CHINA: Ecologistas confían en cese de obras de Tres Gargantas

La renovación de las críticas en China contra el proyecto de la represa de las Tres Gargantas alimentó la esperanza de ambientalistas sobre una posible suspensión de la gigantesca obra sobre el río Yangtzé.

El primer ministro Zhu Rongji expresó su preocupación por el proyecto, manchado por acusaciones de corrupción y de mala calidad de las obras, iniciadas en 1992.

En su publicitado discurso, Zhu admitió que es necesario reevaluar todas las suposiciones iniciales sobre la mayor represa hidroeléctrica del mundo y crear nuevas políticas sobre la reubicación de personas e industrias desplazadas.

Agregó que deben evitarse los "proyectos grandiosos", y describió la responsabilidad por la calidad del proyecto como "más pesada que Tai Shan" (la montaña sagrada Tai).

Pero aun antes del discurso de Zhu en mayo, que los observadores interpretaron como una señal de reconsideración del proyecto por Beijing, la prensa estatal comenzó a publicar notas críticas sobre la polémica represa.

El precursor fue un artículo del periódico Estrategia y Administración, en febrero. Le siguieron otros medios con críticas a la calidad de las obras y denuncias de corrupción de funcionarios locales que habrían malversado fondos asignados a la reubicación.

Como consecuencia, se generó cierto debate sobre la represa, algo nunca visto en los medios chinos desde que el gobierno aplastó a manifestantes por la democracia en la plaza de Tiananmen, en 1989.

Los opositores del proyecto sienten que ahora tienen más posibilidades de impulsar su campaña para la suspensión definitiva del plan.

"Ahora luchamos para detener la construcción de la represa", declaró el ambientalista Dai Qing en entrevista con el Servicio de Noticias Ambientales, en Nueva York.

Las esperanzas en la suspensión del proyecto se basan en la situación política de China, que ha cambiado desde el comienzo de la construcción, agregó.

Con la muerte del líder comunista Deng Xiaoping y otros altos funcionarios que apoyaban el plan por razones políticas, y el ascenso de Zhu Rongji, el proyecto "puede tomar un mejor camino", según Dai.

Pero Zhao Zumo, un académico de la Universidad de Beijing, discrepó. "El proyecto no se detendrá aun bajo el gobierno de Zhu. Por un lado, tenemos una cuestión de imagen y credibilidad política del gobierno, y por otro, la cuestión del dinero ya invertido en la construcción", señaló.

La Represa de las Tres Gargantas fue impulsada por el ex primer ministro Li Peng, un ingeniero formado en la ex Unión Soviética partidario de las grandes obras hidroeléctricas.

Aunque el actual primer ministro Zhu nunca se mostró favorable al proyecto y como experto en economía es consciente de los riesgos financieros relacionados con tan grande inversión, es muy difícil que se oponga a la corriente política, opinó Zhao.

Tres Gargantas será el mayor proyecto hidroeléctrico de cualquier tipo en el mundo, con un costo estimado entre 25.000 y 77.000 millones de dólares.

Si se termina para el año 2009 como está previsto, creará un embalse de 600 kilómetros de largo en la provincia suroccidental de Sichuan y desplazará a más de 1,2 millones de personas que viven junto al río Yangtzé. Más de 320 aldeas y 140 localidades desaparecerán bajo las aguas.

La represa tiene por finalidad servir como eje del sistema nacional de energía y controlar las inundaciones, un desastre casi permanente en China.

Escépticos como el profesor Zhao creen imposible la reversión del proyecto ahora que el curso del río ya fue desviado en el lugar de la futura represa.

"Ya es demasiado tarde, y las autoridades sufrirían un daño de imagen si renunciaran a un proyecto constantemente descripto como 'el nuevo orgullo' de la raza china", observó. (FIN/IPS/tra- en/ab/ral/mlm/en/99

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