Mientras Hong Kong celebra esta semana el segundo aniversario de su traspaso a China, minorías raciales expresan su creciente inseguridad y el deseo de que se aprueben leyes para abordar el problema.
Durante los 150 años de dominio colonial británico, la población china de Hong Kong era la discriminada, pero ahora la situación cambió.
"El sistema colonial estaba basado en la discriminación, pero la Región Administrativa Especial de Hong Kong debería considerar el tema más objetivamente e introducir leyes adecuadas", observó Ravi Gidumal, un empresario de origen indio nacido en este territorio y miembro del Observador de los Derechos Humanos (ODH) de Hong Kong.
Actualmente, las víctimas son los inmigrantes o visitantes no chinos o no caucásicos, que padecen problemas desde su llegada al aeropuerto, donde son invariablemente detenidos por funcionarios de aduana y su equipaje es revisado.
Aunque en Hong Kong no se conocen ataques racistas violentos como en países occidentales, estudios del ODH revelaron que los inmigrantes de piel oscura padecen sutiles formas de racismo en este territorio, donde 95 por ciento de la población es de ascendencia china.
Muchos inmigrantes se quejan de que los chinos se niegan a arrendarles casas, en algunos negocios no los atienden, y los taxímetros no les paran.
Numerosas casas comerciales indias, que contribuyen con 10 por ciento de los ingresos por exportaciones del territorio, tienen dificultades para encontrar chinos dispuestos a trabajar en ellas.
El ODH descubrió que algunos puestos de trabajo que requieren un inglés fluido están reservados para caucásicos, aunque muchos de los indios residentes en Hong Kong hablan el idioma perfectamente.
"Las minorías étnicas, en especial las de piel oscura o procedentes de países pobres, padecen discriminación a diario", afirmó Gidumal.
"El uso del término 'hablante nativo de inglés' en los anuncios de trabajo a menudo encubre la búsqueda de empleados de cutis blanco", agregó.
Paradojalmente, eran los blancos los que discriminaban a los chinos durante el dominio británico. Por más de un siglo, la parte de la ciudad que da al mar estuvo reservada para blancos, al igual que el pico, un exclusivo distrito residencial sobre las colinas, con un bello panorama de la bahía.
La red de televisión TVB dedicó este mes un programa de media hora en inglés al tema. Muchas minorías étnicas representadas se quejaron de discriminación por la mayoría china y señalaron que el gobierno es renuente a promover leyes para abordar el problema.
La consejera legislativa Christine Loh cree que Hong Kong es una "sociedad racista" y es necesario aprobar leyes para cambiar esa situación. Loh se unió a una coalición de grupos étnicos llamada Hong Kong contra la Discriminación Racial que promueve una legislación contra el racismo.
"Yo pertenezco a la mayoría y no siento la discriminación, pero cuando hablo con miembros de minorías puedo sentir su enojo. La mayoría de la gente no lo ve, pero es peor de lo que pensaba", declaró en el programa de televisión.
Por otra parte, Leo Kwan, subsecretario del Interior, cree que "la discriminación racial no es un problema importante en Hong Kong, pero si el público cree que es necesario legislar sobre el tema, se emprenderá ese camino".
En 1996, el Departamento del Interior realizó una encuesta sobre la necesidad de leyes contra el racismo y 83 por ciento de los encuestados respondieron que no son necesarias tales leyes.
Sin embargo, el ODH cuestionó el estudio y señaló que la gran mayoría de los entrevistados eran chinos.
El ODH realizó su propia encuesta entre grupos minoritarios y descubrió que 67 por ciento se sentían discriminados y 76 por ciento consideraban necesaria la aprobación de leyes contra el racismo. (FIN/IPS/tra-en/ks/ral/mlm/pr/99