Gran Bretaña aumentó las esperanzas de Iraq sobre el fin de las sanciones de la ONU al sugerir que el embargo impuesto hace nueve años podría ser suspendido si Bagdad se ciñiera a un cronograma de desarme.
Londres entregó un borrador de resolución a los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Francia y Rusia) que establecería un cronograma para el eventual levantamiento de las sanciones, impuestas en 1990.
Según la propuesta británica, Iraq obtendría una suspensión del embargo comercial por 120 días si respondiera a varias preguntas sobre las armas que le quedan, en particular de tipo biológico o químico.
El proceso de desarme sería revisado cada cuatro meses por el Consejo, que decidiría entonces si extender la suspensión o no.
La moción de Gran Bretaña, que sería presentada para este fin de semana al pleno del Consejo, de 15 miembros, representa un cambio significativo respecto del apoyo a las sanciones en general.
Hasta ahora, Gran Bretaña y Estados Unidos eran los dos países que encabezaban la resistencia a cualquier intento de aliviar o levantar el embargo contra Iraq, con el argumento de que Bagdad no satisfizo las demandas sobre desarme y otras establecidas por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Por otra parte, Francia, China y Rusia promueven el levantamiento de las sanciones.
Sin embargo, funcionarios de Washington no rechazaron la propuesta británica y uno incluso admitió que el borrador de texto es "apropiado" para su discusión en el Consejo.
La medida podría ser una respuesta a la creciente presión sobre la ONU para que modifique su política sobre Iraq tras seis meses de rechazo de los inspectores de armas por Bagdad, de acuerdo con fuentes diplomáticas.
En los últimos meses, el Consejo no pudo llegar a un acuerdo sobre la política de sanciones ni sobre si Iraq cumplió con la exigencia de destruir sus armas químicas, biológicas y nucleares y sus misiles de largo alcance.
Ciertos arreglos propuestos por aliados de Estados Unidos como Canadá y Holanda, que vinculaban cualquier alivio del embargo a nuevos progresos en materia de desarme, obtuvieron escaso apoyo de los grupos de países partidarios y oponentes de las sanciones, entre estos últimos Rusia.
El Consejo tampoco pudo ponerse de acuerdo sobre nuevas inspecciones dado que la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM), encargada de verificar la destrucción de las armas, no puede ingresar a Iraq desde el inicio de una serie de ataques aéreos de Estados Unidos y Gran Bretaña, a mediados de diciembre.
La propuesta británica, al igual que otras previas, hace referencia a la necesidad de establecer un nuevo organismo similar a UNSCOM, que se denominaría Comisión de las Naciones Unidas de Inspección y Supervisión.
Algunos expertos dudan que el plan de Gran Bretaña cambie de manera significativa la actual situación de Iraq.
Phyllis Bennis, miembro del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington, señaló que la propuesta tal como está redactada permitiría a Bagdad realizar exportaciones ilimitadas pero seguiría restringiendo sus importaciones.
El plan no diferiría entonces del actual acuerdo "petróleo por alimentos", según el cual Bagdad puede vender hasta 5.300 millones de dólares de su petróleo cada seis meses para adquirir alimentos y productos médicos, bajo la estricta supervisión de la ONU.
De todas formas, Iraq ya exporta todo el petróleo que puede bajo el actual acuerdo, arguyó Bennis. "No habrá mucha diferencia", sostuvo la analista.
Las refinerías y los oleoductos iraquíes sufrieron muchos daños durante la guerra del Golfo y no pudieron ser reparadas, observó Benon Sevan, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas sobre Iraq.
No obstante, la propuesta es la primera señal de Estados Unidos y Gran Bretaña sobre un posible fin de las sanciones desde la invasión iraquí a Kuwait, en 1990, que fue seguida por la guerra del Golfo.
El cambio se produce en un momento en que pocos diplomáticos de la ONU creen que las sanciones conduzcan al pleno desarme del régimen de Saddam Hussein.
UNSCOM informó que la mayor parte de las armas de destrucción masiva de Iraq fueron eliminadas, pero que Bagdad posee todavía cantidades significativas de armas potenciales, como el gas neurotóxico VX y varias toxinas.
Mientras, la población iraquí continúa padeciendo las sanciones. Unicef estimó que 5.000 niños mueren cada mes de enfermedades prevenibles y desnutrición como consecuencia del embargo. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip/99