INDIA-PAKISTAN: Argumentos de Nueva Delhi se debilitan

India rechazó una vez más, como lo hace desde 1948, una gestión de buenos oficios de la ONU con Pakistán, pero el reiterado argumento de que la disputa por Cachemira constituye un problema interno es cada vez más débil.

Como era previsible, el primer ministro de India, Atal Behari Vajpayee, recibió con frialdad una oferta del secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, de enviar uno de sus enviados especiales a la región a pedido de Pakistán.

"Manden el enviado a Pakistán. No queremos enviados aquí", dijo Vajpayeee, líder del partido de derecha religiosa hindú Bharatiya Janata, según versiones difundidas por la prensa la semana pasada.

Nueva Delhi continúa considerando que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no tiene nada que hacer en el conflicto con Islamabad, que ya tiene más de 52 años.

India y Pakistán, que se convirtieron en mayo del año pasado en las más flamantes potencias bélicas nucleares del mundo, mantienen un férreo conflicto por Cachemira desde que ambos países se independizaron de Gran Bretaña en 1947.

Cachemira fue dividida en dos. Pakistán, país de mayoría musulmana, quedó en poder de una tercera parte, en el occidente y el noroeste, mientras India, de mayoría hindú, controla dos tercios, zona que se constituyó en el estado de Jammu y Cachemira.

El Consejo de Seguridad de la ONU consideró por primera vez en 1948 denuncias indias de que jefes tribales con respaldo paquistaní estaban invadiendo Cachemira. Pakistán negó las acusaciones y declaró que la anexión de India a Cachemira era ilegal.

El Consejo recomendó un plebiscito, pero no hubo acuerdo al respecto desde entonces. Pero el Grupo de Observadores de la ONU en India y Pakistán fue creado en 1949 y supervisa desde entonces el cese del fuego en la "línea de control" que hace las veces de frontera en Cachemira.

Poco después de las pruebas nucleares realizadas por India y Pakistán el año pasado, Annan encomendó a su enviado especial Alvaro de Soto la misión de mejorar el ambiente político y militar en la región en el sur de Asia.

De Soto fue recibido con beneplácito en Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka, pero India rechazó su solicitud de visitar Nueva Delhi por entender que se trataba de una gestión a destiempo.

"Los indios suponen que si dan una pulgada de espacio a la ONU tendrán en poco tiempo un contingente de cascos azules golpeando la puerta", dijo un diplomático del mundo en desarrollo a IPS.

El propio Annan considera, desde que el sur de Asia se convirtió en una región nuclearizada, realizar una gira de buena voluntad por India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka.

Pero los indios le hicieron llegar el mensaje de que no estaban prontos para recibirlo, conscientes de que el funcionario pondría sobre el tapete cuestiones delicadas como Cachemira y el armamentismo.

Su mensaje a Annan podría resumirse así: "No nos llame. Nosotros nos comunicaremos con usted." Así, la gira, que pudo realizarse a fines de 1998, aún no se concretó.

La Conferencia Islámica, organización que nuclea a 54 países, urgió a la ONU "un mayor papel en Cachemira para poner fin al conflicto en la región, de acuerdo con los principios y la Carta" del foro mundial.

La ONU se ve incapacitada de asumir una postura, siquiera pasiva o altruista, contra los deseos de un país miembro.

Pero el argumento esgrimido durante tanto tiempo por India y otros países en desarrollo, que una intervención unilateral de la ONU en un problema interno de un país violaría la soberanía nacional, es cada vez más débil.

Annan ha afirmado que los derechos humanos son un principio de política internacional más poderoso que la soberanía de las naciones.

"Es cada vez más claro que los gobiernos no pueden ocultarse detrás de la soberanía para violar los derechos humanos de sus pueblos y esperar que el resto del mundo no haga nada al respecto", dijo el secretario general de la ONU la semana pasada.

Annan se refería a la limpieza étnica en la provincia serbia de Kosovo, a la que describió como un problema "fundamentalmente de derechos humanos".

Esta declaración fue de particular importancia para India, donde los kashmiríes acusan a Nueva Delhi de violaciones de derechos humanos, si bien no a la escala ni en la intensidad de lo que se denuncia en Yugoslavia.

Annan también afirmó que tiene intenciones de dialogar con cualquier líder, rebelde o estatal, si eso contribuye a salvar vidas.

Al ser consultado sobre si negociaría con el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, como hizo con el iraquí Saddam Hussein o con el libio Muammar Gadafi, fue firme. "Cuando se trata de paz o actividades humanitarias, se negocia con los que detentan la autoridad', explicó.

"Debemos ser realistas. Creo que hay tiempo para el realismo y hay tiempo para la pureza. A veces debemos tratar con agresores e incluso estrechar sus manos para salvar vidas", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/mj/ip/99

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