CUBA: Opositores en huelga de hambre

Un grupo de opositores que cumplen huelga de hambre desde el lunes crearon una oficina en la capital de Cuba, con el fin de recibir denuncias por supuestas violaciones de derechos humanos contra el gobierno de Fidel Castro.

Oscar Elías Bicet, miembro de la ilegal Fundación Lawton y uno de los huelguistas, afirmó que recibirán todo tipo de inquietudes cada lunes a partir de las 10 de la mañana, si las autoridades lo permiten.

"Hay mucha gente que se nos está acercando y nosotros tomamos nota de de todas las acusaciones", dijo Elías a representantes de la prensa extranjera acreditados en la isla.

Sin antecedentes en este país desde 1959, año de la llegada de Castro al poder, cuatro disidentes se abstendrán de ingerir alimentos sólidos durante 40 días y al menos otras 20 personas se unirán a la protesta seis horas diarias.

Elías explicó que los 40 días de huelga "representan 40 años de gobierno, para decir basta ya de injusticia", exigir respeto por los derechos humanos y la libertad de los presos políticos.

Además de Elías, se mantendrán tomando vitaminas y líquidos Marcos Lázaro Torres, del Partido 30 de Noviembre, Rolando Muñoz, de la Fundación Lawton, y William Herrera, de la Liga Cívica Martiana.

Se espera que las denuncias que les sean comunicadas sean transmitidas a la prensa extranjera.

Cualquier tipo de oposición política al gobierno está prohibida en Cuba, cuyo Código Penal vigente contempla severas sanciones para las actividades disidentes.

Las autoridades cubanas aseguran que la oposición interna está formada por pequeños grupos para nada representativos de la población de la isla, organizados y financiados desde Estados Unidos.

Por su parte, el presidente estadounidense Bill Clinton anunció en enero un paquete de medidas que incluyó el apoyo financiero a organizaciones no gubernamentales dentro de Cuba, entendidas éstas como grupos opositores.

Una declaración de apoyo al ayuno de la también disidente Unión Cívica Nacional aseguró que esta acción resulta imprescindible en la lucha no violenta por los derechos humanos y "en pleno uso" del "derecho a la libertad de expresión".

"Cuarenta años es un lapso más que suficiente para probar qué sirve y qué no, la eficiencia o la ineficiencia de un sistema", advierte el texto que demanda, además, una amnistía general para todos los presos políticos y de conciencia.

La protesta sucede al juicio realizado en febrero contra cuatro miembros del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, que había divulgado dentro y fuera de la isla un informe crítico de un documento del Partido Comunista de Cuba.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que actúa en la ilegalidad, asegura que en la isla hay unos 350 presos de conciencia.

Sin embargo, los organizadores del ayuno aseguraron que, según sus propios cálculos, los presos políticos son "más de 1.000".

En un modesto apartamento del barrio habanero de Santos Suárez, perteneciente a la activista Migdalia Rosa Hernández, los ayunantes solo ingerirán líquidos como jugos, agua, leche y caldo cada seis horas.

Las paredes de la casa están cubiertas con citas de la Biblia, imágenes de Jesucristo, de varios próceres de la independencia cubana, de opositores supuestamente asesinados y del fallecido líder del exilio cubano en Estados Unidos, Jorge Más Canosa.

Más Canosa presidió la Fundación Nacional Cubano Americana, una influyente organización del exilio cubano acusada por el gobierno de Castro de estar detrás de atentados terroristas contra la isla.

Los ayunantes en La Habana dijeron que su acción es parte de una campaña de desobediencia civil que se extiende a otras provincias del país y que cuenta además con el apoyo de varios grupos anticastristas en territorio estadounidense.

Hernández afirmó que los disidentes denuncian también el uso del medicamento Rivanol como método abortivo en algunas hospitales del país, por su supuesta aplicación a mujeres con embarazos avanzados.

El aborto es legal en Cuba desde 1965 y se realiza hasta la cuarta semana del embarazo sin condiciones y a solicitud de la mujer. Cualquier interrupción pasado ese tiempo tiene que responder a problemas serios de salud de la madre o el feto.

"Podría ser que termináramos el ayuno en la cárcel", afirmó Elías, quien pronosticó que un acto de oposición tan abierto podría provocar la reacción de las autoridades. (FIN/IPS/da/mj/ip hd/99

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