Las 160.000 toneladas de plomo que vomita cada año el principal complejo metalúrgico no ferroso de América Latina envenenan hace décadas la sangre de miles de vecinos de Torreón, una ciudad del norte de México cuyo drama apenas comenzó a ser atendido.
Más de la mitad de 4.000 niñas y niños examinados en Torreón, ciudad de medio millón de habitantes en el estado de Coahuila, presentan más de 25 microgramos de plomo por decilitro de sangre, cantidad 150 por ciento superior a los valores tolerados por el organismo, de acuerdo con la norma mundial.
Más de 800 presentaron entre 40 y 69 microgramos de plomo. Decenas de infantes debieron ser hospitalizados, según fuentes oficiales.
Una feria de cifras acompaña el drama que viven las madres de los pequeños enfermos. Los niños que padecen saturnismo (enfermedad crónica causada por exceso de plomo en el organismo) serían entre 15.000 y 40.000, según informes privados.
Entre los afectados figuran 99 mujeres embarazadas, de las cuales 11 requieren atención urgente para evitar que el plomo llegue a los fetos.
Instalada en 1901, la empresa Met Mex Peñoles creció en esta ciudad de clima semidesértico hasta convertirse en el primer exportador de plata del mundo, con ventas por 771,5 millones de dólares y una cartera de 400 clientes en México y en 35 países.
El complejo industrial procesa 200.000 toneladas de plata y oro y 115.000 de zinc al año, con lo que lanza al aire de Torreón cientos de toneladas polvo con alto contenido de plomo y cadmio.
Grupos ambientalistas y médicos denuncian el problema desde que se conocieron los primeros casos, en 1984, pero el gobierno sólo tomó medidas en mayo de este año.
La insuficiencia de los laboratorios clínicos de Torreón para analizar muestras de sangre de los entre 300 y 500 niños y niñas que demandan cada día atención y las cada vez más enfurecidas expresiones de protesta obligaron al cierre parcial de actividades de la empresa.
La Secretaría de Salud y la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa) ordenaron, además, la reubicación de las familias afectadas y la remoción de suelos contaminados, así como la exhaustiva limpieza de espacios públicos y privados.
La empresa que tiene oficinas en Estados Unidos, Brasil y Venezuela, viola con frecuencia las normas que fijan límites al bióxido de azufre, el plomo y otras partículas liberadas a la atmósfera, según Profepa.
Las concentraciones de plomo han alcanzado 82 microgramos por metro cúbico, 53 veces más que el límite máximo aconsejado.
Esa circunstancia afecta mayormente a los vecinos de unos 11 barrios que rodean a Met Mex Peñoles, cuyas chimeneas expulsan 44,8 toneladas de bióxido de azufre al día y 0,5 toneladas de partículas suspendidas totales, según el informe.
No obstante los daños a la salud de la población, "la confianza de los clientes" en Met Mex Peñoles "no ha resultado afectada", afirmó el gerente de Desarrollo Social de la empresa, Luis Rey.
La empresa apunta, sin embargo, a "eliminar la situación de riesgo, tranquilizar a los vecinos y convivir en armonía", añadió Rey.
El elevado nivel de plomo en la sangre de la población sacó a las calles de Torreón a miles de angustiadas madres, así como a niños y niñas enfermos y sanos.
La empresa debió destinar el equivalente a seis millones de dólares a inversiones de control ambiental, y aseguró que efectúa las acciones necesarias para corregir la dispersión de gas y polvo asociada con el alto contenido de plomo del aire.
Met Mex Peñoles afirmó que siempre ha colaborado con las autoridades sanitarias y ambientales en la tarea de supervisar la concentración de metal en la sangre, y llamó a la población a emprender una campaña tendiente a crear una nueva cultura para proteger la salud.
El experto ambientalista Iván Restrepo dijo, con ironía, que la empresa responsabiliza de la situación a los propios habitantes de Torreón.
"¿Cómo se atreven a respiran si pueden enfermarse? Seguramente lo hacen para hacer quedar mal al gobierno y para atacar a una empresa que lleva casi cien años contaminando impunemente", dijo.
El investigador de la Universidad del estado de Durango, vecino de Torreón, Gonzalo García, destacó que las acciones de las autoridades, si bien responden a la emergencia ambiental, carecen de metas claras.
Para evitar que se repitan casos como el de Torreón, la Secretaría de Salud presentará en breve un proyecto de norma para determinar los valores aceptables de plomo en la sangre. México carece de lineamientos propios en ese sentido.
La norma internacional establece 10 microgramos por decilitro de sangre como nivel superior para el ser humano, de modo de evitar daños irreversibles en el sistema cerebral y en el crecimiento, así como estragos a las mujeres en edad reproductiva, entre otros.
Mientras, este mes se conocieron los primeros dos casos de niños contaminados por plomo en una ciudad del vecino estado de Nuevo León, al oeste de Coahuila.
"Siento que hay avances para atender las necesidades de los niños expuestos" a la contaminación por plomo, afirmó el gobernador coahuilense, Rogelio Montemayor.
Torreón está ubicada en un punto estratégico del territorio mexicano. La ciudad colinda con los estados de Nuevo León, Zacatecas y Chihuahua y al mismo tiempo tiene acceso a localidades del estado de Texas, Estados Unidos, como El Paso, Eagle Pass, Laredo, McAllen y Brownsville.
La ciudad cuenta con 1.500 empresas agrícolas, ganaderas, mineras, metalmecánicas, de confección de vestido, de procesamiento de mármol y de mueblería, entre otros rubros. (FIN/IPS/pf/mj/en/99