La explicación de Estados Unidos sobre el bombardeo de la embajada de China en Belgrado durante un ataque aéreo de la OTAN difícilmente enmendará las deterioradas relaciones bilaterales, advirtieron analistas chinos.
El encargado de ofrecer la explicación oficial de Washington por el bombardeo del 7 de mayo, que causó la muerte de tres periodistas chinos, es el enviado especial y subsecretario de Estado Thomas Pickering, que llegó a Beijing el martes por la noche.
Pero su visita se produce en momentos en que expertos chinos en política exterior están convencidos de que Estados Unidos y sus aliados tienen como objetivo último contener el crecimiento de China.
Por lo tanto, a Pickering le resultará muy difícil convencer a los líderes chinos de que el ataque contra su embajada por un avión estadounidense fue "un error trágico".
Beijing se negó oficialmente a aceptar la teoría del error, que según Estados Unidos se debió a la utilización de un mapa antiguo de Belgrado.
Los chinos comunes tampoco creen en esa teoría. El gobierno exigió una disculpa pública de Estados Unidos, una investigación minuciosa, la publicación de los resultados y un castigo severo a los responsables.
"Es imposible que la explicación satisfaga a China", opinó Zhang Zhongyun, profesor de política internacional de la Facultad Central del Partido.
"Si sostienen que fue intencional, la verdadera historia será un secreto de Estado, y Washington encontrará una excusa que contarnos. Si sostienen que fue un error, entonces deben castigar a la persona responsable", señaló.
Pero si Washington cumple con las demandas de Beijing de investigación, revelación pública y castigo, eso sería interpretado como una prueba de su sinceridad.
"Si Estados Unidos presenta una explicación razonable, no será imposible que los chinos aceptemos que fue un error", afirmó Gao Heng, del Instituto de Investigación Económica y Política de la Academia China de Ciencias Sociales.
"Pero Washington no debe pensar que porque China es un país pobre y desea ingresar a la Organización Mundial del Comercio (OMC), hará concesiones en cuestiones políticas. Si infringen nuestra soberanía, no podremos hacer negocios", advirtió.
La máquina estatal de propaganda difunde el mismo mensaje. Un editorial del Diario del Pueblo destacó que Beijing nunca permitirá que un país extranjero infrinja su soberanía.
Las relaciones entre China y Estados Unidos se deterioraron peligrosamente tras el bombardeo de la embajada en Belgrado, pero antes del incidente otros asuntos ya habían congelado la "sociedad estratégica" procurada por los presidentes Jiang Zemin y Bill Clinton.
La política de Clinton de "compromiso" con China sufrió un gran revés debido a acusaciones de que Beijing robó secretos de tecnología nuclear e intentó comprar influencia política en Washington.
Las imágenes de turbas enardecidas arrojando piedras contra la embajada de Estados Unidos en Beijing en protesta por el bombardeo de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) sólo avivó las llamas del sentimiento antichino en el Congreso.
Por su parte, Beijing cortó las conversaciones bilaterales sobre temas militares, de derechos humanos y proliferación nuclear. También suspendió las negociaciones sobre su ingreso a la OMC, que procura desde hace más de una década.
Expertos chinos en política exterior sostienen que la misión de la OTAN en Kosovo es un preludio para su expansión en Asia. Afirman que Estados Unidos, temeroso del crecimiento de China como potencia mundial y de su potencial expansión hacia el este, intenta dividir a este país y sumirlo en el caos.
"Es muy probable que Estados Unidos comience a incorporar países asiáticos a la OTAN una vez que se resuelva la crisis de Kosovo", vaticinó Wei Minfu en el periódico Estrategia y Administración.
"Esos países asiáticos podrían formar una OTAN menor para cooperar con la gran OTAN de Europa", agregó.
Beijing insistió en que sólo una disculpa pública, una investigación minuciosa y el castigo de los responsables por el bombardeo de su embajada en Belgrado podrían reparar las dañadas relaciones con Washington y calmar los ánimos de los chinos, pero pocos lo creen.
El día que Pickering pisó suelo chino, la prensa estatal montó una enérgica campaña anti-estadounidense y exhortó a los chinos a construir "el gran muro de la defensa nacional".
Ningún medio nacional informó sobre la llegada de Pickering ni sobre su misión. En cambio, el Diario del Pueblo y el Diario Guangming publicaron largos artículos sobre las lecciones que China debería aprender de la crisis de Kosovo.
"El pueblo estadounidense tiene una psiquis muy débil y no puede aguantar las dificultades de una guerra terrestre", declaró Quan An, un experto militar, en una entrevista publicada en el diario Guangming.
"Por eso, si un país pobre debe enfrentarse militarmente a Estados Unidos, debe fortalecer su sistema de defensa antiaéreo", añadió. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/ip/99