Canadá suspendió las visitas oficiales de alto rango a Cuba por la situación de los derechos humanos en el país caribeño, señalaron funcionarios en Ottawa.
"Aún tenemos relaciones con ellos (los cubanos), pero tenemos que poner un poco de hielo norteño en el medio", declaró el primer ministro Jean Chrétien.
El canciller Lloyd Axworthy, que viajó a Cuba en enero, suspendió indefinidamente dos importantes viajes ministeriales esta semana, así como futuras visitas a la isla.
Ottawa también está revisando sus propuestas de asistencia bilateral para cancelar aquellos proyectos que no ayuden a mejorar la situación de los derechos humanos y la democracia.
El ministro de Comercio Internacional, Sergio Marchi, y la ministra de Cooperación Internacional, Diane Marleau, planeaban realizar visitas oficiales a Cuba este año, pero ahora las cancelaron.
El viaje de Marchi tenía el fin de conseguir más inversiones canadienses en Cuba, mientras Marleau iba a investigar la forma de gastar la ayuda oficial canadiense. Ottawa otorgó 24 millones de dólares a La Havana en los últimos cinco años.
El enfriamiento de las relaciones bilaterales ocurre en un momento en que muchas compañías canadienses, atraídas al país caribeño durante el deshielo económico cubano de principios de esta década, tienen dificultades para obtener ganancias en la isla.
Las firmas canadienses invirtieron 141 millones de dólares en Cuba entre 1992 y 1997, más que las empresas de otros países, cuando La Havana necesitaba nuevas fuentes de divisas tras el colapso de la Unión Soviética.
Agentes turísticos construyeron hoteles y establecieron vuelos directos que convirtieron a Cuba en el destino caribeño más popular entre los canadienses. Las firmas también invirtieron en la minería y en la compañía de electricidad cubana.
Pero FirstKey, la firma canadiense que ayudó a mejorar el sistema cubano de generación eléctrica, indicó que se retiró de Cuba porque el gobierno no había cumplido con su parte del negocio.
Así mismo, la empresa minera Sherritt International, que planeaba invertir 500 millones de dólares en una mina de níquel, ahora está reconsiderando su acción.
En el frente político, las relaciones entre Ottawa y La Havana se resintieron en marzo cuando cuatro disidentes cubanos fueron procesados por sedición, por criticar al gobernante Partido Comunista y por exigir reformas democráticas.
Lo que molestó especialmente a Ottawa fue que los cuatro fueron condenados a pesar de que Chrétien intervino personalmente a su favor durante una visita a La Havana en 1998.
Chrétien le había solicitado al presidente cubano Fidel Castro que liberara a los cuatro, pero estos fueron finalmente condenados a hasta cinco años de cárcel por "actividades contrarrevolucionarias".
Cuba presentó a su nuevo embajador ante Canadá esta semana, y diplomáticos cubanos dijeron que esperan recomponer las relaciones.
La relación entre los dos países sobrevivió a la revolución cubana en 1959 y a la fuerte presión de numerosos gobiernos estadounidenses para que Ottawa se sumara al bloqueo comercial que Washington le impuso a Cuba.
Canadá fue uno de los principales aliados de Cuba en el hemisferio occidental durante el gobierno liberal de Pierre Trudeau, entre 1968 y 1984.
El gobierno conservador en los años 80 canceló la ayuda canadiense debido a la participación militar cubana en el conflicto de Angola, pero el Partido Liberal de Chrétien la reinstituyó en 1994.
Ottawa está revisando los proyectos de ayuda bilaterales caso por caso, y hasta el momento, canceló un programa médico cubano- canadiense en Haití.
También corren peligro un proyecto para informatizar los tribunales cubanos y otro para ayudar al país a reconstruir su decadente infraestructura.
Stephen Toope, profesor de Derecho de la Universidad de McGill, dijo que las computadoras facilitarían la publicación de las decisiones judiciales y mejoraría el control de los casos.
Si el proyecto continúa, "esencialmente ayudaríamos a mejorar la operación de un sistema que es bastante represor", opinó.
Canadá será la sede de la próxima asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio del 2000, y de la Cumbre de las Américas en el 2001.
El gobierno aún debe decidir si invitará a Cuba y parece haber suspendido las gestiones a favor de la readmisión de La Havana a la OEA, de la cual fue expulsada en 1962. (FIN/IPS/tra-en/mb/aa/aq/if-ip/99