El canciller de Pakistán, Sartaj Aziz, y su par de India, Jaswant Singh, se reunirán esta semana en Nueva Delhi para discutir el conflicto de Cachemira que hoy ingresó en su noveno día de hostilidades bélicas y hace temer por una guerra entre los dos países con capacidad nuclear.
Ambos países movilizaron tropas listas para atacar en la zona en disputa desde que India bombardeó el 26 de mayo el sector de Kargil, junto a la frontera.
Nueva Delhi anunció que continuará las operaciones para desalojar a los "infiltrados" que se ocultan de su lado de la Línea de Control, la zona de frontera sin demarcar, mientras Pakistán asegura que los bombardeos de artillería pesada de India cobraron víctimas civiles de su lado.
Desde que comenzaron los enfrentamientos, Pakistán derribó dos aviones de la fuerza aérea india, un Mig 21 y un Mig 27, que habían ingresado en su espacio aéreo. Un piloto indio fue tomado prisionero de guerra.
El canciller Aziz declaró que el objetivo de su visita de un día a Nueva Delhi es "calmar la tensión" causada por las operaciones militares de India en las zonas de Kargil y Drass, en el estado indio de Jammu y Cachemira.
El primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, rechazó al principio el ofrecimiento de su homológo de Pakistán, Nawaz Sharif, de enviar a Aziz, pero terminó aceptándolo y anunció que las conversaciones se realizarán esta semana en Nueva Delhi.
"Se acerca el momento de iniciar las conversaciones de paz para aliviar las tensiones de la frontera con Cachemira", anunció Aziz el miércoles.
Pero es poco probable que alguna de las partes suavice su "retórica de guerra". Un portavoz militar de Pakistán dijo que la situación de la frontera es "peligrosa y tensa".
El director general de Relaciones Públicas, brigadier Rashid Qureshi, declaró a la prensa que Pakistán tomará las medidas necesarias para defender su integridad territorial, y que espera que "no se fuercen ciertos límites".
"Si ellos (India) intentan atravesar la Línea de Control y capturan alguna de nuestras posiciones o intentan correrlas, la situación sería inaceptable", advirtió.
El diario en inglés The News pidió el miércoles "contención" a ambos países. "Si no hay un diálogo diplomático, es necesario tener precaución y contenerse para que la situación no escape al control de todos y se convierta en una crisis mayor y más peligrosa", exhortó.
India aceptó conversar con Pakistán, pero se negó a suspender las acciones militares. Nueva Delhi sostiene que, en este contexto, las conversaciones deberán centrarse en las actividades de los guerrilleros "infiltrados" que, asegura, tienen el apoyo de Islamabad.
Pakistán respondió que no está involucrado en la batalla de los guerrilleros de Cachemira.
"A pesar de esto, creemos que la diplomacia debería tener la oportunidad de solucionar la situación de la Línea de Control. Es esencial conversar para aliviar la tensión", rezaba el editorial del diario.
Los partidos fundamentalistas islámicos presionan al gobierno de Pakistán para que aproveche la ocasión y libere a Cachemira del dominio de India, y alegan que las conversaciones con Nueva Delhi son un acto de "cobardía".
El Jamaat-i-Islami, un partido de oposición, llegó a ofrecer su apoyo al gobierno si éste tomaba una acción "decisiva" contra India en Cachemira.
"La guerra es la única salida. Llegó la hora de darle a India una lección", proclamaba un diario vespertino.
La disputa acerca de quién debería controlar Cachemira comenzó cuando se creó Pakistán, a raíz de la partición de India, en 1947.
Jammu y Cachemira, un estado de mayoría musulmana gobernado por un príncipe hindú, no resolvió a qué país se uniría cuando estalló la primera guerra entre India y Pakistán, en 1948.
La Organización de las Naciones Unidas propuso entonces un cese del fuego que terminó con la batalla, pero el resultado fue que Cachemira quedó dividida en dos partes.
Pakistán sostiene que India invadió el Valle de Cachemira y que usó la fuerza militar para aplastar a un movimiento independentista que provocó una guerra civil en 1989.
Nueva Delhi insiste en que Cachemira es una parte inalienable de India, y acusa a Pakistán de entrenar y armar a los insurgentes. El gobierno indio señala además que el éxito de las elecciones realizadas hace dos años en el estado en disputa muestra que ya nadie quiere la guerra.
Pero ambas partes saben que la paz depende de encontrar una solución a la disputa por Cachemira. La escalada de tensión en la frontera entre India y Pakistán puso al principal opositor, el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), del lado del gobierno.
"El problema de Cachemira debe ser resuelto. Llegó la hora de que India se presente en la mesa de negociaciones", dijo el PPP luego de recibir instrucciones del gobierno esta semana.
Islamabad quiere la mediación de una tercera parte, por lo cual la semana pasada pidió la intervención de la ONU, pero la respuesta fue poco entusiasta.
"La comunidad internacional debe actuar, y debe hacerlo rápido", exhortó el ministro federal para Asuntos de Cachemira, el general (retirado) Abdul Majid Malik. (FIN/IPS/tra-en/mr/an/ceb/aq/ip/99