DERECHOS HUMANOS: Líder kurdo condenado a muerte en Turquía

El líder kurdo Abdullah Ocalan fue condenado hoy a muerte por una corte turca de seguridad del Estado, lo que motivó protesta s por parte de emigrantes kurdos en varios países de Europa.

Mientras familiares de soldados turcos muertos en 15 años de guerra por la autonomía del Kurdistán celebraban la sentencia en las calles de Estambul y Ankara, grupos de emigrantes turcos en Moscú, Londres, Berlín , Atenas y otras ciudades europeas organizaron protestas pacíficas.

La sentencia pasará inmediatamente a la Corte de Apelaciones turca. De repetirse allí la sentencia, el Parlamento deberá votar para confirmar o revocar la condena.

Fabio Evangelisti, observador italiano y miembro del Parlamento europeo, estimó que si la sentencia es confirmada en todas su fases, Turquía enfrentará serias dificultades para materializar su propósito de ingresar a la Unión Europea (UE).

Ocalan fue considerado responsable único por la muerte de unas 35 mil personas desde el inicio de la guerra por la autonomía del Kurdistán tur co, en 1974, encabezada por el Partido de los Trabajadores Turcos (PKK).

La sentencia dice que Ocalan "emprendió acciones destinadas a separar una porción del territorio bajo soberanía del Estado", a través de la "organización terrorista armada PKK, que él estableció, por medio de decisiones tomadas por él y órdenes e instrucciones por él emitidas".

La condena a muerte se adoptó en razón de "la intensidad y continuid ad de las acciones del acusado y el hecho de que miles de personas inocentes – sin importar que fueran lactantes, niños, mujeres o ancianos – fueran muertos", agrega la sentencia.

En su defensa, Ocalan había manifestado que tanto el PKK como el estado turco debían asumir sus reponsabilidades por el costo humano y material de la violencia. Grupos turcos e internacionales de derechos humanos han acusado repetidamente a Turquía de sistemáticos abusos contra la poblaci ón kurda.

Ocalan, que inició en 1993 un proceso político para terminar la violencia y negociar un status de autonomía, ofreció durante el proceso el completo desarme del PKK, a cambio del reconocimiento de la identidad kurda dentro del estado turco.

La constitución y las leyes turcas niegan la existencia de minorías étnicas en el país, y rechazan por tanto la existencia de la cultura y e l idioma kurdos, cuyas expresiones públicas son ilegales.

Alredededor de dos millones de los 12 millones de kurdos de Turquía han sido desplazados por las fuerzas de seguridad turcas desde el inicio de la guerra, en un esfuerzo por reducir las bases de apoyo y abastecimiento a los rebeldes del PKK.

Según las denuncias de los grupos de derechos humanos, alrededor de 6.000 aldeas kurdas han sido destruidas o evacuadas en la guerra, que segú n los abogados de Ocalan se ha convertido en una lucrativa industria para los proveedores de las fuerzas armadas.

Culmina así un proceso controversial, iniciado el 31 de mayo, cuando Ocalan sorprendió a todo el mundo al anunciar su deseo de "servir a la república turca".

El proceso fue conducido por una corte de seguridad del Estado en una sala especialmente habilitada en la isla-prisión de Imrali, cerca de Estambul, donde Ocalan es el único interno, sin derecho a visitas, ni a audiencias privadas con sus abogados.

El gobierno turco rechazó la presencia de observadores internacionales en el proceso, pero admitió una pequeña delegación de parlamentarios europeos. La cobertura periodística fue también severamente restringida .

Según el connotado penalista y senador italiano Guido Calvi, las condiciones de irregularidad en que se desarrolló el proceso no tienen precedentes. "Ni siquiera en los tribunales especiales italianos de la era fascista se llegó jamás a este nivel de violaciones de los derechos elementales", dijo Calvi a la prensa.

Ocalan fue secuestrado en Kenya por fuerzas de seguridad de ese país el 2 de febrero último, y entregado a agentes turcos que lo trasladaron clandestinamente a Turquía. Ocalan se encontraba hospedado secretamente e n la residencia del embajador griego en Nairobi, esperando asilo político en algún país europeo.

Ocalan vivía en el exilio desde 1980, la mayor parte del tiempo en Siria, desde donde dirigía las acciones del PKK en territorio turco. El gobierno sirio lo expulsó del país en septiembre de 1998, bajo presión de Ankara, tras lo cual se inició una intensa cacería internacional.

Tras fracasar en sus intentos de obtener refugio en Rusia, Ocalan viajó a Italia, donde pidió asilo político. El gobierno italiano rechazó las presiones turcas para su entrega, basado en disposiciones constitucionales que prohíben la extradición de personas que puedan enfrentar una condena a muerte en su país de origen.

Las relaciones entre Turquía e Italia sufrieron un violento deterioro, mientras Roma intentaba sin éxito crear un tribunal internacional que serviría también de foro para un debate del problema kurdo en Turquía y los países vecinos.

Aislado en sus intentos, el gobierno italiano de centroizquierda persuadió entonces a Ocalan a abandonar el país en enero último. (FIN/IPS/ws/ak/99)

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