/Ciudades de América Latina/ BRASIL: Metrópoli atascada produce tribu de motociclistas

Sao Paulo, la mayor metrópoli de Brasil, se reveló el habitat perfecto para la proliferación acelerada de los motociclistas, un sector en guerra contra el atascadero urbano.

En la ciudad hay unas 350.000 motocicletas, de las cuales unas 80.000 constituyen medio de trabajo, como vehículos ideales para entregas rápidas en una ciudad donde el promedio de velocidad de los automóviles se va acercando al de un peatón.

Estas cifras son estimadas por Maria Aparecida Tugnolo, quien coordina cursos de "Conducción Segura", ofrecidos desde el año pasado por la Compañía de Ingeniería de Tráfico (CET) a los mensajeros llamados "motoboys", en un esfuerzo por reducir la cantidad de accidentes en que se involucran.

Esos profesionales de la velocidad en calles atascadas tienen muy mala fama. "Son terribles, no respectan señales, abusan de la velocidad, 'serpentean' entre los automóviles", afirmó Max Ernani de Paula, ingeniero experto en seguridad de la CET, órgano municipal que trata de mejorar el tránsito.

Por este motivo, y por la mayor vulnerabilidad de las motocicletas, el riesgo de accidentes mortales es cinco veces superior al de otros vehículos, según de Paula.

La riesgosa profesión es hija del congestionamiento de la ciudad. La falta de alternativas y una remuneración mejor que la de otras ocupaciones para jóvenes de baja escolaridad explican su acelerada expansión en esta década.

La mayoría no concluyó la enseñanza básica y comienza ganando unos 350 dólares al mes, un salario al que no tiene acceso en otras funciones, incluso porque en general exigen mayor capacitación, observó Tugnolo.

En 1995, las motocicletas representaban sólo 2,8 por ciento de los vehículos en circulación en 30 de las principales vías de Sao Paulo. En 1998 ya eran 6,2 por ciento, según datos de la CET.

En 1996, se registraron 176 motociclistas muertos en Sao Paulo. Esta cifra subió a 221 al año siguiente, pero bajó a 212 en 1998, probablemente a causa del nuevo Código de Tránsito, que castiga duramente las infracciones y logró reducir mucho los accidentes en general.

Un estudio del Centro de Entrenamiento de la CET indicó que 86 por ciento de ellos ya sufrieron caídas y 75 por ciento se involucraron en accidentes más graves.

Escarmentados por el alto número de muertes, los motociclistas intensificaron sus cuidados. Un estudio en mayo comprobó que 95 de ellos usaban casco, mientras que en 1986 eran sólo 47 por ciento, comparó De Paula.

Los conductores de los demás vehículos, sin embargo, siguen considerándolos enemigos temibles, porque además de sus imprudencias, frecuentemente rompen espejos retrovisores y vidrios de automóviles, alegan.

Para peor, dos "motoboys" ganaron gran notoriedad últimamente al ser acusados de decenas de estupros y asesinatos de mujeres en Sao Paulo.

La imagen de tribu violenta se consolidó con la repercusión de sus actos colectivos en las calles. En mayo, la empresaria Iracema Gambassi fue cercada por decenas de motociclistas que dañaron su automóvil y la obligaron a indemnizar a un colega con el que había protagonizado un choque sin mayores consecuencias.

No todos son así, reaccionó Ronaldo Bezerra, director de la cooperativa Unimoto Express, con 150 asociados, quien asegura que no ha tenido ningún accidente en sus cuatro años de "motoboy".

"Nuestro índice de accidentes es bajísimo, uno por mes", destacó Bezerra, quien añadió que sólo murió un asociado hasta ahora.

Entre los 150 miembros de la cooperativa sólo dos son mujeres. "Esta es una profesión masculina", porque la mujer en general no tiene la "adrenalina necesaria", arguyó Bezerra.

Problemas como la agresividad y exceso de velocidad son estimulados por las empresas, que pagan por entregas cumplidas, con rapidez "imposible".

"Nuestra cooperativa no hace contratos que imponen tales condiciones", afirmó el director Unimoto Express.

Además, se incorporan a ese trabajo personas demasiado jóvenes, "de 18 años, sin experiencia e imprudentes", elevando la tasa de accidentes y la imagen negativa de los motociclistas, admitió Bezerra, quien defendió exámenes de habilitación más rigurosos.

Los "motoboys" tienen la fama, pero la mayoría de las motocicletas de Sao Paulo -270.000, según Tugnolo- está en manos de personas que las usan para ir trabajo o por esparcimiento.

Tanto estas motocicletas como las empleadas para entrega de documentos, comida y una gran variedad de cargas pequeñas, seguirán aumentando debido al caos del tránsito en Sao Paulo, pronosticó Bezerra. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99

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