Las elecciones locales y europeas que se celebrarán en España este domingo serán decisivas para las que en el 2000 decidirán el gobierno de este país, pero apenas modificarán el poder vigente.
Los votantes elegirán diputados para el Parlamento Europeo, renovarán sus representantes en todos los municipios de España y en 14 de las 17 comunidades autónomas que constituyen el Estado español.
En total, se elegirán 64 eurodiputados, 786 diputados autonómicos y unos 8.000 alcaldes. Los diputados, a su vez, designarán los gobiernos autónomos en Baleares, Extremadura, La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Asturias, Valencia, Navarra, Canarias, Aragón, Cantabria, Murcia, Madrid y Navarra.
En cuatro comunidades autónomas sólo se elegirán eurodiputados y autoridades municipales. Son las del País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía, las dos primeras gobernadas por coaliciones nacionalistas, la tercera por el centroderechista Partido Popular (PP) y la última por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Según todas las encuestas sobre intención de voto, sólo se esperan cambios en Asturias, donde el favorito es el socialista Vicente Alvarez Areces.
En esa comunidad gobernaba el PP, pero perdió el gobierno al sufrir una división y las encuestas señalan que esa fractura se mantendrá en los votantes, favoreciendo a los socialistas.
En todas las demás comunidades se mantendría el gobierno del PP, con excepción de Extremadura y Castilla-La Mancha, en las que volverían a triunfar los socialistas, liderados por sus actuales presidentes, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono, respectivamente.
Una situación similar se vive en las capitales provinciales, en las que renovarían su mandato los partidos gobernantes, con matices menores en aquellas en las que gobiernan en coalición con partidos regionales.
Esa previsión de las encuestas ha influido en el planteamiento de las respectivas campañas electorales.
Así, los dos partidos mayoritarios, el PP y el PSOE, basan su búsqueda de votos en los grandes problemas nacionales y dejan en un segundo plano los locales y europeos.
En unas elecciones en las que se renueva el Parlamento Europeo, populares y socialistas apenas discuten sobre la guerra en los Balcanes, ya que sólo Izquierda Unida (IU, coalición basada en el Partido Comunista) condenando el ataque de la OTAN, aunque sin defender al gobierno de Yugoslavia.
Ante ese panorama, el presidente del gobierno y del PP, José María Aznar, se ha involucrado directamente en la campaña preelectoral, apuntando en sus intervenciones a las decisivas elecciones parlamentarias previstas para antes de marzo del 2000.
En éstas se renovará el Parlamento español y éste, a su vez, deberá designar al presidente del Consejo de Ministros, cargo que ostenta Aznar y es equivalente al de primer ministro en otros países.
En la principal fuerza de oposición, el PSOE, la renuncia de José Borrell a la candidatura a presidente ha devuelto a un primer plano al ex presidente Felipe González, quien participa activamente en la campaña, aunque insiste en que no volverá a ser candidato a jefe del gobierno.
En el cómputo general, las encuestas prevén un triunfo del PP, con alrededor de 40 por ciento de los votos, seguido a tres o cuatro puntos porcentuales por el PSOE. En tercer lugar se ubicará IU, con 10 a 12 por ciento y el resto se distribuirá entre partidos nacionalistas, regionales y locales.
La gran incógnita, no medida por las encuestas, es cómo afectará la guerra de Yugoslavia y su conclusión, a los votantes progresistas que se ubican en la línea divisoria entre IU y el PSOE.
El líder de IU, Julio Anguita, señala que su coalición "es la única fuerza política española que ha criticado la guerra como ilegal e injusta". Por eso, tienen esperanzas de que esa posición llegue al sector de izquierda del PSOE y mejore su votación.
Ese planteamiento se deriva de la posición coincidente del PP y el PSOE, en su apoyo sin fisuras a la OTAN.
De esa manera, el resultado global con la suma de todos los votos permitirá a los dos grandes partidos definir su estrategia para las elecciones generales del 2000, las últimas en las que Aznar presentará su candidatura para presidir el gobierno. (FIN/IPS/td/mj/ip/99