INDONESIA: Crecen dudas sobre plan de gobierno de líder opositora

La atención de los indonesios está concentrada en Megawati Sukarnoputri, la líder opositora que probablemente dominará el nuevo gobierno, y en cómo conduciría este país asiático.

Su agrupación política, el Partido-Lucha Indonesio por la Democracia (PLID), está a punto de transformarse en el mayor partido dentro del gobierno de coalición que surgirá de las elecciones realizadas el lunes 7, los primeros comicios democráticos de Indonesia en cuatro décadas.

Las últimas cifras oficiales revelan que el PLID va a la cabeza con 35 por ciento de los votos, seguido por el gobernante Partido Golkar, con casi 21 por ciento, y el islámico Partido del Despertar Nacional, aliado del PLID, con un porcentaje similar.

Megawati, de 52 años, lleva consigo una carga de responsabilidad como hija del fundador de la república, Ahmed Sukarno, primer presidente de la era independiente tras 350 años de dominación colonial holandesa.

Los críticos la consideran un "peso liviano" en el ambiente político y sostienen que "Mega", como se la conoce, es objeto de una ola de afecto popular por Sukarno tras la caída el año pasado del dictador Alí Suharto, quien asumió el poder tras un golpe que expulsó a aquél en 1965.

La nostalgia por Suharto, considerado el hombre que logró convertir el archipiélago indonesio en una nación, y los intentos de Suharto por marginar a Megawati la convirtieron en un símbolo del desafío a la dictadura y le valieron el apoyo de las clases media y baja.

Megawati, que evita las entrevistas con la prensa y no detalló aún su plataforma de gobierno, también será candidata del PLID a la presidencia en las elecciones del próximo noviembre.

Pero aun si el PLID obtiene la mayoría de los sufragios, las posibilidades de Megawati de convertirse en la cuarta presidenta de Indonesia son reducidas, aseguran expertos en política.

"Un partido sólo puede colocar a su candidato en la presidencia si obtiene al menos 50 por ciento de los votos", señaló A.S. Hikam, analista político del Instituto Estatal de Ciencias.

Ante la virtual imposibilidad de que un partido logre la mayoría absoluta, lo más probable es que se forme un gobierno de coalición.

Golkar, el partido que gobernó durante las últimas tres décadas, ya sugirió que formará una coalición con otros grupos luego de admitir, en base a su propio conteo, que quedará segundo tras el PLID.

"Todavía no decidimos qué partido será nuestro socio, pero es seguro que Golkar formará una coalición", declaró a IPS Akbar Tanjung, presidente de Golkar.

Pero ahora que las perspectivas de un gobierno encabezado por Megawati son más reales, algunos comienzan a manifestar dudas sobre su capacidad como líder nacional.

Los analistas concuerdan en que el PLID cuenta con mucha gente talentosa que podría desempeñar un papel de liderazgo en el nuevo gobierno, pero señalan que hasta ahora Megawati no adoptó una posición clara sobre temas clave, especialmente aquellos que marcarían un distanciamiento del régimen dictatorial de Suharto.

"¿Es capaz de gobernar? ¿Quiere gobernar? A veces tengo la impresión de que ella se arrepiente de haber entrado en la política hace cinco años", comentó Marcus Mietzner, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Algunos observadores señalaron que Megawati parece a veces demasiado cómoda con la adulación que inspiró.

Sin embargo, "Megawati simboliza la unidad y la demanda de algo nuevo y diferente en materia de política", observó A.S. Hikam.

Tampoco está claro si Megawati, una acaudalada ama de casa y una enérgica nacionalista, aplicará las reformas radicales que el pueblo reclama desde mayo del año pasado, cuando la crisis financiera dio lugar a violentos disturbios, en un estallido del resentimiento contra Suharto.

Por ejemplo, Megawati se manifestó a favor de mantener el papel político de los militares, que tienen reservados 38 de los 500 escaños del parlamento. Su posición probablemente complacerá al poderoso ejército pero frustrará las aspiraciones de muchos de separar a las fuerzas armadas de los poderes del Estado.

La líder opositora también anunció que impediría la celebración de un referéndum sobre autonomía o independencia previsto para agosto en Timor Oriental, una antigua colonia portuguesa violentamente ocupada por Yakarta desde 1975, arguyendo que el territorio indonesio debe ser preservado.

Sin embargo, quedan pendientes muchas negociaciones políticas antes de que surja una opción clara para la presidencia.

Aun si el PLID se transforma en el partido mayoritario en el parlamento, muchos factores conspiran contra la transformación de Megawati en la próxima presidenta, entre ellos la compleja constitución de la Asamblea Consultiva del Pueblo, el más importante órgano de decisión del país.

La Asamblea de 700 miembros, que decidirá en noviembre sobre el próximo presidente y vicepresidente, está integrada no sólo por los legisladores elegidos por el pueblo (462), sino también por representantes regionales y sectoriales designados directamente, entre ellos los militares.

"Así, los representantes elegidos el lunes constituirán sólo dos tercios del órgano que elegirá al presidente", destacó Adam Schwarz, analista político y autor del libro "Una nación a la espera: La búsqueda de estabilidad de Indonesia".

También hay otros asuntos pocos claros relacionados con la posibilidad de un gobierno encabezado por Megawati.

Durante la campaña, algunos críticos cuestionaron las condiciones de la líder secular para encabezar un país de mayoría musulmana.

Pero podría haber otras cuestiones más controversiales que ésta, especialmente si el PLID obtiene menos de 40 por ciento de los votos y Golkar lo debilita con una coalición.

"En ese caso, se produciría un duro debate en los próximos meses que podría despertar tensiones religiosas", advirtió Schwarz. (FIN/IPS/tra-en/ky/js/mlm/ip/99

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