso de sucesión presidencial del 2000, en el que, según varias encuestas, el otrora invencible Partido Revolucionario Institucional (PRI), podría perder.
En la lógica de endeudarse para pagar, de refinanciar para evitar una moratoria y sortear la desconfianza de los inversionistas, la deuda externa de este país llegó ya a 161.315 millones de dólares, 181 por ciento más que inicios de los años 80.
El incremento se dio a pesar que México pagó 215.000 millones de dólares a sus acreedores en los últimos 20 años.
Los mexicanos deben estar satisfechos, pues los nuevos préstamos y líneas de crédito demuestran el respaldo y la confianza que genera en el mundo la economía mexicana, dijo este martes el secretario (ministro) de Hacienda, José Gurría.
Los 23.700 millones de dólares de préstamos y ofertas de crédito dados por los organismos financieros internacionale, 6.800 de los cuales son líneas de crédito disponibles sólo en caso de emergencia, restan presiones al pago de la deuda externa y son una luz de confianza, aseguró el gobierno la semana pasada.
Los préstamos prometidos por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) suma 5.000 millones de dólares a la deuda externa e implican compromisos anuales adicionales por 760 millones de dólares al año, observó este martes el analista financiero Enrique Quitana.
Si el resto del dinero, ofrecido por los bancos centrales de Estados Unidos y Canadá, se usa, la deuda subiría mucho más, advirtió el experto.
El gobierno asegura que los créditos anunciados permitirán que por primera vez desde 1976 no se produzca en México una crisis económica al finalizar un período presidencial.
Desde los años 70, en cada fin de gobierno, en país enfrentó siempre una salida importante de capitales foráneos, presiones para el pago de deudas, devaluaciones, aumento de la inflación y caída del empleo.
Zedillo finalizará su gestión de seis años en diciembre del 2000. Su desempeño en materia económica, que ha mantenido en equilibrio las finanzas luego de la crisis estallada en diciembre de 1994 y su efecto internacional conocido como "tequila", es apludida por los organismos financieros.
México se acerca a la elección presidencial en una situación económica "envidiable", declaró esta semana James Wolfenshon, presidente del Banco Mundial, mientras el del BID, Enrique Iglesias, afirmó que "México está preparado como nunca" para enfrentar un cambio de gobierno.
Los dos directivos de los organismos financieros, que en el pasado alabaron la gestión del ex presidente Carlos Salinas (1988- 1994), a quien se responsabiliza de la crisis que enfrentó Zedillo, declaran estar completamente satisfechos con el desempeño actual la economía mexicana.
En 1995, la economía mexicana se contrajo 6,2 por ciento, pero en 1996 repuntó 5,1 por ciento, 6,8 por ciento en 1997, y 4,8 por ciento en 1998.
Analistas y empresarios locales sostienen que el paquete de "blindaje económico" podría, en efecto, garantizar que los inversionistas no se espanten con el proceso político mexicano, pero no soluciona ninguno de los problemas importantes de la economía mexicana, según dicen.
El blindaje sólo reprograma la crisis de fin de gobierno y posterga la solución del problema de la deuda, señaló Francisco Caballero, portavoz de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación.
La actual deuda externa mexicana, 25,5 por ciento de la cual corresponde al sector privado, es 8,2 por ciento superior a la de diciembre de 1997 y representa 40,3 por ciento del producto interno bruto de 1998, indican cifras oficiales.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, hoy cada uno de los 96 millones de mexicanos debe 1.603 dólares por concepto de deuda, 96,3 por ciento más que en 1980, cuando el total sumaba 57.378 millones de dólares y la población llegaba a 70 millones de habitantes.
La pobreza, los desequilibrios productivos, la injusta distribución del ingreso y otros problemas no se resuelven con el nuevo paquete de préstamos, sólo se dejan para el próximo gobierno, insistió Caballero.
Para el no gubernamental Centro de Estudios del Sector Privado, el blindaje económico no representa una garantía efectiva de que no se repetirá un episodio de crisis, como afirma el gobierno.
El sistema financiero es débil y los bancos de este país tienen muchos problemas, advirtió. (FIN/IPS/dc/mj/if/99