Hillary Rodham Clinton, la primera dama de Estados Unidos, aún no confirmó su postulación al Senado, como representante del estado de Nueva York, en las elecciones de 1999, pero la posibilidad de que se presente conmocionó a la opinión pública.
Rodham Clinton sería la candidata del gobernante Partido Demócrata para reemplazar al actual senador Daniel Patrick Moynihan, y los analistas políticos tienen opiniones contradictorias sobre la conveniencia de su postulación.
La otra posible candidata demócrata, Nita Lowey, abandondó la contienda la semana pasada y alegó que es "evidente" que Rodham Clinton se presentará.
Harold Ickes, un importante asesor de Rodham Clinton, anunció que la primera dama se propone crear en julio un grupo de trabajo que la asesorará para decidir si se postula.
Actualmente los asesores de la esposa del presidente están evaluando incluso el impacto sobre la opinión pública de sus planes de vacaciones.
Judith Hope, presidenta del Partido Demócrata del estado de Nueva York, dijo la semana pasada que la primera dama, que es originaria de Illinois, vive en Washington y está casada con un ex gobernador de Arkansas, pasará parte del verano en Nueva York.
Está será la primera vez que la esposa de un presidente se presente a las elecciones, y si resulta electa sería la segunda vez que una primera dama ocupa un alto cargo, después de que la esposa del ex presidente Franklin Delano Roosevelt fuera embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas.
Hillary Rodham Clinton fue abogada del Comité del Congreso que investigó el escándalo de Watergate, cuyo resultado fue la renuncia del entonces presidente, Richard Nixon, en 1974.
El periódico especializado National Law Journal la ubicó en 1988 y 1991 en su lista de las 100 personas que ejercen la abogacía más influyentes en Estados Unidos.
Tras dirigir, ya durante el mandato de su esposo, un equipo que no logró mejorar el sistema de salud del país, Rodham Clinton se retiró un poco de la vida política.
La postulación al Senado la pondría nuevamente en el centro del escenario político, cuatro meses después de que fuera la más vehemente defensora de su marido, durante el proceso que culminó en un juicio político, justamente en el Senado
La opinión de los neoyorquinos está dividida. "Ella hizo mucho por la reforma de la seguridad social y la salud. Nos ayudaría mucho que fuera senadora por Nueva York", opinó Christina Strin, que se mudó hace poco a esta ciudad y apoya la candidatura de la primera dama.
Pero la mayoría de los neoyorquinos no están demasiado seguros de que esté bien que una "extranjera" pretenda obtener uno de los dos lugares en el senado correspondientes al estado de Nueva York.
"Si uno ama a esta ciudad, puede hacer lo que quiera. Pero ella no debería presentarse si no es de aquí", sostuvo Danuta Macasimag, una neoyorquina que se opone a la postulación.
"Alguien de Nueva York sería mejor", admitió el reverendo Calvin Butts, pastor de la Iglesia Bautista Abisinia de Nueva York, uno de los cargos en esa ciudad desde los que se ejerce más influencia sobre sus habitantes afroestadounidenses.
Rodham Clinton nunca vivió en el estado de Nueva York, y quienes se oponen a la postulación afirman que no conoce sus problemas específicos.
Uno de ellos es Rudolph Giuliani, actual gobernador de Nueva York y candidato del opositor Partido Republicano a senador por ese estado, quien la tildó de "aventurera política".
El fallecido Robert F. Kennedy, originario de Massachusetts, ganó el cargo de senador por Nueva York en 1964, pero los observadores políticos creen que Rodham Clinton tendrá más dificultades que él para ganarse la confianza de los neoyorquinos.
"En lugares como Elmira y Plattsburgh (la zona rural de Nueva York), la gente no votará a una persona proveniente de Arkansas", sostuvo Dick Morris, un ex asesor del presidente Bill Clinton.
En una encuesta de la empresa independiente Zogby Internacional realizada el mes pasado, Giuliani, que aún no anunció formalmente su postulación, fue preferido por 49 por ciento de los consultados, contra 44 por ciento de la primera dama.
En otras encuestas, Rodham Clinton logró preferencias apenas superiores a las de Giuliani.
Buena parte del apoyo que tiene Rodham Clinton proviene de los votantes de la ciudad de Nueva York, mientras que los que votarían a Giuliani y a la mayoría de los candidatos republicanos provienen del interior del estado, según la encuesta de Zogby.
Zogby señaló que la candidatura al Senado sería un "asunto peligroso" para Rodham Clinton, que debería preguntarse si esa es la "carrera adecuada a su reputación".
Algunos analistas políticos apoyaron este punto de vista y sugirieron que Rodham Clinton debería presentarse en el estado del cual proviene, Illinois, en el 2004.
"¿Realmente necesita esto? No lo creo. Es joven y puede esperar cuatro años para ser senadora. En el 2004, el republicano Peter Fitzgerald se presentará a la reelección en Illinois, que es el verdadero hogar de Hillary", sostuvo Geraldine Ferraro, una ex candidata demócrata a la vicepresidencia.
Rodham Clinton tendrá otros problemas si se postula al Senado mientras aún es primera dama.
Su popularidad aumentó en los últimos años, incluso cuando su marido, el presidente Clinton, fue sometido a juicio político en el Senado, por prestar declaraciones falsas respecto de su relación con la ex becaria de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky.
Esa popularidad podría desvanecerse si el papel de la primera dama se vuelve políticamente más visible, sostienen los observadores.
Rodham Clinton debería pasar bastante tiempo en Nueva York para contrarrestar las acusaciones de que es una "extranjera" en ese estado, pero esto podría interferir con sus tareas de primera dama.
"Existen ciertas responsabilidades que seguiré teniendo y que cumpliré. Pero no asumiría nuevas tareas (si me postulara)", declaró Rodham Clinton a la prensa. (FIN/IPS/tra-en/km- fah/mk/ceb/mp/ip/99