El asesinato del popular presentador de televisión Francisco Stanley determinó a los dos grandes consorcios televisivos de México a lanzar una ofensiva contra el gobierno de la capital, donde cada día se cometen 600 delitos.
Televisión Azteca y Televisa, enfrentadas desde hace unos años en una feroz batalla por la audiencia, transmitieron hasta el último detalle de la muerte y de la vida de Stanley, quien fuera una de las figuras más conocidas del mundo del espectáculo en el país.
Las dos emisoras criticaron severamente al gobierno de la ciudad de México, que está controlado por el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, y destacaron la ineficacia de los cuerpos policiales en la lucha contra la delincuencia.
Stanley, de 57 años, fue acribillado el mediodía del lunes en ciudad de México, dos horas después de abandonar los estudios en que realizaba su programa "Una tras otra", de Televisión Azteca.
La "utilización" del caso Stanley para criticar al gobernador de la capital, Cuathémoc Cárdenas , es "un abuso y una manifestación de manipulación por parte de los dueños de las televisoras", declaró a IPS la escritora y periodista Guadalupe Loaeza.
"La actuación de esos medios es muy grave por la responsabilidad y el grado de penetración que tienen en la sociedad", afirmó Loaeza.
Cárdenas se propone presentar su candidatura a la presidencia en las elecciones del próximo año. Ya ha participado dos veces en comicios presidenciales y en 1997 triunfó en las primeras elecciones locales en la capital.
Loaeza lamentó la muerte de Stanley, quien "era como parte de la familia", pero consideró "poco ético" el manejo que TV Azteca y Televisa han hecho del caso.
Para Televisa, el consorcio de televisión más importante del mundo de habla española, la muerte de Stanley demostró que la violencia en la capital mexicana "es peor que la de Kosovo y la que se vive en Belgrado".
"A todos nos consta que en todos los lugares somos rehenes de la delincuencia. Estamos perdiendo la batalla contra los delincuentes. Alguien debe renunciar y dejar el paso a gente que tenga la capacidad de protegernos", dijo el periodista Jacobo Zabludovsky, de Televisa
Jorge Garralda, de Televisión Azteca, una empresa privatizada durante el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994), fue directo al punto: "Yo lo hago a usted responsable, ingeniero Cárdenas, porque no ha cumplido lo que nos prometió".
"Hoy le tocó a Paco (Stanley), mañana le puede tocar a usted o a mí, a cualquiera. La impunidad nos aplasta y ?dónde está la autoridad?", preguntó, por su parte, el propietario de Televisión Azteca, Ricardo Salinas, en una inusual presentación ante cámaras.
Televisión Azteca hizo desfilar ante sus cámaras a populares actores y actrices que, en algunos casos entre sollozos, lamentaron la muerte de Stanley, que también fue actor, abogado y profesor y a principios de este año abandonó Televisa para incorporarse a la emisora competidora.
Al anochecer del lunes, el público que veía a diario a Stanley en la televisión colmó las calles aledañas a la empresa funeraria donde se realizaba el velatorio.
Stanley recibió cuatro de los 26 disparos realizados contra el vehículo en el que circulaba por el Periférico, una vía rápida que rodea la ciudad de México.
También murió un transeúnte, alcanzado por las balas, y resultaron heridos un escolta de Stanley, un policía y Jorge Gil, otro presentador de Televisión Azteca.
José Gutiérrez, conductor del noticiero de radio más escuchado de México, Monitor, criticó la falta de mesura de las emisoras de televisión. El asesinato de Stanley hizo perder su sentido editorial a Televisión Azteca y Televisa, dijo.
El diario La Jornada señaló que las dos cadenas de televisión "lucrando con la muerte, el dolor humano y el morbo (…) han vertido temerarias e infundadas acusaciones".
La Jornada agregó que no puede descartarse "como posible propósito del homicidio el causar desasosiego e incertidumbre y, tal vez, el invocar peticiones de mano dura y de reacciones autoritarias".
En una declaración pública, Cárdenas destacó la pretensión de algunos medios de información de culpar al gobierno capitalino del asesinato de Stanley, así como de crear una situación de angustia entre los habitantes de la ciudad. "No admito campañas de odio", dijo.
Cárdenas y el presidente Ernesto Zedillo se habían comprometido a lucha contra la delincuencia. El jefe de Estado admitió más de una vez que su esfuerzo ha sido insuficiente.
El procurador de justicia de la capital, Samuel del Villar, aseguró que el crimen fue cometido por sicarios profesionales, aunque todavía no han sido identificados.
La forma de actuar de quienes mataron a Stanley y el móvil del crimen, que "no fue el robo ni el secuestro", sino el homicidio, demuestran que se trata de asesinos profesionales, explicó Del Villar.
De esa manera, el funcionario diferenció el caso de Stanley de la delincuencia común en la capital, en cuya área metropolitana viven 18 millones de personas y se cuenta un policía o agente investigador cada 3.150 personas.
Según estudios independientes, los policías cometen alrededor de 150 asaltos por día en la capital y un alto porcentaje de agentes tienen apenas educación básica.
Desde 1995, un año caracterizado por la peor crisis económica en tres décadas, la actividad delictiva se incrementó, y paralelamente, los programas de crónica roja que Televisión Azteca y Televisa transmiten a diario. (FIN/IPS/pf/ff/ip/99