Joseph Estrada asumió la presidencia de Filipinas hace un año durante la cumbre de la crisis financiera asiática y ahora se adjudica el mérito del modesto crecimiento económico de este país.
El gobierno se jacta de haber reducido la inflación y las tasas de interés, aumentado las reservas de divisas a una cifra récord y logrado un crecimiento de 1,2 por ciento del producto interno bruto en el primer trimestre del año.
Pero a pesar de los logros económicos, los éxitos en materia de política exterior y la consolidación de la paz y el orden, el gobierno de Estrada también se caracterizó por las luchas internas, acusaciones de corrupción y escándalos que involucran a amigos y familiares.
El gobierno tampocó avanzó mucho en su promesa de dar justicia social para mejorar la situación de los pobres, aseguran analistas políticos.
"No veo una política clara hacia los pobres", dijo Joel Rocamora, director ejecutivo del no gubernamental Instituto por la Democracia Popular. La Comisión Nacional contra la Pobreza aún no elaboró un programa coherente, declaró a IPS.
Filipinas recuperó su salud económica, pero no pudo contrarrestar los efectos sociales negativos que tuvo la crisis asiática, indicó un estudio del Banco Asiático de Desarrollo, con sede en Manila.
El estudio reveló que las familias que se consideraban pobres a sí mismas aumentaron de 40 por ciento en 1997 a 43 por ciento en 1998.
"Es una lástima que los servicios sociales básicos se limiten cuando son más necesarios", agregó, refiriéndose al mayor número de estudiantes que abandonan las escuelas secundarias y al descenso del acceso a los fármacos.
Estrada, en su programa radial semanal, calificó la falta de fondos para los proyectos contra la pobreza de "la parte más frustrante y más dolorosa" de su primer año en el poder.
Aseguró que debe buscar "dinero y ahorrar primero" antes de que su campaña para mejorar el nivel de vida del pueblo obtenga resultados sustanciales.
Pero Estrada sólo reveló parte de la historia, porque su "frustración" se debe en gran medida a la lucha de poder entre altos funcionarios de su gabinete y a las acusaciones de corrupción en el gobierno.
La política agrícola del gobierno se ve obstaculizada por la rivalidad entre el nuevo ministro de Agricultura Edgardo Angara y el anterior secretario a quien Estrada nombró asesor presidencial en seguridad alimentaria.
El enfrentamiento amenaza con anular el progreso de la Ley de Modernización de la Agricultura y la Pesca, cuyo objetivo es dar a campesinos y pescadores financiación, equipos y conocimiento técnico para mejorar la producción.
Otro golpe para la política contra la pobreza se evidenció el día 7 cuando se reanudaron las clases primaria y secundaria con 30.000 maestros y 22.000 aulas menos de los necesarios.
Así mismo, un escándalo por el sobreprecio de materiales educativos también afectó al Ministerio de Educación. Para agravar la situación, se supo que una prima segunda de Estrada, Cecilia Ejército de Castro, utilizó su influencia para ganar licitaciones de textos de enseñanza.
La corrupción socavó la credibilidad del gobierno y aumentó las dudas sobre la capacidad de Estrada para garantizar la transparencia de su gestión, afirman sus detractores.
Algunos incluso lo comparan a la corrupción desenfrenada y el amiguismo que existía en el régimen del dictador Ferdinando Marcos, cuyos familiares y amigos se encuentran nuevamente por los pasillos del poder, gracias a Estrada.
Estrada, un ex actor que sigue siendo popular para el pueblo, niega que dé tratamiento de preferencia a sus amigos y familiares y promete acabar con la corrupción.
Sus partidarios esperan que la investigación en curso de las compras del gobierno y de altos funcionarios por la Oficina del Ombudsman (Defensor del Pueblo) dé nuevos bríos a la campaña contra la corrupción.
Este mes, el Ombudsman acusó al director general de la policía Roberto Lastimoso de complicidad con el narcotráfico y suspendió durante seis meses al alcalde de la ciudad de Cebu Alvin García por corrupción.
Pero aún queda mucho por hacer para eliminar las irregularidades. "Hace falta voluntad política contra la corrupción, y eso no lo veo en Estrada. Su estilo personalista crea un terreno fértil para la corrupción", afirmó Rocamora.
El comentarista político Armando Doronila dijo que Estrada no tiene liderazgo político y que su estilo personalista de gobierno "fomenta el amiguismo". (FIN/IPS/tra-en/ig/ral/aq/ip/99
