DESARME: Crisis económica no frenó la compra de armas

La crisis financiera que comenzó en Tailandia en 1997 desaceleró pero no detuvo el rápido aumento de los gastos militares en el mundo, sobre todo en los países del sudeste asiático afectados por la recesión económica, indicó el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.

El informe anual de la institución sueca es considerado una referencia de trabajo insoslayable acerca de conflictos bélicos y armamentismo.

"Mientras el volumen de compra de armas disminuyó sensiblemente debido a la reducción del poder adquisitivo de las monedas (asiáticas) en el mercado mundial de armas, el peso interno de sus gastos militares no declinó", señaló el Instituto.

En efecto, "la única región donde hubo un irrefrenable crecimiento es Asia, donde los gastos militares se incrementaron 27 por ciento en términos reales durante la última década", aseguró el Anuario 1999 sobre Armamento, Desarme y Seguridad Internacional del Instituto.

En contraste, los gastos en armas y fuerzas militares en todo el mundo descendieron en más de un tercio desde 1987, y el año pasado fueron de 745.000 millones de dólares, 25 dólares por cada persona en el mundo.

Esa cifra permanece sin cambios desde 1997, como también "el impacto doméstico" de los gastos militares cuyo promedio es de 2,6 por ciento del producto interno bruto (PIB).

La reducción refleja el desarme producido despues de la guerra fría, pero también "la creciente eficacia en el uso de los recursos con fines militares".

Los recortes más notables se produjeron en Rusia, con "fuertes reducciones en Estados Unidos, América Latina y Africa", apuntó el instituto. No obstante, las fuerzas armadas africanas siguen siendo las que reciben mayor proporción del PIB.

En América Latina, "la democratización y reducción de conflictos condujo a la disminución de los gastos militares". Sin embargo, los presupuestos de defensa de la región siguen siendo los menos transparentes del mundo, de manera que "la naturaleza exacta y el tamaño de la disminución no está claro".

Otro misterio es la dimensión del presupuesto de defensa chino. El instituto calculó que el gasto militar de Beijing "es 75 por ciento más alto que el presupuesto de defensa oficial" y asciende a 1,9 por ciento del PIB, en comparación con la cifra oficial de 1,1 por ciento.

Estados Unidos, responsable de más de un tercio del gasto militar mundial, apunta a aumentar las compras en los próximos años, indicó el Instituto.

Rusia planea impulsar su gasto nominal en 75 por ciento este año, pero su objetivo podría resultar poco realista dado el estado precario de su economía doméstica, agregó.

En general, "la seguridad mundial no hizo progresos notables desde que finalizó la guerra fría", si bien la cantidad de conflictos armados fueron menos en 1998 que en este año.

Las contiendas actuales incluyen a India y Pakistán, Eritrea y Etiopía, los Balcanes y Africa Central, a la que el Instituto describió como "la región más conflictiva del mundo".

Perduran las discusiones jurídicas sobre si el Caspio es un mar con fronteras territoriales para cada uno de los países a lo largo de sus costas, como Azerbaiján, Irán, Kazajstán, Rusia y Turkmenistán, o un lago compartido por todos.

Al mismo tiempo, hay potenciales conflictos en territorios a lo largo o cercanos a rutas petroleras o gasoductos, que incluyen a Abjazia, Chechenia y Nagorno-Karabaj.

Los conflictos de intereses en la región "se vieron exacerbados por la creciente intromisión de Estados Unidos y numerosos países europeos y asiáticos en los asuntos regionales", apuntó el Instituto.

Los avances en ingeniería genética, como el Proyecto de Genoma Humano, mejorarían el campo agrícola y médico pero podrían ser usados con propósitos militares, a pesar de las promesas de no desarrollar microbios destructivos, agregó.

El informe sostiene que "los desarrollos en biotecnología podrán causar enormes cambios sociales, y la norma que promueve el uso pacífico de las nuevas capacidades debe ser consolidada para evitar su uso erróneo en programas de armas biológicas".

De los 27 principales conflictos durante el año pasado, todos menos dos, los de India-Pakistán y Etiopía-Eritrea, fueron internos. Esto subraya la importancia de las gestiones para evitar la proliferación de armas ligeras y sus traficantes.

Sin embargo, "el apoyo a los controles de los proveedores, y también de la demanda, son ambiguos, especialmente entre las naciones industrializadas, y la falta de coordinación entre gobiernos nacionales es un problema especial en Europa".

Entretanto, las ventas de armas convencionales permanecieron estables y son inferiores a las registradas a fines de los años 80 porque cayeron en 1997 a 21.900 millones de dólares, algo superior a la cifra comercializada en 1994 con 20.000 millones, que fue la más baja registrada desde 1970.

"La reducción mundial en 1998 fue sobre todo el resultado de decisiones… realizadas hace varios años, en lugar de un efecto de la crisis financiera iniciada en Asia en 1997", continuó el informe.

La producción de esas armas se concentra cada vez más en un pequeño número de países y compañías, ya que 10 estados acumularon 90 por ciento de la manufactura mundial en 1996 y 100 firmas estuvieron a cargo de 75 por ciento de la produción mundial en 1997.

Estados Unidos sigue siendo el mayor proveedor mundial de armas, seguido de Rusia, Francia y Gran Bretaña.

Las compañías estadounidenses y europeas globalizan cada vez más sus líneas de producción y "aumenta las dificultades para que los gobiernos nacionales ejerzan control sobre la producción de armas, lo cual hace necesarios nuevos mecanismos y políticas de supervisión y control", concluyó el Instituto. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/ego/aq/ip/99)

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