Los presidentes de Argentina y Brasil coincidieron hoy en la necesidad de mantener a sus economías bajo una estricta disciplina fiscal, y adelantaron que exigirán juntos este mes a la Unión Europea (UE) que elimine los subsidios agrícolas.
El argentino Carlos Menem advirtió que la Cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea que se celebrará a fines de mes en Río de Janeiro "no tendrá resultados positivos" si no se eliminan subsidios que perjudican a la producción del Mercosur.
"No es posible que desde Europa se nos perjudique con subsidios que nos dificultan la colocación de nuestros productos y nos desplazan de mercados con productos subvencionados", protestó Menem junto a su par Fernando Henrique Cardoso en Buenos Aires.
"Si no tenemos éxito con nuestra propuesta en nombre de los cuatro países del Mercosur, la reunión de Río será muy bonita pero no creo que tenga resultados muy positivos", agregó, en conferencia de prensa.
Cardoso viajó a Buenos Aires para entrevistarse este lunes con Menem y "agradecerle" el respaldo de Argentina a Brasil durante la crisis financiera que se desató en enero tras la devaluación del real, la moneda de ese país.
La devaluación resta competitividad a la producción argentina, que sufrió una caída de sus envíos al exterior, generando un retroceso en la tasa de actividad y un aumento del desempleo.
"No vine con ninguna preocupación sobre la marcha de la economía argentina, que tiene bases muy sólidas, y mucho menos preocupado por su democracia. Vine a agradecer el apoyo de Argentina cuando estabamos en dificultades", remarcó Cardoso tras la reunión.
De esa manera, el brasileño ahuyentó los fantasmas acerca de una posible devaluación del peso argentino, versión que había provocado inquietud en los mercados hace algunas semanas.
Por su parte, Menem informó que los dos coincidieron en la necesidad de mantener en equilibrio las cuentas públicas y, para ello, se comprometieron en un convenio de responsabilidad fiscal que tenderá a una convergencia macroeconómica de los socios.
Argentina y Brasil son los dos países más grandes del Mercosur, integrado también por Uruguay y Paraguay.
Los presidentes de los cuatro países se reunirán este fin de semana en Asunción y, luego, los días 28 y 29, en el marco de la cumbre de Río de Janeiro, a la que asistirán mandatarios de la UE, América Latina y el Caribe.
Al respecto, si bien los gobernantes europeos decidieron el viernes en Colonia, Alemania, no poner fecha al inicio de negociaciones para un acuerdo de libre comercio con el Mercosur, Menem y Cardoso afinaron una estrategia en común para la cita de Río de Janeiro.
"En Río vamos a exigir el levantamiento de los subsidios agrícolas", advirtió Cardoso. Esta estrategia constituye un abierto desafío a la UE, cuyos representantes afirman que las cuestiones agrícolas ni siquiera integrarán el orden del día en la ciudad brasileña.
Los subsidios agricolas fueron estimados por distintas investigaciones en entre 150.000 a 200.000 millones de dólares al año. Estados Unidos rechaza esta política, pero mantiene un comportamiento similar en defensa de sus productores del sector agropecuarios.
Menem también se refirió a la necesidad de que el Mercosur converja hacia una moneda única, al igual que la UE con el euro, aunque reconoció que para llegar a esa instancia se deben afinar una serie de medidas como las establecidas por Europa en el Tratado de Maastricht.
En cuanto a conversaciones sobre cuestiones sectoriales, como es el caso de la política automotriz común del Mercosur, Menem aseguró que antes del 31 de julio se anunciará el nuevo convenio.
Cardoso había anunciado la realización de la reunión con Menem hace poco menos de un mes en Washington, durante su visita oficial a Estados Unidos. Las cancillerías de ambos países se sorprendieron entonces por la novedad, que salió de boca del brasileño.
El presidente de Brasil sostuvo que el Mercosur debe seguir profundizándose, y la mejor forma de "revitalizar" el bloque, que sufrió este año nuevos embates por la crisis financiera internacional, es ir hacia una "convergencia macroeconómica".
Esa convergencia, para Cardoso, comienza por un orden fiscal, antes que por la moneda única de la unión aduanera regional. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/99