JAMAICA: Ayuda para hijos de traficantes de drogas

Una organización no gubernamental ayuda a las madres solteras de Jamaica que son detenidas en Gran Bretaña por tráfico de drogas, y una de sus funciones es cuidar de los hijos que se quedaron en el país caribeño.

Buena parte de la cocaína que sale de Jamaica es transportada por mujeres, llamadas "mulas", a Estados Unidos y a Europa, pero cada vez son más las que van presas y los más afectados son sus hijos.

Marie James es una madre soltera con tres niños que debía mantener a su familia con los 27 dólares que ganaba por semana. Por lo tanto, cuando alguien le propuso esconder cocaína en su vagina para transportarla a Londres a cambio de dinero, aceptó.

Pero James nunca cobró ese dinero porque fue arrestada al llegar al aeropuerto londinense de Heathrow. Ella es una de las tantas madres solteras desempleadas de Jamaica cuya necesidad económica las llevó a involucrarse en el tráfico de drogas.

Hibisco de Jamaica, una ambiciosa extensión del Proyecto de Bienestar para las Mujeres Presas de Gran Bretaña, se dedica a que los hijos de esas mujeres sigan asistiendo a la escuela y reciban apoyo financiero mientras sus madres están en la cárcel.

Según la organización, 231 mujeres jamaiquinas fueron encarceladas en Gran Bretaña durante 1998, mientras sólo hubo cinco personas arrestadas del resto de los países del Caribe.

Hibisco de Jamaica fue creado en 1993 por Olga Heaven, que dirige el Proyecto de Bienestar para las Mujeres Presas de Gran Bretaña.

Además de ocuparse de los niños que quedan sin madre, la organización ofrece el servicio de abogados a las mujeres que deben enfrentarse al sistema penal, y también brindan información sobre el entorno y las circunstancias familiares de esas mujeres.

La información es utilizada por el servicio de libertad condicional para presentar su informe al tribunal que se ocupa del caso.

El coordinador del proyecto, Oral Denton, sostiene que uno de los logros obtenidos a partir de ese intercambio de información es que ahora las mujeres reciben sentencias menores en Gran Bretaña por cometer delitos relacionados con las drogas.

Antes del proyecto Hibisco, las "mulas" eran sentenciadas a entre seis y 10 años de cárcel, pero ahora, reciben penas de menos de seis años, precisó Denton.

El procedimiento del proyecto consiste en avisar al servicio de libertad condicional, que trabaja en conjunto con Hibisco de Londres, apenas arrestan a una jamaiquina en el aeropuerto por transportar drogas.

La oficina de Hibisco en Londres prepara, si la arrestada pide su intervención, un informe sobre la situación y composición de la familia, la ocupación, la salud y el nivel de vida de la acusada.

El informe indica también cómo solucionará la familia la ausencia de la detenida, y quién mantendrá y cuidará a los hijos.

El funcionario de libertad condicional responsable de la acusada prepara entonces, a partir del informe de Hibisco, otro informe previo a la sentencia que presenta al tribunal y al abogado defensor.

Denton señaló que, de los 160 casos que Hibisco de Jamaica tomó a su cargo, la mayoría vivían en los barrios céntricos de la ciudad. "Transportan drogas para poder subsistir, ya que la mayoría son madres solteras", explicó.

En la mayoría de los casos, los hijos de las presas quedan traumatizados por la larga separación. "Es muy difícil dar la noticia a los hijos. A veces quedan muy impactados, y luego se ponen a llorar. A menudo sufren más que sus madres presas", explicó Denton.

La hija adolescente de una de esas mujeres que cumple una condena de cinco años de prisión recibe ayuda sicológica porque no le va bien en sus estudios y no logra asumir que su madre está presa.

"Todavía espero que aparezca por la puerta en cualquier momento. A veces le echo la culpa a ella, y a veces pienso que si no me hubiera tenido a mí, no habría tenido que hacer eso para conseguir dinero", manifestó Simone.

La organización Hibisco asume ciertas responsabilidades con las familias apenas entra en contacto con ellas, es decir, se ocupa de pagar parte de las matrículas escolares y los uniformes de los niños, así como de las necesidades básicas del resto de los hijos.

El proyecto se ocupa actualmente de más de 500 hijos de mujeres presas en Londres, de las cuales volvieron a Jamaica unas 25, que ya cumplieron su condena.

Pero muchas de estas mujeres, que no pueden encontrar buenos empleos al salir de la cárcel, vuelven a traficar drogas, explicó Denton.

"Una de ellas, al volver, tuvo una vida mucho más complicada. Intentó ser independiente, pero fue muy difícil y ella estaba muy vulnerable", relató Denton.

Las mujeres optan por correr el riesgo de ir presas porque, para muchas, la vida en las cárceles de Londres es bastante mejor que la que tienen en Jamaica, agregó. (FIN/IPS/tra-en/ib/cb/ceb/aq/pr/99

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