FILIPINAS: Nuevo colapso de negociaciones con insurgentes

El temple del gobierno de Filipinas está a prueba nuevamente tras el retiro del movimiento comunista de las conversaciones de paz destinadas a poner fin a una insurgencia de 30 años de antigüedad.

Luego de un año de diálogo con el gobierno de Joseph Estrada, el Frente Nacional Democrático (FND) anunció su retiro de las negociaciones el pasado domingo.

El FND acusó al gobierno de traición y de poner en juego los intereses nacionales al ratificar en mayo del Acuerdo sobre Fuerzas Visitantes, que permite ejercicios militares conjuntos de gran escala entre fuerzas armadas filipinas y estadounidenses.

El acuerdo "autoriza a militares de Estados Unidos a ocupar parcial o totalmente el territorio nacional por cualquier período de tiempo y a cometer delitos impunemente contra nuestro pueblo", denunció el FND, con sede en Holanda.

El Senado ratificó el acuerdo el 27 de mayo pese a la oposición de líderes católicos, activistas, expertos constitucionales y grupos ambientalistas.

Muchos analistas afirmaron que el FND, una federación de organizaciones filipinas de izquierda, sólo estaba esperando una excusa para retirarse de las conversaciones, que de todos modos no habían logrado ningún progreso sustancial.

Se trata del último colapso de las negociaciones, que ya habían sufrido uno durante el gobierno de Corazón Aquino y quedaron inconclusas al terminar la administración de Fidel Ramos, predecesor de Estrada.

En vista de la disminución de la fuerza militar del FND y de su influencia política a través de los años, muchos observadores opinan que su retiro de las conversaciones es más "ruido" que otra cosa.

Probablemente "la lucha se intensificará en las próximas semanas y meses", advirtió el presidente del directorio del FND, Luis Jalandoni, en una conferencia de prensa realizada en la sede de la organización, en la ciudad holandesa de Utrecht.

"Ochenta y un frentes guerrilleros" intensificarán en Filipinas "la guerra del pueblo por la liberación nacional", anunció.

"Siempre pueden hacer amenazas, pero dudo que las cumplan", replicó el comandante general de las Fuerzas Armadas, Joselin Nazareno.

El Nuevo Ejército del Pueblo, brazo armado del FND, se redujo de un pico de 26.000 hombres a 5.000 o menos en la actualidad, según estimaciones militares.

Las negociaciones entre el FND y el gobierno de Estrada ya se habían detenido en febrero, cuando el presidente las suspendió debido al secuestro por los guerrilleros de dos oficiales militares, entre ellos un general. Las conversaciones se reanudaron tras la liberación de los rehenes.

Tras las últimas amenazas, el FND podría llevarse un chasco similar, a juzgar por la reacción de la administración de Estrada.

En su programa semanal de radio, el presidente aseguró que su gobierno aplicará "toda la fuerza de la ley" contra los rebeldes si persisten en su insurgencia.

"El FND y su brazo armado ya no tienen nada a lo que oponerse, porque mi gobierno es para los pobres. Todos nuestros proyectos prioritarios están dirigidos a los pobres", afirmó Estrada, que atribuyó la postura de los rebeldes a la falta de una agenda concreta contra su administración. (FIN/IPS/tra- en/ig/js/mlm/ip/99

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