COREA: Nuevo enfrentamiento Norte-Sur en el mar

El enfrentamiento hoy en el mar entre Corea del Norte y Corea del Sur incrementó la presión en contra de la "política de sol" de Seúl hacia Pyongyang, además de aumentar las tensiones en la dividida península.

Muchos analistas surcoreanos interpretaron el intercambio de artillería en el mar Amarillo como un intento de Corea del Norte de ganar ventaja en las actuales conversaciones entre los dos países, que técnicamente permanecen en guerra cuatro décadas después de la guerra de Corea.

Sin embargo, el incidente de este martes revivió la preocupación de otros surcoreanos por lo que consideran una excesiva blandura de su presidente Kim Dae Jung hacia el norte.

"Estoy un poco nervioso", manifestó Kwak Ho-Eung, un residente de Seúl de 48 años. "Los surcoreanos nos descuidamos un poco de las posibles provocaciones de Corea del Norte", dijo.

El enfrentamiento de este martes hará más difícil al presidente Kim promover domésticamente su "política de sol" para que Pyongyang sea más sensible a su oferta de reunificación de los cuatro millones de familias coreanas separadas.

El incidente se produjo luego de más de una semana de tensión en el mar Amarillo por lo que Seúl calificó de un cruce reiterado por buques de guerra norcoreanos de la Línea Fronteriza del Norte, en el mar Occidental.

La pelea tuvo lugar en un área de pesca de cangrejo, unos 10 kilómetros al oeste de la isla de Yongpyong y unos 100 kilómetros al noreste de Seúl.

Las fuerzas de Corea del Sur relataron que les dispararon en la mañana y se vieron obligadas a responder y a hundir un barco- patrulla norcoreano. Ahora están en alerta máxima.

Esta no es la primera vez que buques norcoreanos cruzan la línea fronteriza para escoltar a sus barcos pesqueros. Observadores militares sostienen que incursiones similares ocurren entre 20 y 30 veces al año.

La armada de Corea del Sur a veces pasa por alto las incursiones, como ocurrió a comienzos de este mes, cuando empezó el último episodio. Pero esta vez, los buques norcoreanos no volvieron a sus aguas cuando fueron advertidos por las patrullas surcoreanas.

Alarmada, la marina informó a la prensa sobre el incidente el día 6.

"La incursión podría ser una provocación política para causar en los norcoreanos una sensación de crisis, haciéndoles temer la inminencia de una guerra", comentó Lee Hang-Gu, presidente del gabinete de estrategia surcoreano sobre reunificación.

Siguiendo esa línea de pensamiento, "la sensación de crisis haría que Estados Unidos dialogara con el Norte directamente y que el Sur diera más ayuda" a su vecino del norte, azotado por la hambruna, agregó Lee Jong-Suk, investigador del Instituto Sejong.

Otro propósito aparente de Pyongyang sería la anulación de la línea limítrofe del norte, en el mar Occidental, que le priva de ricos bancos de pesca en momentos en que el país enfrenta una grave escasez de alimentos.

"Corea del Norte desea asegurarse la zona de pesca en la línea limítrofe del norte", afirmó Lee.

Trascendió que funcionarios de Pyongyang reclamaron la zona en una reunión con generales del Comando de las Naciones Unidas en la mañana del martes, tras el incidente del mar Amarillo.

Seúl intentó minimizar la importancia del enfrentamiento por temor a que afecte adversamente las reuniones viceministeriales intercoreanas previstas para el lunes en Beijing. Será la primera vez que ambas partes dialoguen en más de un año.

Pero el incidente sí arroja sombra sobre las conversaciones. "Al crear tensión, Pyongyang puede pretender sacar ventaja en las próximas conversaciones de Beijing", comentó un periodista de un noticiero del canal de televisión KBS.

Muchos surcoreanos creen que el enfrentamiento de este martes podría otorgar una ventaja política al presidente Kim al distraer la atención de los problemas nacionales.

"Como siempre ocurrió en el gobierno anterior, una incursión norcoreana ayuda a Seúl a salir de problemas", comentó un residente de la capital.

Algunos críticos opinaron que Kim debería adoptar una política más dura, en lugar de responder a Pyongyang con más ayuda u obsequios de alimentos y fertilizantes.

"Esto demuestra la futilidad de la política de sol. Debemos devolver golpe por golpe", dijo otro residente.

Pese a la tensión, los vínculos comerciales y turísticos entre ambas Coreas continúan a todo vapor.

Mientras los barcos norcoreanos disparaban contra los surcoreanos en la mañana de este martes, un buque de Corea del sur descargaba 6.000 toneladas de fertilizantes en el puerto de Nampo, en Corea del Norte.

Así mismo, ejecutivos del conglomerado surcoreano Samsung Electronics se encuentran en Pyongyang discutiendo planes para la elaboración de productos electrónicos en fábricas norcoreanas. (FIN/IPS/tra-en/amy/js/mlm/ip/99

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