INDIA-PAKISTAN: El conflicto fronterizo se hace más peligroso

El bloqueo de las negociaciones entre India y Pakistán, tras un mes de batalla en el área fronteriza de Kargil, en el disputado territorio de Cachemira, se vuelve más peligroso por la amenaza de ambos países de utilizar armas nucleares.

La repentina decisión del primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, de acortar a cuatro días su visita a China de esta semana, que según lo previsto debía durar dos días más, se sumó a otros acontecimientos en India y Pakistán para indicar la gravedad del enfrentamiento.

Sharif decidió abreviar su visita, planeada hace varias semanas como un intercambio diplomático entre amigos de hace mucho tiempo, mientras se conocían informes sobre un intento del ejército de Pakistán de abrir un nuevo frente en el glaciar de Siachen, al noreste de Kargil, a más de 6.000 metros de altura.

El gobierno indio afirmó haber rechazado el ataque "enemigo" a su estado de Jammu y Cachemira, matando a 15 soldados. Aunque esto no fue confirmado por Islamabad, la posibilidad de nuevas hostilidades en el área de Siachen subrayó la volatilidad de la situación.

Ambos países colocaron a sus fuerzas armadas en estado de alerta. Pakistán desplegó cañones antiaéreos en varias ciudades mientras India intensificó sus ataques aéreos, que pasaron a ser diarios, y dispuso su flota para el combate.

Nueva Delhi e Islamabad están bajo presión interna para intensificar el conflicto, aunque eso significa arriesgarse a una guerra total y, sobre todo, a un enfrentamiento nuclear.

En ausencia de doctrinas claras, conocimiento de la capacidad bélica del adversario y sistemas de comando y control, y en medio de sospechas mutuas y tendencias a una reacción de pánico, tal enfrentamiento parece más probable que en cualquier momento de la llamada "guerra fría".

Las presiones belicistas sobre los dos gobiernos difieren en cierto modo en cuanto a su origen, naturaleza e impacto.

En India, la exigencia de cruzar la Línea de Control (límite establecido entre ambos países en la región de Cachemira) surge del ejército, que enfrenta dificultades para rechazar la "intrusión" de grupos bien armados que ocupan posiciones ventajosas.

Nueva Delhi sostiene que esos grupos son apoyados por Pakistán, e Islamabad lo niega.

Las fuerzas indias tuvieron un éxito relativo en retomar las alturas en dos de los cinco subsectores de Kargil.

La fuerza aérea no fue muy efectiva en sus ataques a blancos bien camuflados, dispersos y fortificados, y el jefe del estado mayor del ejército dio a entender, en una conferencia de prensa, que se le debería permitir cruzar la Línea de Control para rodear y dominar a los "intrusos" cortando sus líneas de suministro.

Los dirigentes políticos indios saben que eso les podría costar el apoyo internacional. El Grupo de los Ocho (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) declaró el 19 de junio, sin nombrar a Pakistán, que cualquier intento de cruzar la Línea de Control sería "irresponsable".

Otra fuente de presión sobre el gobierno indio son los radicales del Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), una organización a la cual está afiliado el Partido Bharatiya Janata (BJP), que lidera la coalición gobernante.

El RSS, mentor ideológico del BJP, sostiene posiciones furiosamente antimusulmanas y antipaquistaníes, y pretende que se anule la identidad independiente de Pakistán, incorporándolo a India.

Ambos países fueron creados en la llamada "Partición" de 1947, cuando cesó la dominación británica y se asignó el territorio de Pakistán a la comunidad musulmana. India tiene mayoría hindú.

El territorio de Cachemira se incorporó a India, aunque la mayoría de su población es musulmana.

El RSS exhortó al gobierno del BJP a intensificar el conflicto y "reconquistar" el territorio de Cachemira que fue "ocupado" por Pakistán.

El principal medio de prensa del RSS defendió en un editorial la semana pasada la "solución final" a las "centenarias" y reiteradas "invasiones" de los musulmanes en la frontera del norte de India, mediante el uso de armas nucleares contra Pakistán.

Esto "finalmente" daría a Pakistán y a los musulmanes una lección en "el único idioma" que entienden, según el artículo.

También existe una ruidosa e intolerante minoría dentro de la clase media de la casta alta, que tiene muchos prejuicios contra Pakistán y opina que el problema de Cachemira fue creado enteramente por ese país.

Desde su punto de vista, el conflicto no tiene relación con las contradicciones de la Partición, ni con el mal gobierno y la represión de Nueva Delhi, que pusieron en su contra a los habitantes de Cachemira, favoreciendo los intereses de Pakistán.

En Pakistán, el ejército comenzó a exigir con más fuerza que Islamabad no desperdicie su ventaja militar en Kargil retirando sus fuerzas, como se lo piden no sólo India sino también Estados Unidos, que envió a Islamabad, el fin de semana, al general Anthony Zinni y a Gibson Lanpher, funcionario del Departamento de Estado.

El jefe del estado mayor del ejército paquistaní, Pervez Musharraf, reveló el fin de semana detalles de una posible reunión entre Sharif y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, avergonzando al gobierno y poniendo de manifiesto sus diferencias con las autoridades civiles.

La presión de las fuerzas armadas es reforzada por los fanáticos islámicos y los políticos de extrema derecha que quieren una intervención más agresiva mediante "mujaidines" (guerrilleros islámicos) y fuerzas regulares del ejército en Cachemira, como en Afganistán, "para dar una lección a India".

El ejército de Pakistán ha sido el principal centro de decisión de la política en relación con Afganistán y Cachemira, controla los servicios de inteligencia (que son como un Estado dentro del Estado), y está poco dispuesto a renunciar a sus ventajas estratégicas en Kargil.

El ejército desea que el retiro de las fuerzas de la Línea de Control esté vinculado con una negociación más amplia sobre Siachen, o aun mejor, con conversaciones sobre el control a largo plazo de Cachemira.

India seguramente rechazará esa vinculación, y parece que de hecho lo hizo en conversaciones secretas mantenidas el domingo entre el primer ministro, Atal Bihari Vajpayee, y el enviado de Sharif y ex alto diplomático, Niaz Naik.

Naik llegó a Nueva Delhi secretamente en un avión especial con un mensaje de Sharif. El Ministerio de Relaciones Exteriores de India confirmó la visita, aunque Islamabad afirmó que fue de naturaleza estrictamente personal.

La posición de Nueva Delhi en Kargil es reforzada por el apoyo de Estados Unidos. Un grupo de funcionarios estadounidenses, que incluye a Bruce Reidel y Karl Inderfurth, pidió explícitamente a Pakistán que se retirara de la Línea de Control y negociara la paz con India.

Esta es la primera vez en 50 años que Washington tendió a favorecer a India en una disputa con Pakistán. Este cambio de posición no es espontáneo ni filantrópico. Nueva Delhi presionó activamente a Washington para que ocurriera.

Vajpayee envió una carta personal a Clinton antes de la cumbre del G-8 en Colonia, Alemania, en la que afirmaba que el número de muertes empujaba a India a extender el conflicto, y que la presión para cruzar la Lína de Control aumentaba. (FIN/IPS/tra- en/pr/an/at/mp/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe