INDIA-PAKISTAN: Gobiernos ignoran autodeterminación de Cachemira

El gobierno de Pakistán quiere negociar con India para resolver la disputa entre ambos países por Cachemira, pero otros sostienen que son los habitantes de este territorio quienes deben resolver su futuro.

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, y desató una tormenta de especulaciones cuando dijo a los periodistas, en una charla informal, que India y Pakistán "deben ir más allá de las posiciones que han sostenido" en el conflicto, y declaró estar dispuesto a aceptar la mediación de terceros.

Durante una visita a su pueblo natal de Lahore, en la región oriental, el sábado, Sharif recomendó flexibilidad y recalcó que el conflicto actual en la Línea de Control, la frontera demarcada después de la guerra entre ambos países de 1971, sólo puede resolverse mediante el diálogo.

Como se esperaba, fue duramente criticado por los políticos de derecha como Qazi Hussain Ahmed, jefe del Jamat-e-Islami, que declaró la "jihad" (guerra santa) para reclamar la parte de Cachemira que corresponde actualmente a India.

Nawabzada Nasrullah, un político a quien se considera progresista, criticó a su vez al primer ministro, afirmando que había abandonado la defensa de las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas que pidieron la realización de un plebiscito en Cachemira.

La reivindicación de esas resoluciones ha sido la piedra angular de la política exterior paquistaní en lo relacionado con el conflicto de Cachemira.

Sharif aclaró luego que su oferta de diálogo y flexibilidad no debía interpretarse como "debilidad", y que "Pakistán está listo para defender cada pulgada de su territorio" si India intentara cruzar la Línea de Control.

No está claro, sin embargo, qué significa todo esto en relación con el derecho a la autodeterninación del pueblo de Cachemira, universalmente aceptado.

India y Pakistán formaron parte de un solo territorio dominado por Gran Bretaña. En agosto de 1947, con la independencia del colonialismo británico, Pakistán se creó como un país separado para la comunidad musulmana, mayoritaria en su territorio. India se declara laica pero la mayoría de su población es hindú.

De todos modos, se dio a los estados de la región fronteriza la opción de integrarse a uno u otro país.

El conflicto en el área fronteriza de Kargil se considera parte de las duraderas consecuencias de la decisión del maharajá hindú de Cachemira, que se unió a India aunque la población que gobernaba era mayoritariamente musulmana.

Ocurrió lo contrario en el estado indio de Hyderabad, al sur de la zona fronteriza, donde el musulmán Nizam de Hyderabad se negó a formar parte de India a pesar de que la mayoría de la población era hindú.

El maharajá de Cachemira pensó unirse a India en forma transitoria, para permitir legalmente que las fuerzas armadas indias defendieran el territorio contra una invasión de tribus armadas del lado paquistaní, en octubre de 1947. Pero India consideró que su soberanía sobre Cachemira era irrenunciable.

Poco después, Hyderabad, que se había declarado estado soberano, fue anexado a India por la fuerza. En 1961 ocurrió lo mismo con Goa, una colonia portuguesa en la costa oeste de India.

"Es hora de terminar con el concepto colonial de la adquisición de territorios", observó un activista por los derechos humanos de Lahore, en cuya opinión las únicas personas que tienen derecho a decidir el futuro de Cachemira son sus habitantes.

Cientos de indios y paquistaníes comunes opinaron lo mismo en 1995, durante el Foro para la Paz y la Democracia de los Pueblos de India y Pakistán, una iniciativa de ciudadanos preocupados de ambos países,.

Sin embargo, Nueva Delhi insiste en que Cachemira se volvió parte de India en 1947, y aspira a que la Línea de Control de 700 kilómetros fuera reconocida como una frontera internacional.

Pakistán ha sostenido que las resoluciones de la ONU sobre la realización de un plebiscito, adoptadas tras la primera guerra entre India y Pakistán, en 1948, tuvieron la finalidad de que los habitantes de Cachemira elegieran a cuál de los dos países debía integrarse la totalidad del territorio.

Una resolución de la sección del Foro Pakistán-India en Sindh, al sudeste de Pakistán, reflejó la preocupación general por las deterioradas relaciones de los vecinos, que cuentan con armas nucleares.

El Foro señaló que "sin importar cuál de los dos gobiernos hizo el primer movimiento en el sector de Kargil", ninguno de los dos pueblos era informado por sus gobiernos sobre una cuestión "que tiene el potencial de desatar una guerra nuclear en el sur de Asia".

El Foro pidió el "cese del fuego inmediato, el retiro de todos los combatientes a sus posiciones originales y la estricta observancia de la Línea de Control" y urgió a ambos gobiernos a "reanudar el diálogo bilateral".

Desde que los conflictos fronterizos pasaron a operaciones militares de gran escala el 26 de mayo, con ataques aéreos de India a los intrusos en su territorio en el sector de Kargil, el gobierno de Sharif ofreció en varias ocasiones reanudar las conversaciones con India.

El gobierno de India reclama, en primer lugar, que Pakistán retire sus "infiltrados" en Cachemira, pero Islamabad niega haberlos enviado, e insiste en que se trata de combatientes por la libertad de Cachemira.

Ambos países amenazaron con la guerra total si son provocados por el otro, y se habló más de una vez del uso de armas nucleares, aunque los expertos de defensa oficialistas aseguran que "nunca se llegará a eso".

"Lo que realmente ocurrió es que se movilizaron las fuerzas armadas de ambos Estados y se creó una histeria bélica", dijo el activista anti nuclear Zia Mian, físico de la Universidad de Princeton, Estados Unidos.

"Los partidarios de la línea dura en India exigen que se empleen las fuerzas armadas para resolver defimitivamente el conflicto. Pakistán insiste en que está preparado para ser el primero en usar armas nucleares. Todo esto creó un grave riesgo de guerra, que podría volverse una guerra nuclear", advirtió.

Mian forma parte de un pequeño pero creciente número de personas preocupadas que quieren que se permita a la ley internacional brindar las bases para una solución permanente de la disputa de Cachemira. "La guerra o la amenaza de guerra no son opciones válidas", señaló.

En un artículo publicado recientemente, el físico sugirió que la Asamblea General de las Naciones Unidas debería plantear el problema a la Corte Internacional de Justicia y pedir su asesoramiento para una solución legalmente sólida al problema de Cachemira.

Una opinión de la Corte podría ayudar a la comunidad mundial a presionar diplomáticamente a India y Pakistán para que resuelvan el problema, que ha sido la causa de dos de las tres guerras que libraron desde 1947 y podría llevar a otra antes del fin de siglo. (FIN/IPS/bs/an/mp/ip/99

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