La Cumbre América Latina y el Caribe- Unión Europea que concluyó hoy tuvo la ambición de mirar hacia el futuro, pero también se remitió al pasado p ues sus disputas se concentraron en el sector agrícola y en principios que ya parecían fuera de cuestión.
El fin del proteccionismo agrícola de la Unión Europea (UE) es la met a por la cual pelean los latinoamericanos, en especial los del Mercado Común del Sur (Mercosur). De la cooperación en áreas estratégicas de ahora y del futuro, como la industria audiovisual y la biotecnología, poco o nada se habló e n Río de Janeiro.
Otra dura batalla se libró en torno de principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas hace más de 50 años. La "no intervención, respecto de la soberanía, igualdad entre Estados y autodeterminación, constituyen la base de las relaciones entre nuestras regiones", dice la Declaración Final de la Cumbre.
Esa mención explícita fue exigida por los latinoamericanos y caribe ños, contra la reticencia de los europeos, a causa de la guerra de Yugoslavia, de la que se valió el presidente de Cuba , Fidel Castro, para atacar con dureza a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La "guerra no autorizada por nadie" provocó gran destrucción por 23.000 bombas y misiles de manufactura estadounidense y obligará a Europa a gastar muchos recursos para reconstruir el país. Sobrará menos dinero para invertir en América Latina y el Caribe, señaló Castro.
Poco repercutió en la Cumbre el clamor de los 91 cineastas latinoamericanos y europeos que se reunieron el viernes también en Río de Janeiro para pedir a los gobernantes presentes en la Cumbre políticas y cooperación para romper el bloqueo que sufre la producción audiovisual en las dos regiones.
Los reclamos se basan en un diagnóstico dramático, de total dominaci ón de los mercados europeos y latinoamericanos por la producción estadounidense.
Una alianza efectiva en esa área, entre regiones que dicen tener "una herencia cultural común" podría reducir ese desequilibrio y contribuir de hecho al mundo "multipolar" que tanto el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso y el canciller alemán Gerhard Schroeder dijeron desear.
Los asuntos verdaderamente estratégicos no siempre aparecen en las negociaciones, que son determinadas "por las presiones de sectores movilizados" y las urgencias de intereses del momento, admitió el principal negociador brasileño, José Alfredo Graça Lima, responsable de Integración de la cancillería.
Un estudio brasileño estima en 5.000 millones de dólares anuales las exportaciones adicionales que Brasil obtendría con el fin de las barreras y los subsidios agrícolas de la UE. Es algo importante para un país cuyas cuentas externas afrontan dificultades.
En relación a otro problema apremiante para América Latina, los riesg os que representan los flujos financieros sin control, el acuerdo fue de "mantener consultas" y "concertar posiciones en los foros apropiados" en busca de un sistema que permita prevenir crisis futuras y respuestas rápidas cuando ocurran.
En una reunión paralela, el Foro de la Sociedad Civil para el Diálogo entre Europa, América Latina y el Caribe, un grupo de parlamentarios latinoamericanos defendió la Tasa Tobin, tributo propuesto por el premio Nobel de Economía James Tobin para gravar los capitales golondrina, para financier programas sociales.
Pese a la insistencia de los líderes en destacar que el acercamiento ALC-UE será político y sociocultural, además de económico, los temas comerciales acapararon las atenciones.
El resultado más efectivo y saludado del encuentro de mandatarios de 48 países fué el lanzamiento de las negociaciones comerciales entre el Mercosur y la UE, el lunes, antes del inicio oficial de la Cumbre.
El acto, cuyo éxito fue amenazado por discrepancias internas de la UE sobre el inicio de las negociaciones y la inclusión del sector agrícola, ratificó una realidad latinoamericana d e diversidad de situaciones que, según Manuel Marín, vicepresidente de la Comisión Europea, "impide un tratamiento uniforme".
Con el inicio esas negociaciones, el Mercosur y Chile son reconocidos como interlocutores válidos para tratar el libre comercio con el mayor mercado comunitario del mundo. México ya se adelant ó y se prevé que concluyan el próximo año un acuerdo comercial con la UE.
Realidades distintas viven la Comunidad Andina, América Central y el Caribe, cuyas relaciones comerciales con Europa se insertan en un cuadro de ayuda para el desarrollo, de preferencias unilaterales ofrecidas por la UE, no recíprocas como las exigidas al Mercosur.
Los caribeños disfrutan las ventajas de la Convención de Lomé, mien tras América Central recibe gran ayuda para superar los efectos tanto de sus guerras como de desastres naturales y el subdesarrollo.
Los países andinos, por su parte, gozan de exenciones arancelarias en sus exportaciones agrícolas a la UE, para estimular el desarrollo y reducir la producción de drogas y el narcotráfico. (FIN/IPS/mo/mj/ip if dv/99)